CRISPR-Cas9 son las "tijeras moleculares" que nos ayudan a editar el genoma. El descubrimiento de esta revolucionaria tecnología vino de la mano de un científico español, el Dr. Francis Mojica.
La edición genómica fue elegida por la revista Science como el avance científico más importante de 2015. Las «tijeras moleculares», más conocidas como sistema CRISPR-Cas9, sirven para «cortar» y «pegar» el ADN de una manera rápida, precisa y eficaz. Su utilidad ha sido demostrada en el desarrollo de modelos animales para estudiar enfermedades e incluso para frenar patologías raras en ratones como la distrofia muscular de Duchenne. Lo que tal vez pocos sepan es que detrás de esta herramienta para editar el genoma se encuentra un científico español.
El Dr. Francis Mojica, investigador de la Universidad de Alicante, descubrió en 1993 unas secuencias repetidas a las que denominó CRISPR. Su artículo, publicado en Molecular Microbiology, anticipó el hallazgo de este mecanismo de inmunidad adaptativa en los microorganismos. Como nos explica el propio Mojica, aquella herramienta «parecía tener aplicación en el ámbito de la biotecnología«. 23 años después de su descubrimiento, CRISPR-Cas9 ha demostrado ser una herramienta muy útil para la edición genómica.
El papel que jugó Mojica fue reconocido hace solo unos días por el Dr. Eric Lander en la revista Cell. El director del Instituto Broad del MIT escribió un artículo sobre «los héroes de CRISPR», haciendo un homenaje a todos los científicos que han trabajado en el desarrollo de estas peculiares «tijeras moleculares». Su aplicación práctica fue conocida en 2012, cuando las investigadoras Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, reconocidas con el Premio Princesa de Asturias de Investigación 2015, determinaron que era posible editar el genoma con este sistema.
Mojica admite sentirse muy feliz por el reconocimiento de Lander. Él fue el primero en vislumbrar el potencial que tenía CRISPR-Cas9. «Lo sorprendente es que el boom sea para la edición genómica en terapia», sostiene el científico de la Universidad de Alicante. «Nos preocupa el bienestar, pero estas herramientas también tienen muchísimas aplicaciones en microbiología«, comenta a blogthinkbig.com. Entre dichas aplicaciones, Mojica enumera el desarrollo de microorganismos resistentes a virus, que nos servirían para mejorar el rendimiento en la producción de alimentos como el yogur o el queso.
«Las bacterias se usan como factorías para fabricar antibióticos, hormonas de crecimiento, interferón o insulina», cita el investigador enumerando algunos procesos biotecnológicos clásicos. Gracias a CRISPR, podríamos evitar que estos microorganismos de uso industrial se viesen afectados por el ataque de un virus. Pero la aplicación de las «tijeras moleculares» de edición genómica también llegaría a las plantas, pues seríamos capaces de generar «variedades resistentes a virus» o «ejemplares que puedan crecer con altos niveles de salinidad», nos explica.
El hallazgo de CRISPR realizado por este microbiólogo español está cambiando la investigación. Tanto que, además del Princesa de Asturias, esta técnica ha llegado a sonar como firme candidata para el Premio Nobel. De lograr el galardón, ¿reconocerá la Academia sueca el trabajo de este investigador de la Universidad de Alicante? Sin duda, sus resultados de ciencia básica están demostrando grandes aplicaciones y utilidades años después de aquel descubrimiento.
Imágenes | Universidad de California (Berkeley), Alicante News