¿Te has preguntado alguna vez cuánto agua se necesita para responder tu última consulta en ChatGPT? Sorprendentemente, es el equivalente a una botella. La realidad es que la Inteligencia Artificial (IA) tiene una huella hídrica que pocas personas conocen.
Veamos a continuación qué nos dicen las investigaciones.
Huella hídrica: ¿cómo afecta?
Quizá pienses que eso no tiene sentido. Dirás: ¿qué tiene que ver el agua con las respuestas que te provee la IA? Pues los servidores que alojan estos sistemas generan una cantidad inmensa de calor.
Para subsanar esta situación en los centros de datos y procurar que tengan una temperatura adecuada, se requiere agua para enfriar los equipos. Desde allí surge una importante investigación sobre la huella hídrica que afecta tanto a empresas como a usuarios.
De hecho, DeFranco y Voas refieren que los centros de datos han incrementado su huella hídrica debido a la creciente demanda de modelos de IA avanzados. Todo esto a que requieren mayor procesamiento de datos y la expansión de la infraestructura.
A diferencia de los centros convencionales, los dedicados a IA necesitan más servidores equipados con chips de alto rendimiento. Dicho factor eleva el consumo de energía y genera más calor, lo que incrementa la necesidad de refrigeración líquida para mantener las operaciones en funcionamiento.
Según los autores anteriores, algunos datos relevantes de la huella hídrica encontrados fueron:
- En 2022, Microsoft utilizó 6,4 millones de m3 (1.700 millones de galones) de agua. El aumento fue de 1,6 millones de m3 con respecto a 2021 (429 millones de galones).
- Este aumento equivale aproximadamente a 650 piscinas olímpicas de agua.
- El informe Annual Water Metrics 2021 de Google informó que su flota global de centros de datos consumió 4.300 millones de galones de agua. Esto se compara con 29 campos de golf.
Una investigación reveladora sobre la huella hídrica
The Washington Post, en conjunto con investigadores de la Universidad de California Riverside, realizó un estudio exclusivo para comprender el impacto ambiental de chatbots como ChatGPT. ¿Cuál fue el resultado?: Impactante. Un correo electrónico de solo 100 palabras generado por ChatGPT utilizando el modelo GPT-4 consume 519 mililitros de agua. Este es el equivalente a una botella de agua estándar.
Para darte un ejemplo concreto, supongamos que un trabajador promedio utiliza ChatGPT una vez a la semana durante un año. Si lo hace para generar correos electrónicos, consumiría 27 litros de agua. Si se multiplica esto por un millón de usuarios, las cifras serían astronómicas. Algo realmente increíble, ¿no te parece?
El proceso detrás del consumo
Conforme a lo anterior, cada vez que consultas en ChatGPT, se ejecutan algunas de las siguientes operaciones:
- La solicitud pasa por un servidor que realiza miles de cálculos complejos. Todo con el fin de ofrecer la mejor respuesta posible.
- Dichos cálculos generan una enorme cantidad de calor en los centros de datos, por lo que las máquinas funcionan a su máxima capacidad.
- Para evitar que los sistemas colapsen, se emplea agua en los sistemas de refrigeración.
- En casos donde el agua es escasa, se emplea electricidad con el fin de alimentar grandes aires acondicionados. Esto también requiere de una gran demanda energética.
Es obvio que donde el agua es abundante, el enfriamiento con este recurso es la opción más eficiente. El reto está en áreas propensas a la sequía o donde los recursos son limitados. ¡Es un desafío ambiental significativo!
¿Qué dice OpenAI al respecto?
El problema de la huella hídrica no es dejado de lado por la empresa en IA. Evidentemente, ante esta preocupación ambiental global, mencionaron que la compañía trabaja constantemente para que sus sistemas sean más eficientes. Al respecto, Kayla Wood, portavoz de OpenAI, enfatizó que la misión será minimizar tanto el consumo de electricidad como de agua.
Grandes empresas tecnológicas, como Google y Microsoft, toman medidas para hacer que sus centros de datos sean más ecológicos. La misión es minimizar o eliminar la huella hídrica.
En el caso de Microsoft, exploran nuevos métodos de refrigeración que eliminen completamente el uso del vital líquido en sus instalaciones. La empresa está implementando soluciones de refrigeración a nivel de chip, lo que elimina la necesidad de evaporación.
Por su lado, Google reveló un aumento del 48 % en su huella de carbono. Dicho dato es atribuido principalmente al uso intensivo de IA y centros de datos. Además, sólo logró reponer el 18 % del agua consumida. Esto es muy por debajo de su objetivo del 120 % para 2030. Así que, mantiene su compromiso de sostenibilidad, con la meta de alcanzar emisiones netas cero para ese mismo año.
Cuidado consciente con la tecnología
Para quienes usamos a diario sistemas como ChatGPT, es crucial reconocer el impacto de la huella hídrica que estas herramientas tienen en nuestro entorno. La IA está cambiando nuestra forma de trabajar y vivir. Asimismo, también exige más recursos como agua y energía de manera significativa. Mientras las empresas avanzan en soluciones más sostenibles, nosotros, como usuarios, también debemos asumir nuestra parte de responsabilidad. Un uso consciente de la tecnología no solo optimiza nuestros procesos, sino que contribuye a la reducción de nuestra huella ambiental. Cada acción, por pequeña que sea, cuenta. Entender el impacto de algo tan simple como una consulta a ChatGPT es el primer paso hacia un futuro más sostenible.
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