La electroestimulación es capaz de colocar un "marcapasos" en el cerebro, con el objetivo de tratar enfermedades como el mal de Alzhéimer o la esquizofrenia.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, la electroestimulación emplea un dispositivo para transmitir señales eléctricas a las regiones del cerebro encargadas de controlar el movimiento, el dolor, el peso o el estado de alerta.
A través del sistema conocido como neuroestimulador, que funciona de manera similar a un marcapasos para el corazón, podemos enviar señales al cerebro para reducir los síntomas de enfermedades como el mal de Alzhéimer.
Un marcapasos para el cerebro
¿Significa esto que colocamos un marcapasos en nuestro cerebro? No, lo que hacemos es que el neuroestimulador se sitúe debajo de la clavícula y a partir de ese dispositivo, enviamos las señales a través de un electrodo que sí va insertado en el cerebro. Para situar este cable, también denominado «derivación», los médicos deben intervenir quirúrgicamente a los pacientes.
Si la electroestimulación funciona como un marcapasos cerebral, ¿cuáles son sus aplicaciones? Dado que nuestro mejor supercomputador está protegido por una gran muralla conocida como barrera hematoencefálica, muchas de las enfermedades que afectan al cerebro son difícilmente tratables.
Éste es el caso, por ejemplo, de la enfermedad del Párkinson. La electroestimulación no cura el trastorno, pero sí permite aliviar algunos síntomas como los temblores, la rigidez, los problemas al caminar, los movimientos lentos o la tensión. Sin embargo, ésta no es la única patología en la que la electroestimulación puede ayudar a cuidar nuestro cerebro.
Investigaciones recientes han demostrado que el sistema del neuroestimulador también podría servir para reducir los temblores en los brazos de personas con esclerosis múltiple o los movimientos lentos e incontrolables producidos por la distonía. En otros casos, la electroestimulación ha permitido mejorar la calidad de vida de personas que sufren depresión cuando no responden bien a las terapias, obesidad grave o trastorno obsesivo compulsivo.
Nuevos avances contra la esquizofrenia
Científicos del Hospital de Sant Pau de Barcelona han anunciado recientemente una nueva aplicación de la electroestimulación del cerebro. Como recoge El País, los médicos implantaron electrodos en el cerebro de una paciente afectada por esquizofrenia paranoide desde hace más de veinte años.
Esta es la primera vez que se emplea la electroestimulación cerebral profunda para tratar la esquizofrenia, un trastorno que sufren más de 400.000 personas en España. Como resultado, la mujer no ha vuelto a padecer síntomas psicóticos siete meses después de la intervención.
Las conclusiones de este estudio vuelven a demostrar que la electroestimulación puede servir como herramienta complementaria a las terapias farmacológicas en algunas enfermedades. Los médicos ahora evaluarán la eficacia del neuroestimulador en ocho personas más, todas resistentes a los tratamientos convencionales. Si prueban su efectividad, se abriría una nueva ventana en el abordaje de enfermedades como la esquizofrenia.
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