El crowdfunding, una alternativa a la banca tradicional y una forma valiosa y viable para empresas, proyectos y emprendimientos.
El de crowdfunding es, sin duda, uno de los conceptos que ha tomado más fuerza en estos últimos años en los que la ‘era digital’ es una realidad en toda regla pero, ¿cómo ha cambiado este mercado en los últimos tiempos? ¿La proliferación de plataformas pasará, necesariamente, por una fase de consolidación? ¿Será la especialización la tabla de salvación de muchas de estas plataformas?
El crowdfunding se refiere a la práctica de donar, prestar o invertir dinero de forma colectiva en proyectos y/o empresas a través de Internet. Una actividad que no es nueva en absoluto –empezó en la prolífica década del 2000 con plataformas como Fundavlog en Estados Unidos, una especie de incubadora fallida de proyectos de contenido audiovisual cuyo fundador, Michael Sullivan, fue el primero en emplear el término crowfunding– pero que cada vez sube a más adeptos a su carro. De hecho, según las estimaciones de The Crowdfunding Centre, gracias al crowdfunding se financian online y de forma colectiva unos 450 nuevos proyectos al día en todo el mundo. Es más, según esta misma fuente, en la actualidad hay 22.000 proyectos activos en plataformas de crowdfunding a escala global.
Los datos que arroja un reciente estudio elaborado en Europa también sorprenden, y eso que el Viejo Continente suele ir bastante a la zaga del gigante estadounidense, que implanta vorazmente todo lo relacionado con la economía digital. El estudio, el primero que se realiza comparando múltiples plataformas de financiación alternativa del ecosistema europeo (han colaborado 14 asociaciones del sector a nivel nacional o regional y 255 plataformas en Europa de modo que representaría al 90% de este sector) y elaborado por el nuevo Centro para Financiación Alternativa de la escuela de negocios Judge Business School de la Universidad de Cambridge junto a la empresa EY, asevera que el mercado de crowfunding creció en Europa un 144% en 2014 hasta alcanzar prácticamente los 3.000 millones de euros. Se trata de un segmento, reza el informe, que seguirá creciendo exponencialmente hasta el punto de que podría superar los 7.000 millones de euros en 2015.
Solo en España este mercado pasó de 19 millones de euros en 2013 a unos 62 millones en 2014, es decir, se triplicó, poniendo de manifiesto que este es un nicho que conviene poner en el radar. Pero, ¿cómo ha cambiado el mercado de crowdfunding en los últimos tiempos? ¿La proliferación de plataformas pasará, necesariamente, por una fase de consolidación de las mismas? ¿Cuáles son las plataformas y el tipo de crowdfunding –donación, préstamo, recompensa o equity– que reinará en los próximos años? ¿Será la especialización la tabla de salvación de muchas de estas plataformas?
Hacia plataformas de mayor valor añadido
Para Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, que aglutina a las principales plataformas de financiación colectiva online existentes en España, “la tendencia del crowfunding pasa por el crecimiento, pero no ya de plataformas específicas sino de la práctica en sí, es decir, cada vez más personas solicitarán apoyo financiero a sus proyectos y, en muchas ocasiones, no lo harán ni siquiera en una plataforma específica, sino a través de su propio site. El caso del periódico digital El Español, que ha utilizado esta práctica para buscar fondos, es un ejemplo de ello”, afirma el experto.
¿Dónde quedarán, entonces, las plataformas de crowfunding como tal? “Claro que habrá espacio para ellas pero para ello tienen que aportar algo más, es decir, las plataformas que no añadan valor desaparecerán”, sentencia Oliver para quien la especialización es uno de los motores de éxito de estas iniciativas. “No ya la especialización por sectores concretos sino por tipo de proyectos –explica–. Kickstarter es un ejemplo perfecto de esta visión. Se trata de una plataforma que no acoge cualquier proyecto, los suyos tienen identidad propia, deben ser creativos, diferentes… Ha logrado crear un mercado con una identidad muy marcada, un universo muy particular que se caracteriza por una apuesta por la calidad. Sin duda, seguirá siendo un referente”.
Para Oliver esta apuesta por la calidad de los proyectos y por tener una identidad diferente es, de hecho, una garantía de supervivencia. “En el lado opuesto se encuentra Indiegogo, una plataforma totalmente genérica donde cualquiera puede publicar el proyecto que quiera que obtenga fondos –añade–. Aunque este tipo de plataformas tiendan a ser menos en los próximos tres años también serán necesarias. No hay que olvidar que una plataforma especializada ofrece amplias ventajas a un público también especializado, pero hay muchas más personas a las que se puede llegar. De ahí que las plataformas más genéricas sigan teniendo su público. Está bien que estas sigan existiendo, aunque habrá menos”.
Especialización sectorial
Además de la especialización por tipo de proyectos la tendencia de cara a un futuro próximo en el mercado de las plataformas de crowdfunding pasa por la especialización sectorial. “En realidad, las primeras plataformas que emergieron eran especializadas, sobre todo muy ligadas a la música y a proyectos culturales y sociales. Fue más tarde cuando surgieron las plataformas más generalistas. Pero ahora están proliferando de nuevo más plataformas sectoriales asociadas sobre todo a segmentos emergentes como el de las ciencias de la vida, al energético e incluso al inmobiliario”.
Se trata de nuevos sectores que, afirma Oliver, mueven más dinero que las tradicionales plataformas especializadas en música y cine. “El auge de las iniciativas de crowdfunding en ciencias de la vida es impresionante en Estados Unidos, donde éstas crecen tanto en número como en volumen y sofisticación”, señala el experto.
