Coche autónomo

Los coches autónomos podrían poner fin a los atascos

Un grupo de investigadores del programa Cyber-Physical Systems publica un estudio que demuestra cómo el uso del coche autónomo puede suavizar la fluidez del tráfico. Los coches se hacen inteligentes y hacen más sencillo eliminar los temidos atascos.

La automatización en los vehículos a lo largo de la historia ha traído numerosas ventajas para los conductores, que cada vez se sienten más cómodos y seguros al volante. Aun así, su llegada no traerá la eliminación del aprendizaje sobre la conducción manual, por el momento. De hecho, desde el BlogThinkBig.com, nos posicionamos hacia una convivencia entre el coche tradicional y autónomo, sin olvidarnos de la presencia del automóvil eléctrico.

La Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) ha financiado el programa Cyber-Physical Systems para profundizar en la investigación sobre el impacto de un supuesto uso generalizado de coches autónomos. El estudio fue dirigido por un equipo de investigadores especializados en las teorías sobre la ingeniería del transporte unida a la robótica y los sistemas cibernéticos aplicada a estudios sobre la fluidez del tráfico. Los responsables de la investigación fueron Joseph y Loretta López, presidentes del Departamento de Matemáticas en la Universidad de Rutgers, en Camden.

Menos accidentes y menos atascos

Los resultados confirman que con tan solo la presencia de unos pocos vehículos autónomos es posible llegar a eliminar los factores negativos de la conducción propia de los conductores humanos en el tráfico, causantes de, entre otras cosas, la ineficacia en el consumo del combustible, y de disminuir el riesgo de accidentes. El descubrimiento revela que la llegada de la automatización absoluta para los vehículos revolucionará el control del tráfico más de lo que se pensaba. Daniel B, otro de los colaboradores del proyecto, ha detallado por su parte que el estudio toma como muestra solo el 5% de los coches autónomos, un porcentaje muy bajo pero suficiente para eliminar “las ondas de retención” que se derivan de la conducción humana.

Una pista de conducción en el estado de Arizona fue el lugar elegido donde tendría lugar el experimento formado por un vehículo autónomo junto a otros 20 tradicionales conducidos por humanos, que rodearían un circuito durante un tiempo determinado. En la actualidad, los coches “humanos” que inundan nuestras carreteras todas las mañanas generan en algunos puntos unas retenciones propias de cambios de carril, estrechamientos, etc. Si se llegara a controlar el ritmo de los automóviles como ocurrió en la investigación con tan solo un coche autónomo, seríamos capaces de suavizar el flujo de tráfico para todos los coches y evitar así inoportunos atascos. Esto demuestra que incluso un mínimo porcentaje de este tipo de vehículos inteligentes puede influir en la carretera, eliminando las olas y reduciendo el consumo total de combustible en hasta un 40%. Además, los investigadores descubrieron que las estrategias de control del tráfico generadas por los coches autónomos son muy simples y sencillas de implementar en este tipo de situaciones. Su próximo paso será estudiar el impacto de este tipo de vehículos en situaciones con un tráfico más denso y más libre, por ejemplo, a la hora de elegir un carril frente a otro.

Tecnología automovilística

A su vez, esta investigación revela que no se precisan grandes avances tecnológicos para encontrar resultados positivos sobre el tráfico. La tecnología de la que disponemos en nuestros vehículos, como el control crucero adaptativo, ya tiene el poder de mejorar el tráfico sin que sea necesaria la intervención de un coche autónomo. Por tanto, el uso de vehículos inteligentes, ya sean autónomos o no, se convierte en próximos agentes de innovación para la ciencia que monitoriza y controla el tráfico.

La tecnología automovilística se ha encargado de la modernización de los propios vehículos, como ocurre con la llegada de los automóviles con sistema de navegación GPS integrados, olvidándonos de un aparato externo que necesite guiarnos; pero también será impulsora de la mano de los vehículos autónomos, de reemplazar las medidas clásicas de control de tráfico como los límites de velocidad variables. Pero para el éxito de esta innovación será imprescindible una comprensión del alcance de este tipo de proyectos, que actualmente se encuentra limitado bajo las leyes del mercado y la política. De hecho, uno de los investigadores, Benjamin Seibold, señala que es más probable llegar a un futuro donde todos los vehículos estén conectados, que a otro donde los vehículos autónomos tengan presencia en carretera.

¿Conducir podría convertirse en una experiencia como las que venden esos packs regalo que ofrecen la oportunidad de pilotar una avioneta? Si el coche ya se encarga de conducir por nosotros, solo tendremos que sentarnos y disfrutar de las vistas.

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