Guernica y robot 417

Un viaje digital al interior del Guernica

El Guernica de Picasso es la obra más importante que alberga el Museo Reina Sofía y, como tal, merece un esfuerzo especial en su conservación. Un dato que poca gente conoce es que la obra viajó 50 veces antes de llegar al museo (se enrolló y desenrolló en un centenar de ocasiones). A finales de los años cincuenta, Picasso pidió al MoMA que el cuadro dejara de viajar, ya que le preocupaba enormemente su estado. Ya únicamente volvió a hacerlo para volver a España en 1992.

Teniendo en cuenta el delicado estado de la obra, el departamento de Conservación-Restauración del Museo ha venido realizando, desde hace años, diferentes estudios de conservación. El último de ellos ha sido el más exhaustivo de todos los desarrollados hasta la fecha y ha supuesto un reto para todos los profesionales que hemos participado en el proyecto.

Para analizar el estado actual del Guernica, el Museo Reina Sofía —con el apoyo de Telefónica— ha desarrollado un moderno automatismo robotizado controlado por ordenador, que se desplaza con una precisión de 25 micras. Sus dimensiones son espectaculares: casi diez metros de largo y cinco de alto (pesa 1.560 kilos). Hasta la fecha no se ha construido un robot similar, con unos requisitos tan exigentes de flexibilidad y precisión. Se ha diseñado y fabricado especialmente para el Guernica.

Las diferentes cámaras y sensores insertados en el automatismo han captado las imágenes y datos de sus «heridas» con gran precisión: luz visible, infrarrojo multiespectral, ultravioleta, escáner en 3D y reflectancia espectral. El robot, que hace unas mil fotos por cada ocho horas de trabajo, ha tomado alrededor de 24.000 imágenes para cada macrofotografía del mural. Esto permitirá en un futuro profundizar en su estudio y desarrollar contenidos divulgativos.

Guernica robot mid

En definitiva, puede afirmarse de que se trata de un estudio sin precedentes, no sólo por la incorporación de los más recientes avances tecnológicos a nuestro alcance, sino también por la posibilidad que ofrece de realizar recreaciones virtuales que permitan mostrar la evolución de la obra desde el punto de vista material. Con ello, los restauradores conseguirán adelantarse a su deterioro y trabajar en su conservación de forma más exacta.

Asimismo, ha sido muy importante no dificultar la dinámica diaria en el museo. En este sentido, en ningún momento se han visto afectadas las visitas a la obra. El trabajo, que ha durado más de un año, se ha llevado a cabo los días que cierra el museo y en horario nocturno el resto de jornadas.

Una vez finalizada su labor frente al Guernica, el robot ha sido reinstalado en el departamento de Conservación-Restauración del museo para seguir profundizando en el estudio de otras obras.

Pocas veces se tiene la oportunidad de participar en un proyecto como éste, único e innovador, y que ha marcado un hito dentro de los proyectos que tienen como objetivo la conservación y divulgación de nuestro patrimonio cultural.

Imágenes: La Vanguardia, Cadena Ser, Público

 

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