La historia de Rosalind Franklin y la fotografía 51

La biofísica Rosalind Frankllin fue a autora de la conocida como fotografía 51, que permitió a Watson y Crick describir la estructura del ADN, por lo que obtendrían el Nobel de Medicina.

El descubrimiento de la estructura de la molécula de ADN tiene un trasfondo controvertido, teñido incluso de cierta tristeza. En medio de la carrera científica del momento, en la que competían laboratorios y hasta investigadores dentro del mismo centro por obtener los laureles del reconocimiento internacional, dos especialistas en biología –que después recibirían el Premio Nobel de Medicina– se sirvieron de una radiografía decisiva realizada por Rosalind Franklin para confirmar su teoría sobre la estructura de doble hélice del ADN, era la fotografía 51.

En 1962 el Premio Nobel de Medicina recayó sobre Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins, destacando “sus descubrimientos acerca de la estructura molecular de los ácidos nucleicos”. La gran olvidada en este galardón fue Rosalind Franklin, que había fallecido cuatro años antes.

De familia adinerada, Rosalind Franklin nace en 1920 y se cría en el exclusivo barrio londinense de Notting Hill. A sus 21 años se gradúa en Física y Química por Cambridge tras sortear los impedimentos familiares. Son los años de la Segunda Guerra Mundial y casi todo en Inglaterra está orientado a contribuir al esfuerzo bélico, pero al terminar el conflicto Rosalind viaja a París y aprende la técnica de difracción de Rayos X, que llegará a dominar con gran maestría y de la que se servirá frecuentemente en sus investigaciones.

A su vuelta a Londres recala en el prestigioso King’s College, donde centra sus trabajos en el ADN, perfeccionando la técnica para obtener fotografías de este tipo de moléculas. En aquel momento había otros investigadores interesados en el mismo campo, como eran el estadounidense James Watson y el británico Francis Crick, ambos compañeros en un centro de Cambridge.

La investigación de Watson y Crick se vio alentada por Maurice Wilkins, que trabajaba en el mismo centro que Rosalind y dio a conocer sus descubrimientos a los dos primeros. Hay que decir que el machismo latente en la sociedad británica de aquel entonces tenía un reflejo fiel en la élite científica, heredera del clasicismo de las sociedades reales y los clubs de caballeros del siglo XIX. Los datos obtenidos por Rosalind hicieron progresar la investigación de Watson y Crick, pero ella no recibió ningún reconocimiento por esto.

Sin embargo, la prueba decisiva, que lanzó a los dos científicos a proponer en la revista Nature su modelo de estructura del ADN, llegó con la fotografía 51. Una de las imágenes por difracción de Rayos X que consigue Rosalind supone un hito para la historia de la biología, en ella se puede apreciar la forma helicoidal de las cadenas de ADN. Sin su permiso, su colega de trabajo Wilkins se toma la libertad de mostrar la instantánea a Watson, quien después afirmaría haberse quedado “boquiabierto” al verla.

fotografia 51

La fotografía 51 supone la confirmación de la teoría de Watson y Crick, que se apresuran a publicarla en 1953, con una mención marginal a Rosalind Franklin, parte de cuyo trabajo también aparece en la misma edición de Nature. Posteriormente Arthur Kornberg, discípulo de Severo Ochoa, aportaría pruebas experimentales definitivas de la exactitud del modelo (por lo que recibirá el Nobel de Medicina de 1959 junto con su mentor).

En los discursos de aceptación del Premio Nobel de Medicina entregado a Crick, Watson y Wilkins en 1962, sólo este último hizo mención a Rosalind Franklin, que había seguido investigando en otros campos, como el mosaico del tabaco y la polio, hasta que en 1958, cuando murió de cáncer de ovario, posiblemente debido a la exposición a la radiación que formaba parte de su trabajo diario.

Imagen superior: National Library of Medicine

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