Los 3 retos de Europa: productividad, innovación y digitalización

La revolución digital

Estamos evolucionando hacia un mundo hiperconectado y digitalmente inteligente que se abre a nuevas oportunidades para todos nosotros, desde los nativos digitales, hasta aquellos con discapacidades e incluyendo cada vez más a los ancianos. Muchos de nosotros podemos encontrar este vasto panorama disruptivo, pero podemos ver que la conectividad es esencial en nuestra vida diaria en la que el 43% de la población mundial está conectada a internet. Pero si pensamos que estas cifras son impactantes, el crecimiento predicho que tenemos por delante es incluso mucho más impresionante. Por ejemplo, para 2020, el 90% de la población con 6 años o más, tendrá un teléfono móvil. Esto sin mencionar los 50.000 millones de objetos conectados gracias a Internet de las Cosas.

La revolución digital permite abrir muchas puertas y trae consigo innumerables oportunidades para todos, pero esto no debe desviarnos la atención sobre el hecho que los mayores retos de Europa son el crecimiento económico y la creación de empleo. Si los utilizamos de manera inteligente, el futuro de la economía digital traerá nuevas perspectivas a una era de productividad e innovación, que son los dos catalizadores para la creación de riqueza en Europa. Y es que, comparado con Estados Unidos, Europa está alarmantemente por detrás con un 41% de las empresas europeas sin haber iniciado aún el proceso de digitalización. De igual forma, en Estados Unidos, entre el 2001 y el 2011, el 55% del crecimiento de su PIB se debió a la incorporación de servicios TIC mientras que en la Unión Europea durante esta misma franja de tiempo, la repercusión del sector TIC fue un 30% menor. Esta comparación sirve para remarcar que Europa está perdiendo de manera clara una oportunidad de liderazgo dentro del campo tecnológico.

La nueva era digital está basada en la conectividad, tanto fija como móvil, convirtiendo al sector telco en un jugador clave para el futuro, pero dónde sin embargo solo dos de las mayores empresas tecnológicas y de internet europeas están dentro del top 10 mundial. La clave para el nuevo panorama digital será asegurarse que todo y todos estemos conectados, de este modo, se crearán oportunidades para muchas más personas en todo el mundo. No solo no está Europa representada de manera adecuada dentro del top 10, sino que además la inversión en la industria telco en los Estados Unidos es un 40% superior a la nuestra. Europa necesita actuar ya mismo, ¿pero cuál es la solución?

30 ideas para el año 2030

 

Desarrollando un innovador y potente ecosistema digital basado en el mejor de la clase, con conectividad de banda ancha ultra-rápida que respalda los mejores servicios digitales podremos promover un campo de juego justo para todos los jugadores del ecosistema digital que elimine las asimetrías regulatorias que crean, entre todas, desventajas competitivas. Esto nos permitiría establecer unas condiciones adecuadas para estimular el emprendimiento y la innovación. Pero como con todas las buenas ideas, llega la conclusión, y en este caso es que es necesario disponer de un marco adecuado tanto político como regulatorio en orden.

La estrategia de la Comisión del Mercado Digital Único ofrece una excelente oportunidad a este respecto al tratar estos asuntos con prioridad alta. Políticas y regulaciones, deberán ser revisadas, considerando toda la cadena de valor de internet, asegurando la no discriminación así como un campo de juego justo para todas las partes implicadas, aplicando el principio de “mismo servicio, mismas reglas, mismos derechos”. Ningún agente en el ecosistema digital deberá ser tratado de una manera diferente en áreas como la privacidad, la transparencia, la seguridad y la protección de datos.

Otra solución clave para el éxito de Europa es el fomento para la creación de nuevas empresas digitales innovadoras y para esto nos podemos basar en otros países que han sufrido graves crisis económicas en el pasado. Corea del Sur es un interesante ejemplo de cómo afrontar la crisis económica: entre 1998 y 2003 (justo después de la crisis asiática) Corea del Sur incrementó un 50% su inversión en I+D. Mientras, comparativamente en Europa, España por ponerla como ejemplo, ha reducido recientemente su inversión en I+D en un 10%.

Esto puede que se vea como un duro trabajo para Europa, pero por el lado positivo, puede jactarse de un panorama dinámico y saludable de iniciativas de aceleradoras e incubadoras para startups así como de fondos de inversión de primera fase. Telefónica es muy consciente de que aún queda mucho por hacer y, por consiguiente, invirtió en el año 2014 7.000 millones de euros en I+D. Debido a este enfoque en innovación y emprendimiento, Telefónica creó Open Future, una plataforma que ha alcanzado e invertido más de 553 startups digitales, con 62 socios públicos y privados a lo largo de 18 países con 550 millones de euros comprometidos en inversión. Creemos enfáticamente en la colaboración entre sectores, motivo por lo que nos hemos asociado con la Comisión Europea y otras iniciativas corporativas como el “European Digital Forum” o el “Startup Europe Partnership”.

Desafortunadamente, ninguna industria es inmune a la revolución digital pero Europa afronta una oportunidad única para fomentar la inversión para una mejor conectividad y apalancar su potencial para promocionar un ecosistema digital innovador. Llevado a cabo con existo, esto permitirá a los ciudadanos e industrias europeas aprovechar plenamente los beneficios de la revolución digital, que es en resumen, lo que estamos buscando.

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