Se presenta el Nuevo Informe sobre vulnerabilidades de Microsoft. Google reporta el 17% de las vulnerabilidades, mientras que Microsoft y Qihoo el 10%.
¿Quién encuentra más vulnerabilidades en los productos de Microsoft? ¿Qué porcentaje de vulnerabilidades son descubiertas por la propia Microsoft, empresas o brókeres de vulnerabilidades? ¿Cuántos fallos no se sabe quién los ha descubierto? En este informe hemos analizado los datos de los últimos tres años y medio para entender quién resuelve qué en el mundo de los productos Microsoft y la gravedad de estos fallos. Asimismo, nos permite disponer de una visión interesante sobre quién investiga realmente los productos de Microsoft, los reporta de manera responsable, así como cuántas vulnerabilidades están acreditadas y cuántas no (lo que podría suponer que son descubiertas por atacantes).
En este informe resolveremos las dudas de cuántos fallos encuentra Microsoft en su propio código, su gravedad, qué tendencia siguen y cuántos fallos son encontrados por terceros ya sea a través de programas de recompensa por vulnerabilidades o con sus propios medios.
Hemos realizado algo muy simple. Hemos recopilado y procesado toda la información de CVEs acreditadas desde marzo de 2016 hasta septiembre de 2019. La fuente de información ha sido principalmente esta página.
Estas son las vulnerabilidades acreditadas (esto es, reportadas por alguien identificable, ya sea particular o empresa). En 2019, hemos analizado 621 vulnerabilidades acreditadas (hasta septiembre). 607 en 2018, 593 en 2017 y 310 en 2016 (solo cuenta desde abril). Esto hace un total de 2131 vulnerabilidades analizadas. De todas ellas hemos extraído su gravedad a través del CVSS oficial del NIST.
Este número no supone el total de fallos descubiertos cada mes ni cada año. En realidad, hemos contado además los fallos no acreditados directamente. Entendemos que la mayoría de estos fallos pueden venir de vulnerabilidades encontradas en 0-days u otras circunstancias en las que no se conoce al autor (y no ha sido reportada de forma anónima). En estos casos, Microsoft no acredita a nadie en particular. Esta diferencia entre vulnerabilidades acreditadas y “no acreditadas” (que no es lo mismo que anónimas) se ve reflejada en la siguiente gráfica.
Resumen:
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Google colabora en el reporte de vulnerabilidades en productos Microsoft con algo más de un 17% de todos los fallos. Aproximadamente un 25% de los fallos son reportados por la categoría “otros” que engloba pequeñas empresas que no suelen reportar a menudo, o analistas independientes.
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El tercer puesto es para la propia Microsoft que corrige algo más del 10% de sus propios fallos, y seguida muy de cerca por la china Qihoo 360 que encuentra, sin embargo, fallos más graves que Microsoft.
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NCSC, iDefense y Check Point suelen reportar vulnerabilidades con una gravedad por encima del 5. A casi la mitad en general se les otorga una gravedad de 8.
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En 2017 y 2018, Google lideró el número de vulnerabilidades solucionadas en productos Microsoft. Desde 2016, los fallos encontrados por la propia Microsoft han ido en aumento; pero durante el 2019 Qihoo 360 y ZDI han encontrado un gran número de vulnerabilidades.
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Apenas un 2% de las vulnerabilidades acreditadas son de gravedad máxima.
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En 2016, un 25% de las vulnerabilidades no se atribuyeron a nadie en particular. En 2019 (hasta septiembre), tan solo un 9% de las vulnerabilidades no tuvieron un autor determinado. Esto puede indicar que se ha mejorado el número de fallos que se encuentran de forma responsable.
Podemos concluir que la mayoría de vulnerabilidades encontradas en Microsoft (cuya mayoría tiene una gravedad de 8), son encontradas por cuatro principales actores: Google, Qihoo, ZDI (que aglutina a investigadores independientes) y la propia Microsoft. En los últimos años, se han invertido los papeles, y Google y Microsoft han cedido el puesto a ZDI y Qihoo. También llama la atención el importante descenso de vulnerabilidades no acreditadas (encontradas y reportadas de forma no responsable). De un 25% en 2016 a apenas un 9% en 2019, lo que implica una mejor gestión de los fallos, precisamente a través de plataformas como ZDI, donde se compensa a los investigadores y se les motiva a que los fallos se reporten de forma responsable.