Científicos evalúan la tasa de hundimiento del Delta del Ebro gracias a imágenes obtenidas vía satélite. Estos datos servirán para hacer mapas de vulnerabilidad ante la amenaza del cambio climático.
¿Está en peligro el Delta del Ebro? Esta zona húmeda situada en Cataluña es uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental. Según algunas investigaciones, la región se ha hundido 0,3 centímetros al año durante las dos últimas décadas, una tasa que podría aumentar en el futuro como consecuencia del cambio climático.
Con el objetivo de proteger su riqueza natural, la Generalitat de Cataluña creó en 1983 el Parque Natural del Delta del Ebro, que ocupa las comarcas del Montsià y del Baix Ebre. A través del proyecto LIFE+ Ebro-Admiclim, investigadores del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña y del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias han evaluado el grado de hundimiento del Delta del Ebro, y sus conclusiones no pueden ser más alarmantes.
Las imágenes obtenidas vía satélite han servido para cuantificar la tasa de subsidencia del Delta del Ebro, que se sitúa en seis centímetros en los últimos veinte años. Gracias a las fotografías de radar durante el período 1992-2010, los científicos del ICGC y del IRTA han concluido que este nivel de hundimiento es similar al que presentan otras regiones deltaicas, aunque no sea igual en todas las zonas del Delta del Ebro.
En ese sentido, la parte norte del Delta del Ebro (Riumar) presentaría una tasa de deformación ligeramente superior a la observada en la parte central (Deltebre) y sur. El hundimiento estudiado tampoco es igual a lo largo de todo el año, pues los investigadores vieron que había importantes fluctuaciones estacionales. En algunas épocas se observó la elevación de la llanura deltaica, mientras que en otros períodos las mismas zonas del Delta del Ebro se hundían.
Por último, los investigadores también han medido el nivel de gases invernadero en los arrozales del Delta del Ebro, como se observa en la fotografía anterior. Los datos sobre el hundimiento podrían mejorarse en el futuro gracias a la instalación de reflectores estratégicos, situados en puntos clave del entorno, con los que mejorar la estimación de la distribución espacial de las medidas de la tasa de subsidencia.
En el futuro, los científicos pretenden desarrollar mapas de vulnerabilidad del Delta del Ebro, con el fin de determinar las zonas que mayor peligro corren de hundirse. Los planos también incluirán datos sobre las posibles subidas del nivel del mar, un importante parámetro teniendo en cuenta que el Delta del Ebro es una de las zonas más vulnerables al cambio climático. La tecnología vía satélite y el cartografiado de los datos obtenidos servirán para preparar esta región y evitar en lo posible que quede por debajo del mar.
Imágenes | Gabriel Villena (Wikimedia), LIFE+ Ebro-Admiclim