El MIT crea un dispositivo mediante nanotecnología que nos permite observar cómo dos células del sistema inmune conversan. Esta interacción les sirve para prepararse ante cualquier infección.
La comunicación nos sirve para transmitir información de unas personas o entidades a otras. Resulta fundamental para nuestras relaciones sociales, conocer qué piensa nuestro entorno y enviar y recibir mensajes clave para nuestro día a día. A nivel microscópico, las células que forman parte del organismo también necesitan comunicarse para sobrevivir. Una investigación del MIT ha empleado la nanotecnología para ver cómo conversan en directo nuestras defensas.
El sistema inmune es en realidad una enmarañada red de células y moléculas, que deben trabajar conjuntamente para defender al cuerpo de ataques invasores. Salir victorioso en la lucha contra una infección dependerá en buena medida de las interacciones de los elementos defensivos, que se ven obligados a conversar para prepararse y reaccionar ante cualquier ataque.
Un nuevo dispositivo ideado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts permite observar con más detalle y precisión la comunicación celular. El sistema microfluídico, basado en la nanotecnología, ha logrado capturar ‘pares de células’ y obtener detalles sobre cómo interactúan en pareja.
En otras palabras, utilizar la nanotecnología nos ha servido para saber cómo las células T (uno de los elementos principales en la respuesta inmune) consiguen activarse como respuesta ante una infección. Gran parte de su trabajo y acción a nivel celular depende precisamente de su interacción y comunicación, explica el profesor Joel Voldman.
En el pasado, la forma más práctica de comprobar cómo las células conversaban se basaba en procedimientos experimentales: mezclar los elementos en un tubo de ensayo y observar qué ocurría. Esta técnica, sin embargo, era bastante limitada, ya que no sabíamos si una célula estaba ‘hablando’ a la vez con una o con varias. La nanotecnología nos permite visualizar esta comunicación con mayor detalle y precisión.
El dispositivo microfluídico consiste en un chip que logra ‘atrapar’ a las células que queremos observar. El sistema funciona de forma secuencial. Primero dejamos que las células de tipo A fluyan a través del chip en una dirección, atrapándolas en unas minúsculas cámaras del sistema. Después invertimos el flujo de líquido, haciendo que las células A pasen a unas trampas más grandes que las cámaras individuales donde inicialmente se depositaron.
Cuando hemos logrado que las células de tipo A se sitúen en los espacios del chip, realizamos el mismo procedimiento con las células de tipo B. Así podemos conseguir que ambas células queden atrapadas en las cámaras del dispositivo, permitiendo una visualización precisa de su intercomunicación.
El sistema creado por nanotecnología es una evolución mejorada de un dispositivo realizado para ver cómo se reprogramaban las células madre. Somos capaces ahora de ver cómo las células inmunes conversan, observando en detalle el «contacto controlado» que realizan para cualquier interacción defensiva.
Comprobar lo que sucede en un mundo invisible para nuestros propios ojos no es sólo una forma elegante de hacer experimentos. También podemos aprender cómo funciona el sistema inmune del organismo, y a partir de ahí elaborar respuestas y mecanismos para estar preparados ante cualquier ataque, como sucede con la inmunoterapia contra el cáncer.
