Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que las inequidades en materia de salud dentro de la región europea, lejos de mejorar, siguen persistiendo sobre todo en lo que se refiere a seguridad y protección social.
¿Existe una brecha sanitaria? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de inequidades en materia de salud? Se trata de desigualdades que son evitables, y que son resultado de las condiciones sociales y económicas, así como de la actuación de un propio gobierno si decide aplicar, por ejemplo, políticas de austeridad.
Los efectos de las decisiones en materia de salud pública determinan el riesgo de que la población padezca enfermedades que pueden ser prevenibles. Por ejemplo, tal y como detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad infantil en Islandia es de 2 niños o niñas por cada 1000 nacidos, mientras que en Mozambique es de 120 por cada 1.000 bebés nacidos. Esto es una grave inequidad de salud.
Las brechas sanitarias se reflejan de forma excesiva entre los países del Norte y los países del Sur global, pero un reciente informe de la OMS ha revelado las desigualdades existentes entre los distintos países que conforman la región europea.
La falta de ingresos y la protección social, principal factor de desigualdad
El informe analiza el estado de equidad sanitaria de los 53 países que conforman la región europea e identifica cinco condiciones esenciales para crear y mantener una vida saludable: servicios de salud accesibles y de buena calidad; condiciones de vida dignas; seguridad de ingresos y protección social; capital social y humano, y trabajo decente y buenas condiciones en el empleo.
Las conclusiones no son nada esperanzadores, pues revelan enormes desigualdades en estos países y la necesidad de que las sociedades sean más equitativas y que mantengan la coherencia política, la responsabilidad, la participación ciudadana y el empoderamiento social.
En primer lugar, cerca del 35 por ciento de las inequidades en materia de salud se deben al hecho de que la ciudadanía «no puede llegar a fin de mes», generando una inseguridad de ingresos y una deficiente protección social por parte del Estado. Después de este dato, el 29 por ciento de desigualdades se debe a la falta de recursos y acceso a viviendas seguras.
Deficiente atención sanitaria
La violencia machista, el aislamiento social y la escasa confianza de la sociedad representa el 19 por ciento de las desigualdades en la región europea con respecto a la salud, mientras que el acceso a una atención sanitaria de calidad representa el 10 por ciento.
Finalmente, la situación actual en toda Europa en lo que respecta al mercado laboral y la dificultad de acceder a un empleo digno se traduce en un 7 por ciento de desigualdad en materia sanitaria.
«Por primera vez, este texto proporciona a los gobiernos datos y herramientas para abordar las desigualdades en materia de salud y producir resultados visibles en un período de tiempo corto, incluso durante un gobierno nacional de cuatro años”, ha señalado Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS para Europa.
Datos reveladores de desigualdad
Los resultados de esta investigación son vitales para comprender el estado de la salud pública actual en toda la zona europea, ya que revelan datos alarmantes:
-
La esperanza de vida promedio en la región europea aumento a 82 años para las mujeres y 76,2 años para los hombres, aunque todavía existen grandes desigualdades. En 45 de los 48 países que proporcionan datos, las mujeres con menos años de educación reportan tasas más altas de salud deficiente o justa en comparación con las mujeres con más años de educación.
-
El país o la ciudad de residencia influye directamente en la calidad de vida. Según la OMS, las tendencias muestran que en casi el 75 por ciento de los países encuestados las diferencias en la esperanza de vida entre las regiones más y menos favorecidas no han cambiado en más de una década, y en algunos casos han empeorado.
-
En las regiones más empobrecidas, el 4 por ciento de recién nacidos no sobreviven a su primer año de vida en comparación con los bebés nacidos en áreas más ricas.
-
En lo que respecta a la primera infancia, los niños y las niñas que nacen en contextos socioeconómicos empeorados reportan un 6 por ciento más de problemas de salud.
-
La pérdida de bienestar y salud en aquellas personas con menos recursos económicos y sociales se traduce en un mayor riesgo de pobreza y exclusión social.