Solemos estar acostumbrados a que cualquier cosa que desarrolle la NASA sea única y exclusivamente para sus cohetes, estaciones espaciales, satélites o cualquier otra herramienta para sus respectivas misiones. Pero, ¿y si algunos de los componentes que crea la agencia espacial pudiesen aplicarse a dispositivos que utilizan comúnmente los ciudadanos? En un futuro, de hecho, podríamos verlo. En parte, gracias al último descubrimiento de los científicos de la mencionada administración: una super batería de estado sólido que podría usarse en coches eléctricos.
Fue a inicios de octubre de 2022 cuando la NASA anunció oficialmente el desarrollo de un sistema de baterías capaces de ofrecer una mayor ligereza, ser más seguras, y funcionar mejor que aquellas baterías “comúnmente utilizadas en los vehículos y la electrónica grande hoy en día”. El objetivo, por tanto, es reemplazar a las baterías de iones de litio estándar, las cuales si bien cumplen con su funcionamiento y cada vez son más avanzadas, incluyen algunos inconvenientes muy importantes.
Las baterías de iones de litio, por ejemplo, son menos seguras, pues pueden llegar a sobrecalentarse o incluso, incendiarse. Estas, además, tienen una vida útil mucho más corta, ya que se degradan a lo largo del tiempo. Es decir, la duración de la batería no es igual en su primer año, que después de 5 años. Las baterías de estado sólido, por su parte, no contienen líquidos, lo que hacen que no sean inflamables. También son capaces de retener más energía, y pueden aguantar sin problemas usos más intensivos. La batería de estado sólido desarrollada de la NASA, además, cuenta con ligeras modificaciones en el diseño que la hacen mucho más atractiva para los vehículos eléctricos.
La batería de la NASA es capaz de ofrecer una capacidad de hasta 500 Wh/kg
Y es que según explica la NASA, la arquitectura de una batería de estado sólido es mucho más flexible a la hora de sufrir cambios en su diseño, por lo que se puede adaptar para que sea más ligera y, a su vez, más potente. En este caso, y a diferencia de las baterías de iones de litio, cuyas celdas se almacenan de forma individual, en la batería de estado sólido de la NASA estas se apilan verticalmente, una encima de la otra, y dan como resultado la posibilidad de ofrecer una capacidad de hasta 500 vatios-hora por kilogramo. Esto es el doble que las baterías convencionales de coches eléctricos.
«Este diseño no solo elimina del 30 al 40 por ciento del peso de la batería, sino que también nos permite duplicar o incluso triplicar la energía que puede almacenar, superando con creces las capacidades de las baterías de iones de litio que se consideran el estado del arte”.
Rocco Viggiano, investigador principal de SABERS ( Solid-State Architecture Batteries for Enhanced Rechargeability and Safety)
La batería desarrollada por la NASA, además, no requieren de sistemas de refrigeraciones tan avanzados como los que sí se incluyen en las baterías de iones de litio. Esto es debido a que, según pruebas realizadas por la propia agencia, son capaces de funcionar correctamente incluso en temperaturas muy elevadas.
Esta super batería de la NASA, por tanto, puede ser especialmente ventajosa no solo para los coches eléctricos, sino también para dispositivos de movilidad de mayor tamaño, como naves espaciales. No obstante, todavía habrá que esperar un poco para verla en vehículos eléctricos, pues la agencia continúa realizando pruebas y avanzando en su desarrollo.