El 3D es algo más que imágenes que se abalanzan en una sala de cine contra filas de espectadores con gafas tintadas. Y más que las nuevas generaciones de televisores, que hacen saltar los objetos fuera sus pantallas, sin necesidad de gafas. Una de las facetas que más recorrido tiene en el ámbito de las tres dimensiones son los hologramas, representaciones con volumen, a luz y color, que pueden ser observados desde múltiples puntos de vista.
El objetivo de un holograma es crear en quien lo esté viendo la ilusión de realidad hasta el punto de poder rodearse sin que ello menoscabe la credibilidad de la proyección. No es una imagen emitida sobre una superficie plana, que muestra cierta profundidad en una dirección al sobresalir de la pantalla. En un holograma la pantalla no sirve como soporte de la imagen sino que extiende su función de proyector.
Ingenieros de la división de investigación en HP han colaborado para acercar un poco más esta tecnología a la realidad. Han creado una pantalla LCD de pequeño tamaño que proyecta una imagen en tres dimensiones, ya sea estática o en movimiento, que abarca un arco de 90 grados. El holograma es visible sin necesidad de gafas especiales y cambia a medida que el usuario se mueve. La naturaleza del panel, así como sus dimensiones, permitirían la introducción en un smartphone o tableta.
Una vuelta de tuerca al 3D
Las imágenes en tres dimensiones se basan en ofrecer información distinta y complementaria a cada ojo del espectador. Este es el método utilizado en el cine, que lleva empleándose desde hace décadas. De hecho, la primera cámara con dos lentes data de principios del siglo XX. Construida por Frederick Eugene, era capaz de crear un efecto de profundidad sin necesidad de gafas, gracias a una pantalla parallax.
Sin embargo, sólo durante los últimos ha evolucionado la tecnología lo suficiente como para que se popularicen las tres dimensiones. Si las salas de cine han sido las principales impulsoras de este movimiento comercial, los televisores han ido detrás y lo siguiente es la introducción en cualquier dispositivo con pantalla. Paralelamente están desarrollándose los hologramas, un añadido a las imágenes en 3D tal y como se conocían hasta ahora.
Para su creación se utiliza una técnica basada en el láser, que graba una película, perfilando así la imagen que resultará. Ésta se puede ver desde todos los ángulos. La pantalla creada por HP está sembrada de surcos a nanoescala bautizados como ‘píxeles direccionales’. El nombre se lo puso el líder del proyecto, David Fattal, ya que estos elementos envían la luz en 64 direcciones diferentes. De esta forma se pueden mostrar imágenes estáticas pero también vídeo a 88 píxeles por pulgada o ppp (para comparar, el primer iPhone y hasta la cuarta generación de 2009 ofrecían una densidad de 163 ppp), con una frecuencia máxima de 30 fotogramas por segundo (cuando el estándar para crear movimiento está en los 24 FPS).
Fattal poner el ejemplo de una representación holográfica del planeta Tierra para describir los efectos de su creación. “Moviendo la cabeza alrededor de la pantalla podrías realmente tener una visión de cualquier países del globo. Podrías ver todo al completo”, comenta. La imagen se puede ver desde 200 puntos de vista diferentes.
Exportando los hologramas
Los investigadores apuntan que sería posible crear un ángulo de visión de 180 grados (el actual es de 90 grados). Esto sería un paso adelante para la introducción en pantallas grandes, como las de los televisores. Sin embargo, lo más sencillo es pensar que la pantalla de HP tendría cabida en los smartphones preferentemente.
El desarrollo se ha llevado a cabo sobre un panel de seis pulgadas. La resolución de la pantalla es lo suficientemente alta como para no considerar descabellada su introducción en dispositivos móviles, tanto teléfonos como tabletas. Lo que ha demostrado esta investigación es que los hologramas no es una tecnología que se encuentre sólo en los ámbitos más experimentales sino que podría tener cabida en la electrónica de consumo.
Sin embargo, el gran inconveniente de los hologramas es que la imagen que se despliegue tiene que estar específicamente adaptada a la tecnología, como ocurre con el 3D normal. Y si en este último caso, los fabricantes de televisores se quejan de la escasez de contenidos, mayores dificultades habrá para producir material para esta nueva pantalla. Para empezar porque se requerirán 200 imágenes diferentes.
Imagen: Wonderlane