Historia de los navegadores: de Mosaic a Chrome

Accedemos a Internet desde varios programas y aplicaciones, pero los navegadores son los más importantes. ¿Cuál fue el primero? ¿Cómo era? ¿Cómo hemos llegado hasta hoy?

Internet es mucho que páginas web, pero si pensamos en la red de redes nos vienen a la cabeza Instagram, Facebook, YouTube, Google… Servicios a los que accedemos desde navegadores en nuestras computadoras y desde aplicaciones en nuestros dispositivos que se conectan a Internet.

La tendencia en dispositivos móviles es acceder a la web desde aplicaciones dedicadas para cada servicio que queremos usar, pero desde PC y Mac los navegadores siguen siendo el programa o aplicación más empleado, con permiso de Skype, Spotify y algún que otro cliente P2P.

¿Cuál fue el primer navegador? ¿Cómo eran los navegadores que vinieron después? ¿Qué navegador era el más popular en cada década?

Los inicios de la WWW

Cuando alguien se pregunta cuál fue el primer navegador, la respuesta que encuentra suele ser Mosaic (1993). Lo creó Marc Andreessen, que al año siguiente lanzaría Netscape Navigator, el que durante muchos años fue el navegador más popular (llegó a ser usado por hasta el 90% de usuarios de Internet durante los años 90).

Pero siendo estrictos, el primer navegador fue creado en 1990 por Tim Berners-Lee, el padre de la WWW (World Wide Web) y se llamó igual, WorldWideWeb, si bien luego se rebautizó como Nexus.

Este primer navegador, que duró cuatro años nada más, hacía las veces de navegador web y de editor de páginas web. Curiosamente, era compatible únicamente con NeXTSTEP, el sistema operativo que más adelante daría pie al actual macOS de Apple.

Netscape Navigator 4.04. Imagen de Andrew Turnbull

WorldWideWeb o Nexus fue enseguida reemplazado por Line Mode Browser, un navegador en modo texto programado en C por Nicola Pellow y que podía exportarse a cualquier sistema operativo de aquel entonces.

Pero como he dicho al principio, la historia recuerda mejor a Mosaic y, especialmente, a su sucesor Netscape Navigator, que reinó en la World Wide Web durante la década de los 90 sin apenas competencia.

Netscape contra Internet Explorer

La historia de los navegadores está muy ligada a las rivalidades entre los propios navegadores, si bien siempre ha habido uno dominante seguido de varias alternativas que le hacían competencia a distancia.

Como decía antes, Netscape Navigator fue el navegador más empleado durante la década de los 90. Los más veteranos seguramente lo habrán usado. Era compatible con la mayoría de plataformas y, con el tiempo, fue incorporando herramientas.

En las últimas versiones, además de navegador web, tiene cliente de correo, editor de páginas web y lector de grupos de noticias, muy populares en aquel entonces, lo que hizo que se renombrara como Netscape Communicator.

Internet Explorer para Windows NT 4.0. Imagen de Marcin Wichary

Netscape Navigator destacó por introducir las novedades que iban surgiendo en cuanto a la tecnología web del momento: las cookies, JavaScript, la compatibilidad con los estándares aprobados por la W3C, etc.

Pero en 1995 Microsoft decidió contraatacar con su propio navegador web, Internet Explorer, inspirado en Mosaic y que venía preinstalado en todas las versiones de Windows. Incluso llegó a tener versiones en Mac tras un acuerdo por el cual Microsoft invertía millones de dólares para que Apple tuviera Internet Explorer como navegador por defecto en los Mac de aquel entonces.

A base de ser la opción por defecto de la mayoría de computadoras, Internet Explorer fue ganando popularidad hasta que en 2002 llegó al 95% de uso entre los internautas del momento. En ese momento, estaba disponible Internet Explorer 6 y Netscape Communicator sólo era una sombra de lo que fue.

La importancia de Internet Explorer fue tal que los desarrolladores de páginas web tenían que adaptar sus creaciones a este navegador, aunque no siempre respetara los estándares.

Internet Explorer contra Firefox

Tras el declive de Netscape Communicator, antaño Netscape Navigator, sus responsables decidieron liberar su código en 1998 para que cualquiera pudiera aprovecharlo en beneficio propio. Por otro lado, America Online (AOL) adquirió la empresa Netscape, dueña del navegador y demás software integrado.

Por un lado, AOL siguió desarrollando Netscape Navigator, si bien en 2008 la aventura finalizó al no llegar a buen puerto.