Convencido del potencial de este nicho, el propio Oliver –impulsor en España de plataformas como iLoveScience, CreoEnTuProyecto y Projeggt– también ha creado Capital Cell, un proyecto de equity crowdfunding centrado en el sector de la salud y la biotecnología.
Pero este ámbito, como decíamos, no es el único que crece. “El mundo Fintech también empieza a agrupar interesantes iniciativas. Las renovables también empiezan a tener un espacio en el crowdfunding con proyectos como Crowd Invest en España o Mosaic.com en Estados Unidos, centrada en energía solar. E incluso el mercado inmobiliario, un negocio que, en realidad, nunca se fue, ahora aflora con nuevas plataformas”. Estados Unidos es, de nuevo, el que acoge las mayores iniciativas, aunque Oliver espera que España acelere su apuesta por este segmento. La moda, asegura el experto, podría ser el siguiente gran vertical de este negociado.
Este auge por las plataformas especializadas tiene lógica. “Se convierten en un lugar donde se aglutinan expertos que quieren invertir en un ámbito específico, en un lugar donde se encuentra la oferta y demanda del sector. Sin duda, tanto para los inversores como para las personas que esperan obtener financiación para sus proyectos estas plataformas especializadas aportan más ventajas”. Una de las posibilidades que permiten es, precisamente, poder comparar distintas iniciativas en un solo lugar. “Además, a nivel informativo son muy útiles, en estos sites se aglutina lo último sobre lo que se está investigando. Y, por supuesto, no hay que olvidar que son muchas las sinergias que pueden surgir en estas plataformas: más allá de la inversión permiten encontrar socios, talento…”.
El futuro de estas plataformas especializadas pasa también por “aportar un valor que vaya más allá de lo económico, por ejemplo, que den visibilidad y transparencia”, afirma el presidente de la Asociación Española de Crowdfunding.
Por tipo de crowdfunding que ofrecen, según Oliver, las iniciativas que crecen con más fuerza son las ligadas al modelo de préstamo y también las centradas en el equity crowdfunding, pero sobre estas últimas pesa una losa en el caso de España y otros países: la legislación.
La ley como freno
El hecho de que la digitalización de la sociedad y la economía haya ido más rápido que la adaptación de las leyes de los distintos países a esta nueva realidad no sorprende pero, de nuevo, pone barreras a determinadas actividades y el crowdfunding es una de ellas. Volviendo al estudio europeo antes citado, si bien hay países donde la legislación en materia de cofinanciación colectiva es más laxa –gran parte de los encuestados de Francia y Holanda afirman estar satisfechos con la regulación de este sector– en otros, como es el caso de España, Alemania e incluso (y sorprendentemente) los países nórdicos es “demasiado estricta”, en palabras de la mayor parte de entrevistados.
En el caso de España, de hecho, está a punto de salir del horno una nueva ley que regulará el crowdfunding de equity y de préstamo sobre la que las plataformas del sector han manifestado su desacuerdo. “Es una ley que nacerá obsoleta, muerta”, sentencia Oliver. “Sí es cierto que regular es bueno en el sentido de que dará más confianza a los ciudadanos españoles a usar este tipo de plataformas, pero, por otro lado, debido a las limitaciones de capital que establece, podría ocurrir que las plataformas de crowdfunding de equity o de préstamo extranjeras salgan beneficiadas frente a las españolas”, añade el experto.
En todo caso, afirma éste, más allá de esta polémica está claro que al crowdfunding le espera una larga vida en España. “No hay ninguna razón por la que no pueda triunfar incluso más que en otros países”, indica.
El caso de Verkami
Entre las plataformas más conocidas del panorama español destacan tres que siguen el modelo de recompensa: Verkami, Lánzanos y Goteo. La primera es una de las mejor posicionadas con su acercamiento al ámbito cultural. “Artistas, creadores y profesionales de la cultura pueden encontrar en Verkami una herramienta para presentar sus proyectos, expertos en las industrias culturales para ayudarles a plantear su campaña con garantías de éxito y una comunidad creciente de amantes de la cultura que también han encontrado en el crowdfunding y Verkami una nueva forma de consumir cultura”, nos explica Jonàs Sala, cofundador de la plataforma.
Éste, al igual que Oliver, está convencido de que “la especialización es la clave”, aunque reconoce que “en los más de cuatro años de vida de Verkami hemos visto muchas plataformas nacer y desaparecer y unas pocas han sobrevivido, y estas supervivientes no son de nicho”.
Sala afirma que aunque la plataforma que cofundó cubre todo el espectro creativo, a día de hoy, los sectores que más se han utilizado en Verkami son los musicales, audiovisuales y editoriales, por este orden. “Y los que más éxito tienen son también la música, las artes escénicas y los proyectos editoriales”, añade, indicando que el 70% de los proyectos publicados en la plataforma logra éxito, “un porcentaje único entre las grandes plataformas de crowdfunding”, apostilla. ¿Las claves? “Una combinación del asesoramiento experto y la comunidad de usuarios”.
El responsable reconoce, no obstante, que aunque un reciente estudio elaborado por la empresa Two Much asegura que el 45% de los internautas españoles de 18 a 60 años conocen el crowdfunding, “aún queda mucho camino por recorrer”. Su equipo, desde luego, está satisfecho. Es la plataforma que más confianza genera entre los internautas españoles, según el citado estudio y, además, en su corta vida han logrado financiar más de 2.900 proyectos. “Y hemos permitido que existan en tiendas, librerías y cines muchas obras que de otra forma nunca hubieran existido”, finaliza.
Imágenes vía | pixabay , lendingmemo , 20 Watts y Flickr (Cristina Calderer)