Lavadoras que nos avisan de cuándo está lista la ropa, tuberías que envían emails si su temperatura se sale de lo normal, lavavajillas que detectan si se está desbordando el agua,… ¿el futuro? Nada más lejos. Es el Internet de las cosas, una realidad bien presente ya que recuerda al poder domótico de la terrible computadora Hal 9000 de 2001. Una odisea en el espacio.
Como todos los visionarios, Arthur C. Clarke pecó de algo precipitado (y agorero) en su predicción para 2011, pero en nuestras mentes marcó un horizonte no muy lejano con hogares robotizados al servicio de los humanos. Al final, ni tan temidos ni tan todopoderosos, los ordenadores sí comienzan a hacerse un hueco no solo en nuestros quehacerse profesionales, donde campan a sus anchas dominando todos los terrenos –comunicaciones, banca, telefonía,… –, sino también en otros usos más domésticos, vía Internet.
Este es el caso de Twine, un dispositivo que nos permite controlar nuestros electrodomésticos desde allá donde estemos, lo que se conoce como computación ubícua, es decir, una ultraconexión total y de forma natural de los objetos cotidianos:
Se trata de un pequeño chip que integra conexión wifi, sensores de distinta naturaleza y un servicio en la nube. Colocándolo en un lugar estratégico en un dispositivo electrónico, por ejemplo la lavadora, y tras establecer los parámetros que deseamos que tenga en cuenta, Twine nos envía una notificación por correo electrónico, SMS o tuit para avisarnos de algún cambio, que bien puede ser: «La colada está seca».
Sensores de temperatura, aceleración (para detectar vibración o impactos), interruptor magnético (en puertas y otros objetos móviles) y humedad detectan los puntos de inflexión u anomalías y lo comunican a través del canal deseado.
Funciona junto con una aplicación llamada Spool que nos permite configurar y personalizar la monitorización de los sucesos en Twine, además de permitir hacer un seguimiento de esos datos. Una muestra de cómo trabaja: siguiendo el ejemplo de la lavadora, podemos conocer cuándo ha terminado un programa de lavado gracias a la detección del fin de la vibración del electrodoméstico.
Lo bueno es que Twine se recarga con un micro USB o dos pilas de tamaño AAA, y lo mejor es que, cuando la batería se consume, también recibimos un email de aviso para sustituirlas. Buen invento, ¿verdad?
Y es que cada vez más son los objetos cotidianos los beneficiados del avance de las tecnologías. ¿Es este el futuro de los electrodomésticos? ¿Acabarán integrándose este tipo de gadgets directamente en lavadoras o frigoríficos? Y sobre todo, ¿acabaremos desarrollando nuevos HAL? Esperemos que, cuanto menos, tengan mejor humor…