Los dispositivos que enterrarán tu pulsera cuantificadora

El ocaso de la pulsera cuantificadora ha llegado. A la caída en ventas de los principales fabricantes se suma la aparición de nuevos dispositivos dedicados que hacen mucho mejor su trabajo.

Hace unos años vivimos una explosión en ventas de pulseras cuantificadoras que hizo que, incluso gente que no practicaba deporte a diario, se embarcara a medir todo lo que hacía a lo largo de las jornadas. Al principio podían servir sólo para contar nuestros pasos en casa o en la calle, pero luego la competición nacida de los cuadros clasificatorios de aplicaciones sociales llamaba a los usuarios a correr y a controlar mejor el peso y las calorías de los alimentos ingeridos. La gamificación había llegado al deporte.

Sin embargo, ciertos cambios en los smartphones y en otros dispositivos como los que hoy repasaremos redujeron la necesidad y el deseo de llevarlos. A ello también se sumó la llegada del mismo sentimiento que invade a los compradores de GoPro (y que tanto preocupa a la empresa): nuestras vidas no son tan emocionantes como muestra el marketing. Lo que triunfa a largo plazo son las ideas y dispositivos que se integran en nuestras vidas, no aquello que nos fuerza a cambiar de hábitos. En este caso, lo que triunfa es lo que nos mide en cualquier actividad, sin que esa actividad cambie.

tecnología háptica

En nuestro día a día, los smartphones ya integran coprocesadores, podómetros y acelerómetros que, analizando nuestros movimientos, cuentan todos nuestros pasos, lo que al final del día arroja datos muy útiles sobre distancia recorrida, calorías quemadas, y los tramos de más actividad. Aunque para medir distancias corriendo es mejor un reloj con GPS integrado, el móvil en un brazalete sin aplicaciones puede ser suficiente según usos. Simplemente no ayudará a usuarios experimentados a contar otros factores como las diferencias de altura.

Wilson

Para jugadores de baloncesto que requieran usos especializados, es ideal el balón Wilson X Connected Basketball. Gracias a un sensor integrado es capaz de monitorizar no sólo tiros encestados y fallados, sino también la distancia a canasta, dando contexto e información a través de una aplicación móvil. Lo malo es su precio frente a balones tradicionales, 199$.

SmartSocks

No menos barato, pero igual de útil para especialistas del running pueden resultar los calcetines Sensoria Fitness Smart, que también envían información a una aplicación móvil gracias a unas tobilleras que, según declaran los usuarios, no se notan durante la práctica del deporte. Más allá de ofrecer los datos típicos, también registra cadencia, pisada, etc. Su precio es de 199$, aunque si se desea otra tobillera es necesario un desembolso de otros 159$.

Pulsera Aria

Por último, los smartwatches también han sido el reemplazo natural de las pulseras para el usuario medio, ya que proporcionan la misma o más información gracias a otros sensores y chips, pero también ofrecen notificaciones y aplicaciones de gran utilidad. Nuestra muñeca sigue ocupada, con muchos más usos, aunque, eso sí,  a menudo se desnudará debido a la baja autonomía de estos relojes frente a una pulsera cuantificadora de pocas funciones.

Imagen principal:  Yusuke Kawasaki (Flickr)

 

 

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