¿Has escuchado sobre el término comprensión Potemkin? Se trata de un fenómeno que pone en evidencia algo muy curioso: los modelos de IA parecen explicar todo con claridad; pero lo hacen sin verdadera comprensión. Es como un loro con doctorado: puede repetir conceptos complejos con soltura, pero al pedirle que los aplique en un caso real, tropieza.
Lo interesante es que esto no significa que la IA no sirva; al contrario, demuestra lo poderosa que es para generar textos coherentes. Sin embargo, también nos invita a no caer en la trampa de creer que entiende como lo haría un ser humano.
A lo largo del artículo veremos cómo se descubrió, por qué importa y cómo podemos usar mejor esta tecnología sin dejarnos engañar por su falsa «sabiduría».
¿Cómo se descubrió la comprensión Potemkin?
Se detectó cuando investigadores pusieron a prueba a los grandes modelos de lenguaje (LLM). En los experimentos, las máquinas lograban dar definiciones impecables de conceptos literarios o filosóficos, pero al llevarlos a un ejercicio práctico, fallaban estrepitosamente.
Por ejemplo, podían describir qué es una metáfora con palabras muy elegantes; pero al pedirles que construyeran una metáfora original, coherente con una situación concreta, la respuesta sonaba hueca o fuera de lugar. Es decir, daban la ilusión de comprensión, pero sin realmente tenerla.
En este punto, quedó claro que estábamos frente a un fenómeno distinto al de las simples alucinaciones. Y eso encendió las alarmas de investigadores y usuarios.

Comprensión Potemkin vs. alucinaciones: diferencias notables
Es fácil confundir la comprensión Potemkin con las famosas alucinaciones de la IA, pero no son lo mismo. Mientras las alucinaciones fabrican datos falsos (como inventarse una fecha, una fuente o un hecho), la comprensión Potemkin juega en otro terreno; no inventa, sino que crea un discurso con apariencia de solidez conceptual, aunque por dentro esté vacío.
Un ejemplo rápido: una IA con alucinaciones podría decirte que “Shakespeare escribió Don Quijote”. En cambio, una IA en modo Potemkin te daría una explicación aparentemente profunda sobre el simbolismo del Quijote; pero sin conectar de verdad con lo que significa en un análisis literario serio.
En resumen: uno fabrica errores factuales, el otro te vende humo con empaque bonito.
Implicaciones para la evaluación y el desarrollo de la IA
Este hallazgo no es menor. La comprensión Potemkin plantea un reto enorme para quienes desarrollan y evalúan modelos de IA. Hasta ahora, gran parte de las pruebas se basaban en benchmarks: medir si la IA responde bien o mal a preguntas concretas.
El problema es que esas métricas no captan la diferencia entre repetir la teoría y aplicarla con comprensión real. Por eso, varios expertos señalan que necesitamos nuevos métodos de evaluación que midan no solo la coherencia superficial, sino también la capacidad de razonar.
Esto abre un debate interesante sobre el futuro de la inteligencia artificial. Si queremos modelos más confiables, debemos dejar de fijarnos únicamente en respuestas “bonitas”; y empezar a valorar el trasfondo real de sus razonamientos.
En este contexto, aparecen nuevas discusiones sobre cómo la IA se adapta a distintos entornos; desde la industria hasta la educación, donde ya se habla de IA para estudiantes como una tendencia creciente.

Preguntas frecuentes de comprensión Potemkin
Ahora mismo, veamos algunas dudas comunes sobre la comprensión Potemkin:
- ¿Significa esto que la IA nunca comprenderá?
No necesariamente. Algunos expertos creen que la comprensión humana es única; pero otros piensan que con avances futuros, quizá los modelos de IA lleguen a algo parecido. - ¿Cómo afecta a los usuarios cotidianos?
En la práctica, puede que un asistente virtual te dé respuestas muy convincentes, pero al aplicarlas en la vida real descubras que no sirven del todo. - ¿Qué diferencia hay entre comprender y simular comprensión?
Comprender implica razonar y conectar ideas. Simular comprensión es, básicamente, adornar respuestas con coherencia superficial. - ¿Qué riesgos plantea a futuro?
Que confiemos ciegamente en la IA y tomemos decisiones importantes basándonos en respuestas que solo “parecen” correctas.
En pocas palabras: el riesgo no está en usar IA, sino en creer que ya entiende como nosotros.
¿Cómo usar responsablemente la IA?
La conclusión más sensata es que la inteligencia artificial, incluso con la comprensión Potemkin, sigue siendo una herramienta poderosa. Lo importante es aprender a usarla con criterio. Algunos consejos prácticos incluyen:
- Verificar siempre la información clave en fuentes confiables.
- No usar la IA como “oráculo” infalible, sino como apoyo para tareas concretas.
- Combinar sus resultados con supervisión humana y pensamiento crítico.
En otras palabras, podemos aprovechar al máximo sus capacidades sin caer en la trampa de creer que “entiende” como nosotros. Todo está en no delegar nuestro juicio crítico a una máquina.
Al mismo tiempo, también comienzan a surgir herramientas que acompañan esta tendencia, como cualquier app para tomar apuntes, que se integran en el día a día sin grandes pretensiones, pero con utilidad real.La comprensión Potemkin nos recuerda algo simple: la inteligencia artificial puede explicar el mundo, pero todavía no lo entiende como los humanos. Y aunque suene paradójico, eso no la hace menos útil; sino que nos invita a convivir con ella con los pies en la tierra. Así, podemos usar sus ventajas sin perder de vista sus limitaciones.
Referencias Bibliográficas:
- El Diario. (2025, 11 de julio). La ‘comprensión potemkin’: el motivo por el que las inteligencias artificiales explican todo pero no entienden nada.
- Fernando Juca. (2025). El síndrome Potemkin en la IA: ¿Comprensión real o falsa?
- Hipertextual. (2025, 4 de julio). Un estudio descubre que la IA no comprende lo que dice.
- Mundo IA. (2025, 6 de julio). Cómo la inteligencia artificial explica sin entender (la comprensión Potemkin). Computing. (2025). Las inteligencias artificiales lo explican todo… pero no entienden nada.









