El prototipo cuenta con 17 estaciones GPS equipadas con sensores meteorológicos y sismológicos repartidas por el sur de California, aunque se espera incrementar su número en breve a lo largo de la Costa Oeste
La previsión de inundaciones por lluvias torrenciales es vital para tomar medidas orientadas a minimizar los daños materiales y salvar vidas humanas. En cambio, predecir fenómenos devastadores como los terremotos suele ser algo más complicado, ya que a pesar de los esfuerzos de los sismólogos por prever de forma científica la probabilidad de que ocurra un terremoto para un día o mes determinado, su margen de error es bastante impreciso y depende de muchos factores. Sin embargo, un equipo de investigadores ha demostrado con éxito el uso de acelerómetros y barómetros de alta sensibilidad combinados con un sistema GPS para predecir terremotos e inundaciones repentinas.
Los científicos de la Scripps Institution of Oceanography –SIO– en San Diego, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU –NOAA– y del Jet Propulsión Laboratory de la NASA en Pasadena –JPL–, presentaron el pasado mes de diciembre en la reunión de la Unión Geofísica Americana, un proyecto de investigación para la predicción de inundaciones y terremotos a partir de un sistema en red integrado por un centenar de estaciones GPS repartidas por el sur de California.
Este sistema de GPS en red fue instalado originariamente para monitorizar el movimiento tectónico de la Placa del Pacífico en su límite con la Placa de América del Norte. Los investigadores incorporaron a este sistema preexistente un sofisticado equipo de sensores meteorológicos y sísmicos para intentar medir en tiempo real cualquier movimiento sísmico o meteorológico e incluso predecirlos con cierta antelación.
El proyecto consta de dos líneas de investigación. Por un lado, la parte meteorológica utiliza la conectividad del las estaciones GPS con los satélites que orbitan alrededor de la Tierra. De esta forma es posible medir los niveles de humedad de la troposfera, que junto con los datos extraídos de los barómetros y termómetros incorporados al sistema, se puede precisar con cierta exactitud la probabilidad de fuertes lluvias e inundaciones repentinas. La diferencia de este prototipo con otros ya instalados anteriormente por el NOAA a lo largo de 300 estaciones meteorológicas repartidas por los EEUU, es que al estar conectadas en red y sincronizadas en tiempo real, es posible registrar advertencias sobre inundaciones repentinas localizadas con cierta antelación.
Por otro lado, mientras los sensores de GPS registran cambios notables en la situación del suelo, la parte sismológica del proyecto utiliza los acelerómetros instalados en cada una de las estaciones base para captar pequeños movimientos. Según los expertos, como el geodesista y responsable de proyecto en el SIO, Yehuda Bock, combinar el GPS y los datos del acelerómetro es lo más adecuado para estimar con cierta rapidez y exactitud las ondas P –primarias–, fundamentales para predecir la llegada de las ondas S –secundarias– que marcan el comienzo de las violentas sacudidas de los terremotos con magnitudes de hasta 7 y 9 grados en la escala de Richter. Con la extrapolación de los datos registrados por el sistema es posible obtener un mapa mucho más completo del movimiento de la Tierra.
Según explican los responsables del proyecto, el prototipo fue puesto en marcha a mediados del año pasado, instalando sensores meteorológicos y sismológicos en 17 estaciones del sur de California, pero se espera completar la red agregando más estaciones a lo largo de la Costa Oeste de EEUU durante los próximos meses.
Imágenes | vía Flickr –NASA ICE y Idaho National Laboratory–