A estas alturas ya es posible encontrar impresoras 3D por menos de 500 dólares para producir toda clase de objetos.
La impresión 3D, pese a haberse popularizado a un ritmo frenético en el último año, sigue dando algo así como miedo. Aún tiene esta imagen de una tecnología nueva y compleja –no en vano se trata de máquinas aparatosas a primera vista–, pero el principal freno para su adopción es la reputación de caras que tienen las impresoras 3D. Sin embargo, existen algunos modelos realmente baratos, cuyo precio no se cuenta por miles de dólares sino por cientos. Hasta por 200 dólares se puede conseguir una de estas pequeñas fábricas.
Actualmente se han propuesto máquinas incluso por 100 dólares, como Peachy Printer, si bien se ofrece sin ensamblar. Esta tecnología, procedente del sector industrial, se encuentra en pleno descenso hacia los hogares, impulsada también por la mentalidad del DIY (do it yourself). A continuación destacamos tres modelos de impresoras 3D low cost.
Printrbot Simple – desde 399 dólares
Este modelo de impresora 3D es una máquina completa, que permite producir objetos de forma sencilla. Desde el sitio oficial se jactan de ofrecer una solución que incluye todo lo necesario para iniciarse en el mundo de la impresión 3D, llegando a calificar a la máquina de minimalista. La apariencia de la Printrbot Simple recuerda a una máquina de coser antigua, aunque en lugar de ropa produce objetos de plástico PLA.
La documentación para usar esta máquina recomienda imprimir en 3D primero un cubo para evaluar el equilibrado del sistema y ajustarlo si fuera necesario. De esta manera se comprueba que los ejes X/Y, sobre los que se creará el diseño, no están desacompasados. El producto llega en dos o tres semanas tras el pedido.
Solidoodle 3D Printer – 499 dólares
Se trata de la segunda generación del modelo Solidoodle 3D Printer, que recoge la experiencia anterior y la enriquece con nuevas aportaciones. Funciona con un software de código abierto, compatible tanto con Windows y Mac como con Linux. Es la más compleja y la más equipada de las tres (también la más cara) y como reflejo de ello está contenida en un armario metálico, en lugar de trabajar al aire libre como las otras. Utiliza preferentemente plástico ABS, aunque también es compatible con el PLA. En su web indican que por lo general el pedido tarda entre 7 y 10 días laborales en recibirse.
QU-BD – 199 dólares
Esta máquina proviene del cocedero de Kickstarter, donde su financiación estaba fijada en 9.000 dólares y casi llega al medio millón. Se trata de un proyecto open source que utiliza estándares tecnológicos y cumple con las funciones básicas de una impresora 3D. Su precio más rebajado se debe a que no viene ensamblada, un trabajo que deberá hacer el comprador en su casa sirviéndose de los manuales que los creadores han subido a la Red.
Desde su página de Kickstarter se prevé que los kits de ensamblaje se puedan pedir para las Navidades. Incluyen todas las piezas necesarias para montar la máquina, así como una recarga de filamento plástico PLA. Los responsables de la QU-BD afirman que ofrecen un movimiento muy preciso y una alta calidad de impresión.
Imagen de cabecera: Gastev