El nuevo prototipo de Lamborghini es capaz de usar su carrocería de fibra de carbono para almacenar energía.
Se dice que el principal problema de los coches eléctricos es la autonomía. Hay quien afina más y apunta que el reto es la velocidad de carga. Después de todo, si la batería se llenara de energía en cinco minutos, solo habría que realizar esta operación más frecuentemente en comparación con los vehículos de motor de combustión. Otros señalan a las carencias de infraestructura como el problema: no hay estaciones para abastecer a una flota de eléctricos.
Sea una u otra la manifestación del problema, lo que está claro es que se trata de un reto energético. Y la tecnología que llevan los coches está en el centro de todo. El nuevo prototipo de Lamborghini es un experimento en este sentido, pero puede marcar un camino a seguir.
Se trata de un modelo de deportivo desarrollado en colaboración con investigadores del MIT. Este coche eléctrico utiliza supercondensadores en lugar de baterías. Estos componentes son capaces de almacenar energías en densidades muy superiores. De manera que el volumen y el peso destinados a la batería se aprovechan mucho mejor.
El vehículo, bautizado como Terzo Millennio (tercer milenio, en italiano), tiene un diseño futurista, como no podía ser de otra forma. Pero lo más llamativo es la tecnología que no se ve. Los supercondensadores pueden cargarse mucho más rápido que las baterías normales. De esta forma paliamos dos de las expresiones del problema energético de los eléctricos. Por una parte, la autonomía aumenta gracias a que la capacidad es mayor, pero además, la velocidad de carga también lo hace.
El factor de almacenamiento energético es clave en el Lamborghini Terzo Millenio. Y sus virtudes no terminan en los supercondensadores. Tal vez lo más llamativo es que el vehículo tiene una carrocería de fibra de carbono capaz de almacenar energía.
La fibra de carbono de este superdeportivo eléctrico está preparada para almacenar energía, con el fin de incrementar la autonomía. Así, se puede decir que la carrocería de este vehículo actúa como una batería suplementaria. El aprovechamiento del espacio es óptimo, pues se utilizan partes del coche, que estarán ahí por principio básico, para el almacenamiento energético.
Evidentemente, el prototipo dista de ser un modelo que vaya a ser comercializado. Es más bien una prueba de concepto, para saber hasta dónde se puede llegar. Pero la idea de acumular energía en las partes básicas del vehículo podría ser una idea de futuro.
Imágenes: Lamborghini