Energía limpia en Noruega

El hidrógeno, el gas milagroso que moverá nuestros coches

Se trata de un gas ligero, incoloro, inodoro y no tóxico que podría revolucionar la manera de conseguir energía eléctrica. El hidrógeno es una alternativa sostenible para poder cargar nuestro futuros coches eléctricos.

El cuidado del medio ambiente se ha vuelto más relevante que nunca. El incremento de las temperaturas y la inestabilidad climática dejan claro que existe un problema. No se puede seguir negando el impacto que las acciones del ser humano tienen sobre el medio ambiente, y una de las principales soluciones radica en cambiar la manera en la que funcionan los coches.

Ya desde hace tiempo se habla de una alternativa a los combustibles fósiles que utilizan los coches, debido a que son altamente contaminantes y de los que más afectan negativamente a la atmósfera. Para no seguir dependiendo de ellos, se está buscando una alternativa más limpia.

Los [coches eléctricos] parecen ser la opción más viable, ya que todo el mundo dice que no contaminan, por desgracia eso no es del todo cierto. El coche en sí mismo no produce contaminación pero la producción de la energía necesaria para recargarlo sí, por lo que no se está resolviendo el problema, si no trasladándolo. Uno de los pasos para intentar resolverlo es la utilización de [energías renovables], sin embargo, quizás no es todo lo rápido que necesitaría el medio ambiente.

Así pues, necesitamos una fuente de energía que contamine lo menos posible y sea igual o más potente que los combustibles fósiles. Por suerte, existe ya esa fuente de energía: el hidrógeno. Puede ser utilizado para generar la energía que moverá al coche o usarlo directamente en el coche, convirtiendo el motor en un “mini” generador eléctrico.

Pero, ¿cómo sería de viable el paso a esta nueva fuente de energía? Realmente, existen varias razones por las que tiene sentido utilizarla para hacer funcionar los coches.

El hidrógeno tiene un potencial energético mucho mayor que los [combustibles fósiles], lo cual significa más potencia por mucho menos consumo. Además, es un gas ligero, incoloro, inodoro y no tóxico. Pero lo mejor es que suelta vapor de agua a la atmósfera en vez de dióxido de carbono. Como se puede observar, las ventajas son tan numerosas que utilizar hidrógeno parece la solución idónea.

La guinda en el pastel es que el hidrógeno es la sustancia más común del universo. Así es, está en todas partes. Sin ir más lejos, la composición química del agua es H2O, dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Teniendo en cuenta que la Tierra está compuesta por un 70% de agua, eso es una gran cantidad de hidrógeno disponible. Es más, la extracción masiva de hidrógeno de los océanos utilizando energía solar es cada vez más viable.

La principal razón por la que la explotación de este recurso abundante no estaba más extendida es por el proceso de extracción. La gran parte de la energía para el proceso provenía de combustibles fósiles, lo que dejaba obsoleta la principal razón para usarlo. De nada sirve adoptarlo como combustible si no ayuda a reducir la contaminación. Por suerte, recientemente se ha conseguido utilizar energías renovables para extraerlo en grandes cantidades y con poca contaminación.

El cambio no será rápido o fácil, ya que aún no existe la infraestructura necesaria para soportar una gran flota de vehículos que utilicen hidrógeno. Sin embargo, a medida que su uso se incremente, nos facilitará la vida con coches más potentes y, lo que es más importante, con un medio ambiente más limpio y saludable.

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