La nueva funcionalidad de Google Maps podría convertirse en la nueva forma de medir la polución, ya que debido a su exactitud y precisión, mejora considerablemente los sistemas actuales.
Vivir en una gran ciudad es realmente algo maravilloso. Sí, lo sé. Ahora está muy de moda eso de vivir en las afueras, buscar la paz y la tranquilidad para llevar una vida mejor y mucho más cómoda. Poco a poco, los extrarradios se van llenando de personas que huyen de las grandes concentraciones.
Pasear por los centros históricos, tomar algo en una terraza de una avenida principal o tener a tiro de piedra cualquier museo al que llevar a tus hijos o a tus amigos. Es maravilloso asomarte a la ventana y ver que formas parte de un lugar dónde, probablemente, haya mucha historia escondida. Y únicamente puedes descubrirla permaneciendo allí y saliendo a buscarla.
Sí, lo admito, soy amante de las grandes urbes. Pero, muy a mi pesar, también entiendo los argumentos de aquellos que habitan lejos de las grandes concentraciones. Sobre todo reconozco que la contaminación producida en una ciudad, es, como mínimo, muy desagradable.
Pero, como siempre, Google viene a mi ayuda y estrena su nueva funcionalidad de Google Maps: medir la contaminación en los espacios urbanos. Concienciar a la población del cambio climático es un objetivo a nivel global, y con esta nueva herramienta el gigante de Internet aporta su grano de arena.
Un experimento que puede convertirse en una gran solución
Ahora, el coche de Google Street View también irá midiendo la contaminación de las calles. De esta manera, elabora, paulatinamente, un mapa interactivo con la polución del lugar.
De momento, solo se está utilizando en la ciudad de Oakland, California, y de manera experimental. El mapa obtenido es un mapa de calor que muestra la cantidad y el tipo de contaminación que hay en las calles. Dependiendo de los colores que se muestren en el mapa, la zona será más o menos peligrosa para la salud. Por ejemplo, una zona marcada en rojo, será un espacio con un riesgo mayor.
Gracias a esta nueva medición, el futuro de las estaciones fijas, el actual sistema de medición, queda completamente en el aire, ya que el mapa de Google refleja, con mucha más precisión y de forma más real, la contaminación de las ciudades.
Las ciudades están concienciadas
En este escenario, el Acuerdo de París ha conseguido que muchas de las principales ciudades a nivel mundial comiencen a cambiar sus hábitos de consumo, reduciendo sus consumos de CO2 en gran medida. De hecho, muchas de ellas se han planteado conseguir que su energía sea 100% renovable de aquí a unos años.
Un gran ejemplo de ello es la ciudad de Pittsburgh (Pennsylvania), que tiene como objetivo convertir toda la energía de su ciudad en energía renovable para el año 2035, según Bil Peduto, el alcalde. No solo se buscará seguir las directrices del acuerdo de París, sino que la meta principal será llegar a convertirse en una ciudad referente en cuanto a calidad de vida y del aire se refiere.
París, anfitriona del pacto, también busca este ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2050. Para la consecución de este gran reto se recomiendan una serie de medidas centradas en la renovación energética y métodos de construcción más sostenibles.
En el futuro, todas las ciudades tendrán su propio mapa de la polución, gracias al cual podremos plantearnos soluciones reales, que consigan que toda esa gente que huía de la ciudad a los extrarradios vuelva a sus orígenes, logrando que las grandes urbes sean lo que han sido siempre: un gran conjunto de personas que disfrutan de las posibilidades infinitas que te aporta una ciudad, sumándole además que la calidad del aire sea mayor y mejor. ¿No se puede pedir más, no?