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La hipótesis de Riemann, en vilo

El matemático inglés Michael Atiyah asegura haber demostrado este problema relacionado con los números primos, lo que significaría uno de los descubrimientos del siglo en el ámbito matemático.

La hipótesis de Riemann se basa en la distribución de los números primos. Es uno de los siete problemas del milenio, intrigas matemáticas cuya solución premia el Clay Mathematics Institute con un millón de dólares. Desde que los problemas se constituyeron en el año 2000, solo la conjetura de Poincare ha sido demostrada o resuelta.

Este problema matemático tan complejo nació en 1859 cuando el alemán Bernhard Riemann buscaba una solución al dilema establecido de los números primos. Una gran cantidad de matemáticos, muchos de ellos famosos, han intentado demostrar la hipótesis de Riemann a lo largo de la historia, pero ninguno ha conseguido llegar a buen puerto. Según los expertos es un problema tan enmarañado en sí mismo, que es muy fácil caer en alguna de sus «trampas lógicas», por lo tanto, todo aquel que dice haberlo resuelto muchas veces es tomado como un loco, o simplemente como un iluso más de la larga lista que le precede.

Contrariando a los expertos, el matemático inglés de origen libanés Michael Atiyah de 89 años de edad (galardonado con el Premio Fields en 1966, y el Premio Abel en 2004) dio una conferencia el pasado lunes en la ciudad alemana de Heidelberg, donde aseguraba, sin pestañear, que había conseguido demostrar lo indemostrable. Dentro de su ámbito, diferentes colegas académicos se mostraron reacios a lo conseguido por el británico.

Presentación de Michael Atiyah

Incertidumbre respecto a la demostración

El director del Instituto de Ciencias Matemáticas, Antonio Córdoba, dijo estas palabras después de ver la presentación de Atiyah: «Por lo que he podido observar en el vídeo de la presentación, su conferencia estaba dirigida a un público general. No ha sido posible sacar en claro el nudo de su demostración, quizás porque no era la intención de Atiyah ofrecer los detalles necesarios dada la naturaleza de su audiencia. Espero que la presentación se haga ante el foro adecuado de expertos que no necesiten tanto de los preámbulos y sí de los argumentos precisos«.

Es decir, por lo que se deduce, pese al optimismo del matemático inglés, no ha quedado muy claro después de la presentación si la demostración es o no viable. Por lo tanto tendremos que esperar a su publicación académica para poder constatar si Atiyah ha conseguido lo que hasta ahora se consideraba imposible.

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