Científicos de la Universidad Carlos III de Madrid diseñan un prototipo de realidad virtual para mejorar los ejercicios de rehabilitación del hombro.
Cuando Facebook adquirió Oculus Rift por 2.000 millones de dólares, el interés por la realidad virtual y la realidad aumentada se disparó. No en vano los movimientos de la compañía de Zuckerberg, junto con los de Google, hacían presagiar un crecimiento constante e interesante de una industria en expansión. Analistas como TrendForce plantearon hace un año que el mercado de la realidad virtual podría alcanzar los 70.000 millones de dólares en 2020. Más allá de los datos económicos, ¿qué interés puede tener la realidad virtual en nuestras vidas?
Como toda nueva tecnología, la realidad virtual se encuentra todavía en estado embrionario, aunque ya se considere como uno de los cinco grandes avances que veremos durante 2016. Algunas de sus hipotéticas aplicaciones se han probado en campos tan dispares como la exploración espacial o incluso en el desarrollo de videojuegos. Un nuevo proyecto, liderado por la Universidad Carlos III de Madrid, demuestra el potencial que podría tener esta tecnología en el cuidado de nuestra salud.
Los científicos han ideado un prototipo de realidad virtual con el objetivo de mejorar la rehabilitación motora del hombro. Y las primeras pruebas han sido exitosas: parece que este avance tecnológico no solo mejora los ejercicios de recuperación y la fuerza de los pacientes, sino que también acorta los tiempos de rehabilitación.
Según comenta Alejandro Baldominos a la Agencia SINC, «se ha realizado una evaluación con fisioterapeutas y la respuesta ha sido muy positiva». El sistema de realidad virtual utiliza el sensor de movimiento Intel RealSense y las gafas de realidad virtual Oculus Rift DK2. El prototipo diseñado, presentado en la revista Procedia Computer Science y en un congreso científico internacional sobre la aplicación de nuevas tecnologías en el ámbito de la salud (HCist) , se centra en los movimientos de la aducción y la abducción del hombro.
Gracias a la realidad virtual, el paciente actúa como si fuera un portero en un juego de fútbol. Por ello debe parar los balones que le lanzan en el juego, con lo que debe practicar los movimientos que mencionábamos. Así puede emplear el sistema de la UC3M para pasar un rato divertido mientras trabaja en la recuperación motora de su hombro. Sin duda, una muestra más del futuro de la realidad virtual y sus aplicaciones en el campo de la medicina, aunque se necesiten más ensayos para probar los beneficios directos de este avance tecnológico.