Jailbreak y Root son dos procedimientos que se pueden hacer en los dispositivos con iOS y Android respectivamente, para desbloquear el terminal y poder hacer cosas que de otra manera sería imposible.
Muchos de los usuarios de móviles modernos están ya bastante familiarizados con los dos sistemas operativos más populares que existen en el mundo de los smartphones: iOS de Appe y Android de Google. Uno completamente privativo y cerrado, y el otro pues, tan abierto que se ha fragmentado en cientos de pedazos.
Cada sistema tiene sus ventajas y desventajas, y al final la elección de comprar un iPhone o un Android siempre está dada por las necesidades de cada persona. Sea como sea, los usuarios de ambas plataformas se encuentran en numerosas ocasiones en la posición de querer probar algo nuevo, o algo diferente, y encontrarse con que su terminal está de alguna manera bloqueado por el fabricante y hay ciertas limitaciones en lo que podemos hacer con el dispositivo.
Principio de Mínimo Privilegio
No es el usuario común el que usualmente busca tener completo acceso a su terminal y al que no le basta con lo que trae. Pero, cada vez son más y más usuarios quienes se aventuran a tener control total sobre lo que pueden hacer con su smartphone, y si ademas a eso añadimos las facilidades que ofrece Internet para guiarte por el camino a seguir, casi cualquiera con un mínimo de esfuerzo puede lograrlo. Y con esto también vienen problemas.
Los dispositivos modernos, incluyendo los ordenadores, permanecen conectados a la red la gran mayoría del tiempo, y es por esta razón que lo ideal para mantenernos seguros frente a ataques maliciosos es reducir los privilegios que tienen las cuentas de usuario. Esto es lo que se conoce con el Principio de Mínimo Privilegio, no deberías usar una cuenta de Administrador en Windows para usar el ordenador día a día, y si usas Linux te has dado cuenta que para cualquier operación importante necesitas acceder como superusuario e ingresar tu contraseña de administrador. ¿Por qué?, simplemente porque si tienes acceso de administrador, cualquier ataque lo suficientemente especializado tendrá el mismo acceso que tu cuenta de usuario, y con esto el control total para hacer lo que quiera con tus datos.
Jailbreak y Root
Entonces, ¿qué pasa con los sistemas operativos móviles? La respuesta es sencilla, si haces Jailbreak a tu iPhone, o «rooteas» tu terminal Android, estarás obteniendo permisos de superusuario, algo que el fabricante bloquea por varias razones comerciales pero también para mantener la seguridad del dispositivo. Es por esto que al llevar a cabo los procedimientos para desbloquear un terminal, inmediatamente pierdes la garantía del fabricante.
El Jailbreak en iOS y el acceso root en Android le dan al usuario acceso a muchas características interesantes que no podrían obtenerse de otra manera, pero al mismo tiempo los hacen más susceptibles a los ataques maliciosos. La información que llevamos en estos dispositivos suele ser muy sensible, y si no estás claro en la magnitud del riesgo que estás tomando, no deberías hacerlo.
El proceso en sí usualmente es bastante sencillo -curiosamente es más fácil un Jailbreak que obtener acceso root en los diferentes miles de modelos de terminales Android- y para algunos es hasta primordial, pero a final de cuentas, para la mayoría de los usuarios los beneficios no son tan grandes, y el riesgo es considerable.
Fotos: Salvatore Costa, johncatral, FHKE