Se acerca la Maratón de New York. Son muchos entrenamientos previos, muchos días de tener que sacar tiempo de donde no hay para arañar kilómetros al asfalto, días en los que las piernas no dan para mucho y aún así consigues completar el entreno para casi sin darte cuenta, llegar a la hora de la verdad.
Habitualmente para preparar una maratón se necesita realizar un entrenamiento genérico, que puedes extenderlo durante todo el año, y un entrenamiento más específico, que empieza a prepararse de 12 a 14 semanas previas a la carrera. En mi caso, en estas semanas llego a acumular unos 3000 km que unido a lo que realizo a lo largo del año vienen a ser entre 9000 y 10.000 kilómetros. Si los ceros están bien, es aproximadamente la distancia que hay entre Madrid y Buenos Aires.
Dicho esto, debo confesar que admiro a cada uno de los valientes que se enfrentan a un reto como la maratón y, todavía un poquito más, a los que añaden una causa social a su objetivo. Un año más los amigos de Proniño ponen rumbo a Nueva York para correr su maratón, la carrera más grande, la más emblemática, la más especial. Yo estaré allí con ellos, y lo hacemos para conseguir un objetivo, cada cual el suyo, pero sobre todo por ayudar a unos niños a los que, desgraciadamente, la vida les está privando de ser simplemente niños.
A través de Proniño se trabaja para erradicar el trabajo infantil en Sudamérica. Cada uno de los que corren allí son héroes, cada uno tiene su propia historia y cualquiera de ellas es especial. Los casi 250 héroes que afrontan la maratón este año no lo harán solos, ya que los más de 215.000 niños a los que ayuda la Fundación Telefónica estarán un año más empujando y dándo esa fuerza vital que nos hará conseguir nuestro objetivo.
Son muchas semanas entrenando y se acerca la hora, ha sido un largo camino con muchas piedras en él, pero ninguna lo suficientemente grande como para hacernos desistir. El próximo 4 de noviembre se convertirá en un día de valientes, de héroes anónimos entregados a una buena causa. Ese día saldrá el sol y brillará de una forma especial, lo hará por cada uno de los valientes amigos de Proniño, a lo que yo solo puedo decir «GRACIAS».
¡No lo pienses, corre!