Investigadores de la Universidad de Berlín han creado una red computacional neuromórfica formada por neuronas de silicio.
Entre las muchas investigaciones sobre inteligencia artificial que están teniendo lugar en estos momentos, una de las que acaban de presentar sus resultados llama la atención por su planteamiento. Se trata del trabajo que han llevado a cabo equipos de la Universidad de Berlín en colaboración con la Universidad de Heidelberg. Su objetivo era crear una red computacional inspirada en el funcionamiento de sistemas nerviosos, que pudiera clasificar información de diferentes tipos, como el reconocimiento de números escritos a mano o la distinción de especies vegetales en relación con sus flores.
Los científicos han desarrollado una tecnología basada en el procesamiento de información en paralelo. Así funciona su red computacional neuromórfica, como han definido al sistema, que contiene neuronas de silicio. Se ha procurado que éstas se conecten entre sí de forma similar a como lo hacen en el cerebro con el fin de que trabajen en paralelo para resolver los problemas que se les plantean, es decir, la introducción de datos en el sistema.
Los investigadores han logrado que la red neuromórfica funcione casi autónomamente una vez puesta en marcha. Las neuronas de silicio han sido construidas en el Instituto Kirchhoff de Física, de la Universidad de Heidelberg. Pero aparte del hardware se ha diseñado un software específico, orientado a clasificar información variada con el fin de poder procesarla adecuadamente.
Este tipo de inteligencia artificial, que permite diferenciar entre información de distintos tipos, la utilizan desde los smartphones hasta las supercomputadoras. La intención de los investigadores es optimizar el funcionamiento de su red y descubrir cómo mejorar el diseño, teniendo como modelo las estructuras del cerebro. Uno de los retos más inmediatos que están sobre la mesa es la inexistencia de dos neuronas idénticas.
El autor principal del estudio, Michael Schmuker, explica que la arquitectura de la red está inspirada en el sistema nervioso que algunos insectos tienen para procesar olores. Así de simple, y de complejo al mismo tiempo. Pues en estos momentos la inteligencia artificial no está capacitada para crear un modelo ni siquiera de los seres vivos más sencillos, con lo que la simulación mediante hardware y software de un cerebro es hoy en día impensable. A pesar de ello existen diversos proyectos de gran magnitud trabajando para acortar esta brecha, como el loable esfuerzo europeo The Human Brain Project.