La veinteañera que obligó a los gigantes de internet a lavar sus trapos sucios en diversidad

Tracy Chou, ingeniera de software en Facebook, Quora o Pinterest, animó a las compañías de Silicon Valley a publicar los datos sobre el sexo de sus empleados. Doscientas cincuenta firmas tecnológicas atendieron su demanda y abrieron así el debate sobre sus problemas de diversidad.

Mucho antes de comenzar sus estudios universitarios, Tracy Chou ya tenía todos los ingredientes para trabajar en una exitosa compañía tecnológica de Silicon Valley. Hija de dos ingenieros de software con doctorado incluido, fue al instituto en Mountain View, la ciudad que alberga los cuarteles generales de Google. Además, tuvo la oportunidad de estudiar Ingeniería Eléctrica primero y un máster en Informática después en la prestigiosa Universidad de Stanford.

Sin embargo, Chou pretendía enfocar su trayectoria a los negocios. No imaginaba la prometedora carrera como ingeniera de software que la esperaba. “El problema no era una falta de interés o habilidad. Fue el sexismo que encontré, tanto en la universidad como en el trabajo, lo que me convenció de que no era lo suficientemente buena para tener éxito en tecnología”, explicó la propia Chou recientemente. Ella misma ha luchado contra ese sexismo logrando que las compañías tecnológicas pusieran sus cartas sobre la mesa de la diversidad, una asignatura que aún tienen pendiente.

“¿Dónde están los números?”

Chou era una de las pocas chicas de su clase en Stanford y, desde el principio, tuvo que soportar las desafortunadas bromas de sus compañeros, que comentaban cómo algunas estudiantes tenían éxito flirteando con los profesores. También presumían ante Chou de acabar en un santiamén las tareas de clase que a ella le costaban tanto esfuerzo. Chou pensó que aquel no era su sitio, hasta que uno de sus profesores le ofreció un puesto como asistente y se dio cuenta de que la falta de seguridad en sí misma era la raíz del problema.

Trabajó después como becaria en Google y Facebook, donde sintió que “era bienvenida porque era guapa para mantenerme cerca, no porque hubiera ninguna expectativa de que hiciera un trabajo útil y bueno”. Poco después, encontró su sitio como ingeniera de software en exitosas startups que estaban dando sus primeros pasos por entonces.

Tan solo cuatro personas trabajaban en Quora, la famosa plataforma de preguntas y respuestas que ya cuenta con 100 millones de usuarios al mes y que aterrizará en España dentro de poco, cuando entró a formar parte del equipo. También fue una de las primeras ingenieras que se unió al equipo de la red social Pinterest, una compañía valorada ya en 11.000 millones de dólares (9.900 millones de euros) en la que ha estado cinco años.

Precisamente trabajaba en esa firma cuando asistió al Grace Hopper Celebration of Women in Computing, un congreso anual en honor a la pionera de la programación informática. Allí se encontraba Sheryl Sandberg, la número dos de Facebook, argumentando que la brecha de género en la tecnología no paraba de empeorar. Fue entonces cuando Chou se preguntó cómo se podía acceder a los datos que probaban esa tendencia.

Con la honrosa excepción de algunas firmas, como Intel y Cisco, las compañías de Silicon Valley no hacían públicos sus datos sobre diversidad en 2013. De hecho, algunas tecnológicas habían convencido a los reguladores federales de que publicar los datos demográficos sobre diversidad eran secretos comerciales que podían causar un “daño competitivo”.  

Así que Chou volvió a casa y escribió una entrada en su blog titulada ¿Dónde están los números? “Como ingeniera y alguien que ha tenido “el diseño basado en datos” amedrentándome en Silicon Valley, no puedo imaginarme tratando de resolver un problema en el que las métricas reales, las que marcan nuestras metas, se empañan”, escribió.

Sorprendentemente, sus plegarias para que las compañías hicieran públicos sus datos fueron escuchadas. Comenzó compartiendo los de la empresa en la que trabajaba: 11 mujeres de 89 (el 12 %) eran ingenieras en Pinterest por aquel entonces. En una semana, 50 compañías, entre ellas Dropbox, Reddit y Mozilla, habían compartido los datos en el repositorio de Github que creó con ese propósito. Los datos tampoco eran buenos, pero Chou había conseguido abrir el debate.

El comienzo de la cruzada (inacabada) por la diversidad

A los pocos meses de comenzar su iniciativa, Google hizo públicos por primera vez los datos sobre el sexo y la procedencia de sus trabajadores. Tal y como se esperaba, dejaban mucho que desear: tan solo un 30 % de sus trabajadores eran mujeres. Las cifras de mujeres que ocupaban cargos de responsabilidad o puestos técnicos eran aún peores. Entre los empleados estadounidenses, tan solo el 2% de los que asumían esos puestos eran negros o hispanos. Apple, Facebook, Twitter, Amazon y Yahoo siguieron el ejemplo del gigante de Mountain View.

Ahora, más de 250 firmas tecnológicas figuran ya en el repositorio de Chou, aunque muchas no han actualizado periódicamente sus datos. Los porcentajes de diversidad tampoco han mejorado significativamente. Google dijo haber asignado una partida de 150 millones de dólares (133 millones de euros) en 2015 para mejorar sus porcentajes.

Sin embargo, las últimas cifras dejan bastante que desear. El 69% del total de empleados, el 81% de los que ocupan puestos técnicos y el 76% de los que ocupan cargos de responsabilidad continúan siendo hombres. Los datos de diversidad étnica en Estados Unidos no son mucho mejores: el 70% de los puestos técnicos o de liderazgo son desempeñados por empleados blancos.

Las cifras de Facebook no son mucho más halagüeñas y tampoco suponen una mejora notable respecto a sus datos anteriores: solo un 33% de sus trabajadores son mujeres. Además, un reducido 4% de los empleados son hispanos y un 2% son negros. La compañía de Mark Zuckerberg recibió duras críticas después de sugerir que la falta de talento era la causa de los problemas de diversidad de la compañía.

“La representación adecuada en la tecnología o cualquier otra industria dependerá de que más personas tengan la oportunidad de adquirir las habilidades necesarias a través del sistema de educación pública”, señalaba la firma en un comunicado. En Twitter —otra de las compañías que ya está trabajando para mejorar sus porcentajes de diversidad— cientos de personas reprocharon esas palabras con el hashtag #FBNoExcuses.

Mientras tanto, la labor de Tracy Chou ha sido ampliamente reconocida por medios como Wired o Forbes, que la incluyó en su lista Tech 30 under 30 de las grandes promesas de la tecnología. Hace tan solo unos meses, abandonó Pinterest para emprender su propia aventura, aunque por el momento no ha dado más detalles sobre ella.

Lo que no ha dejado Tracy Chou es la lucha por la diversidad que comenzó hace tres años. Junto con otras siete mujeres que trabajan en el sector de la tecnología, ha fundado hace unos meses Project Include, una organización sin ánimo de lucro para ofrecer recomendaciones y herramientas a las startups en materia de diversidad. Aún queda mucho camino por recorrer, pero, sin haber cumplido los 30, esta joven programadora de Silicon Valley está poniendo su granito de arena para que las compañías den sus primeros pasos.

FOTO: Techcrunch | Flickr

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