Las innovaciones tecnológicas más sorprendentes en alimentación

En alimentación, además de las preocupaciones sobre la producción suficiente de comida y la seguridad, existen innovaciones que pueden revolucionar este campo, en relación con áreas como la medicina.

Vivimos en una época en la que los medios de comunicación nos sorprenden casi diariamente con noticias casi estrambóticas sobre la futura crisis alimentaria global. Hace unas semanas, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomendaba el consumo de insectos y hasta de medusas.

En el informe de la FAO publicado hace unos días en Roma, se explicaba que comer medusas podría ser una buena forma de combatir su exceso en algunos de nuestros mares. Una razón un tanto curiosa, similar a la que se explicó cuando se habló de tomar insectos. En este segundo caso, se hablaba de que la producción de estos organismos es barata, y que dado que presentan altas cantidades de proteínas, podrían ser una buena forma de luchar contra el hambre.

Medusa

Lo cierto es que, además de las recomendaciones un tanto extrañas de la FAO, el campo de la alimentación es uno de los más innovadores. Tras conseguir aumentar la producción de alimentos a nivel global de manera muy elevada, y en las últimas décadas, promover la precaución y alerta relacionadas con temas de seguridad alimentaria, ahora la I+D+i también ocupa un lugar destacado en esta industria.

Hoy os contamos cuatro innovaciones tecnológicas que tienen que ver, directa o indirectamente, con la alimentación, y que pueden ayudarnos en medicina, hostelería o nuestra vida personal. Aquí va nuestra selección de 4 resultados de I+D+i alimentaria realmente sorprendentes:

El frutero que detecta cuándo se va a poner la fruta mala

Hace unos días, Mashable recogía esta curiosa noticia: un estudiante londinense diseñaba un frutero inteligente. Ya podíamos irnos olvidando de los descuidos con las naranjas de zumo, que nos estropeaban la fruta mediante la aparición del típico moho verde-blanquecino.

La idea propuesta por Jagjit Chodha, de la Brunel University de Londres, consiste en construir un frutero en el que vaya acoplado un sensor, que sea capaz de detectar los niveles de etileno, por baja que sea su concentración. Este compuesto es en realidad una hormona vegetal que desprenden muchos frutos en forma de gas a medida que van madurando. El etileno está implicado no solo en la maduración de estos frutos, sino también en acciones como la caída de las hojas de la planta o incluso la formación de flores en algunos casos.

Detectar cuándo se producen niveles de etileno en este frutero es una buena idea, ya que nos pone una señal de ‘alerta’ para que no se nos estropee la fruta antes de tiempo. Una forma positiva de unir industria alimentaria, consumo de comida y nuevas tecnologías, que ayudará a evitar enviar a la basura muchos alimentos desperdiciados.

Arroz dorado para curar la ceguera de niños

En el año 2000 fue dada a conocer una innovación alimentaria fruto de la biotecnología, en la que científicos suizos y alemanes desarrollaron una variedad de arroz peculiar. En su trabajo, los investigadores buscaban suplir una de las carencias nutricionales más importantes del arroz: la falta de vitamina A, que supone un serio problema de salud en poblaciones de al menos 26 países diferentes, entre Asia, África y Latinoamérica.

La falta de vitamina A en la dieta habitual de los ciudadanos de estas regiones provoca en muchas ocasiones serios problemas de ceguera infantil. La introducción de esta variedad nueva de arroz fue bastante llamativa, ya que se trata de una copia completamente igual que el arroz tradicional, con la excepción de que contiene el ADN necesario para producir enzimas que participan en la ruta del b-caroteno, precursor de la vitamina A.

Golden rice

Cinco años después de la publicación en Science, los mismos investigadores consiguieron mejorar la producción de arroz, con una variedad que contenía 23 veces más de b-caroteno. Su tecnología, totalmente libre, aún no ha llegado al mercado, aunque los resultados son, sin duda, prometedores. Una cantidad diaria de 100-150 g de arroz dorado permitiría el aporte del 60% de la vitamina A en estos niños, lo que podría evitar casi 30 millones de muertes anuales.

Vacunas comestibles: la medicina y la alimentación van de la mano

Otra de las posibilidades donde las innovaciones alimentarias tienen mucho que decir está en el campo de la salud, en particular, en el desarrollo de vacunas comestibles. Estas podrían ser conservadas de manera más eficiente y barata, por lo que podrían transportarse hasta lugares recónditos, mediante la introducción de la propia vacuna en alimentos.

La idea se basa en desarrollar alimentos modificados, en los que en su composición esté presente la ‘sustancia’ que desencadena la respuesta inmune (es decir, que prepara a nuestras defensas contra posibles ‘peligros’). De hecho, España es pionera en este tipo de innovaciones, gracias al trabajo de centros como el  Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de Valencia, que se encarga de producir tomates transgénicos para utilizarlos como vacunas frente a la infección por rotavirus. 

La nanotecnología y su papel en la alimentación

La última gran innovación tecnológica que tiene cierta relación con los alimentos es la que nos ofrece la nanotecnología. El desarrollo de píldoras que funcionan como biosensores, que han de ser ingeridas para que funcionen, es la última novedad que contaremos hoy.

PillCam es una ‘cápsula mágica’ que ayuda a detectar trastornos en el tracto gastrointestinal. Tras la ingestión de esta microcámara, se van haciendo fotos a lo largo de todo el ‘recorrido’, imágenes que serán enviadas al DataRecorder en tiempo real, una suerte de almacén que el paciente lleva acoplado en la cintura durante el tiempo que dura la prueba. De esta forma, el desarrollo de este hardware y software en forma de endoscopia capsular es una ayuda potencial para mejorar el diagnóstico de enfermedades gastrointestinales.

Imágenes | Flickr, Flickr II, Wikipedia

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