Pero por otro lado, el código liberado fue aprovechado por el proyecto Mozilla, que al principio tuvo apoyo de la propia AOL y luego fue por libre. El propósito de la fundación Mozilla fue seguir desarrollando un navegador gratuito y libre como alternativa a Internet Explorer.

Firefox 1.0. Imagen de Andrew Turnbull

La fundación Mozilla empezó lanzando Mozilla como suite web, que al igual que Netscape Communicator integraba varios programas, a saber: navegador, cliente de correo, editor web e incluso programa de chat.

Más adelante decidió separar cada elemento para ofrecer por un lado el navegador Firefox (2002), su cliente de correo Thunderbird (2003), etc.

Si la primera guerra entre navegadores fue entre Netscape e Internet Explorer, la segunda fue entre Internet Explorer y Firefox, que a finales de 2009 logró hacerse con el primer puesto durante un periodo corto de tiempo.

Internet Explorer se hizo con el mercado siendo la opción por defecto, pero Firefox logró hacerse con el primer puesto a base de innovar y mejorar su rendimiento y velocidad de navegación.

Firefox introdujo la navegación por pestañas, mejoró el uso de favoritos, la gestión de descargas, añadió el modo privado (que ahora está en cualquier navegador).

A nivel interno, Firefox fue adoptando los estándares de la W3C en cuanto a soporte HTML, CSS, XML, JavaScript, DOM, etc. Y en cuanto a la seguridad, fue de los primeros en adoptar el actual HTTPS y en limitar el uso de JavaScript.

Y entonces llegó Chrome

Netscape, Internet Explorer, Firefox… Si bien estos nombres son los más conocidos al ser los navegadores más empleados en sus respectivas décadas, han habido (y siguen habiendo) otras alternativas.

Las dos más conocidas son Opera, un navegador noruego nacido en 1996 y que siempre se ha mantenido en un uso menor. A pesar de ello, gracias a Opera los demás navegadores han introducido mejoras.

Por su parte, Apple lanzó su propio navegador Safari (2003) para no depender de Internet Explorer ni de Netscape/Firefox. Desde entonces, Safari ha sido el navegador por defecto del ecosistema Apple, tanto en macOS (iMac, MacBook) como en iOS (iPhone, iPad).

Y en 2008 entró otro jugador en la partida. En su momento, Microsoft vio la importancia de las páginas web en particular y de internet en general, de ahí que desarrollara su propio navegador.

Google Chrome 2.0. Imagen de Alex Chitu

Google hizo lo propio con Chrome, cuya primera versión se lanzó a finales de 2008. Siendo el buscador más empleado, por qué no tener su propio navegador.

Así pues, hasta nuestros días la lucha ha estado reñida entre Internet Explorer, Firefox y Google Chrome, que ha logrado hacerse con el primer puesto.

La estrategia de Google ha sido similar a la de Internet Explorer en su día. Mientras que el navegador de Microsoft venía por defecto en tu sistema operativo, Google te sugiere instalar su navegador Chrome cada vez que lo visitas, algo que sucede habitualmente, ya que es el buscador más popular a nivel mundial.

Un futuro incierto

A día de hoy, el navegador más popular es Chrome, tanto en escritorio como en dispositivos móviles. En segundo lugar, si mezclamos plataformas, surge Safari (popular especialmente en iPhone y iPad). Y el tercer puesto se lo disputan Internet Explorer (y su heredero Edge) junto con Firefox.

¿Cuál es el futuro de los navegadores web? ¿Surgirá una alternativa que desbanque a Chrome?

En la actualidad, hay varias tendencias a tener en cuenta. Por un lado, la importancia de los ecosistemas. Por otro, Google Chrome se asegura un gran porcentaje de uso gracias a que la propia Google desarrolla tanto Chrome como Android, el sistema operativo más popular en smartphones. Lo mismo le ocurre a Safari, que es la opción por defecto tanto en macOS como en iOS, el ecosistema de Apple.

Así pues, la navegación móvil ha superado con creces al acceso a Internet desde computadora, por lo que para hacerse un hueco, los navegadores tienen que estar tanto en equipos de escritorio como en dispositivos móviles. De ahí la popularidad de nombres como Dolphin o UC Browser.

Otro aspecto a tener en cuenta es el gran rival del navegador web: las aplicaciones. Mientras que accedemos a muchos de los grandes servicios de Internet desde el navegador en PC y Mac, en tablets y smartphones hay aplicaciones para ello, por lo que el navegador no tiene tanta importancia.

Instagram, Facebook, WhatsApp o YouTube, cuatro ejemplos de los servicios online más importantes, tienen sus propias aplicaciones, la opción más empleada por sus usuarios.

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