En Isla Mauricio tratan de reducir su dependencia energética de la importación del petróleo mediante la quema de la caña de azúcar.
El sistema energético de Isla Mauricio tiene una particularidad. Como todas las islas, el aprovisionamiento de este país está lastrado por su situación aislada. Solo se puede llegar por mar, y en el territorio insular no hay suficientes recursos. La única salida es la importación de materiales y energía. Evidentemente, el petróleo se cuenta entre los elementos básicos que se traen a la isla.
Aunque Isla Mauricio, de hecho, explora otras salidas. Con el fin de reducir su dependencia de la importación de petróleo, el país quema caña de azúcar. Este recurso sí abunda en la isla, así que, ¿por qué no utilizarlo para producir electricidad?
Isla Mauricio es la principal de las islas que forman el archipiélago correspondiente a la República de Mauricio. Antigua colonia británica, antes francesa y antes aún, colonizada por los neerlandeses, el país tiene en la caña de azúcar una de sus principales industrias. La exportación del producto derivado de esta planta es su mayor baza en la balanza comercial.
Pero no solo supone ingresos por exportaciones. En Isla Mauricio de la caña de azúcar se aprovecha todo. Las cuatro plantas azucareras del país tienen cada una su propia estación térmica. Todas funcionan con carbón hasta que empieza a recogerse la cosecha.
Una vez que la caña de azúcar es procesada, los restos, como los tallos de la planta, se queman para producir electricidad. El resultado es que, a lo largo del año, el 14% de la energía que consume el país procede de la quema de caña de azúcar.
El aprovechamiento de desperdicios
Si tomamos como ejemplo una de las plantas azucareras del país, durante la temporada de recogida entran 8.500 toneladas de caña diariamente. Al año, son 900.000 toneladas. De ahí se extrae el jugo y, posteriormente, es cuando se separan los desperdicios para quemarlos.
Las estaciones térmicas calientan a 500 grados la materia para mover turbinas que producen electricidad. ¿Qué pasa con las emisiones de dióxido de carbono que se expulsan? Se capturan para usarse en la preparación de refrescos. Se aprovecha todo.
La quema de desperdicios de una actividad para obtener energía no es nueva. Pero, en los últimos años no paran de surgir proyectos que pretenden profundizar en esta filosofía. El ejemplo de Eco-Fuel, en Uganda, que aprovecha los restos de la agricultura, o el de la planta de Etiopía, que convierte basura en energía muestran el camino.
Proyectos como este de la Universidad Autónoma de Barcelona se permiten incluso llevar esta filosofía a las aguas residuales. Empleando un tipo de bacterias exoelectrógenas, se ha podido oxidar la materia orgánica. Así se genera una corriente eléctrica y se produce combustile de hidrógeno.
Imágenes: zenra, johnlaudun