Son la última revolución en el deporte electrónico. Cerca de 400 millones de espectadores siguen esta modalidad deportiva en todo el mundo, pero las previsiones más fiables hablan ya de 600 millones para el año 2020.
Los eSports han crecido de la mano del entretenimiento tecnológico y llevan una proyección imparable. Con un crecimiento porcentual de audiencia del 20,1% desde el año 2015, en España se calcula que 3,7 millones de espectadores ven en estos momentos con regularidad competiciones de videojuegos, según recoge un reciente estudio de la compañía tecnológica Newzoo.
El auge de los eSports en nuestro país ha sido posible, en buena medida, por la apuesta realizada en este sector de los videojuegos de grandes compañías de telecomunicaciones, como Telefónica, y algún destacado grupo de comunicación, como Mediapro, que ofrece un informativo dedicado a esta modalidad deportiva en el canal Gol TV. A primeros de enero de este año Movistar y ESL (Electronic Sport League) llegaron a un acuerdo para conformar la mayor plataforma de eSports en España, que se tradujo además en la creación por parte de Movistar de su propio equipo y de un nuevo canal televisivo, Movistar eSports, que ofrece de forma ininterrumpida retransmisiones y contenidos específicos de este deporte.
La expectación que se ha ido creando en torno a los eSports es fácilmente constatable. Basta con observar la repercusión que alcanzan noticias como ésta: “Un joven de 17 años cobrará 150.000 dólares al año por competir en videojuegos”. Jay Won, como así se llama este jugador, pasará a formar parte del equipo NRG eSports en la próxima competición de la Overwatch League. En el contrato se incluye además una cláusula por la que Jay obtendrá un determinado porcentaje de los premios que reciba el equipo. Con el consentimiento paterno – al tratarse de un menor de edad – este jugador verá cumplido uno de los sueños de otros muchos jóvenes: ganar un buen dinero disfrutando de tu pasatiempo favorito.
Sin embargo, lo que hasta no hace mucho tiempo era una diversión para estos jóvenes se ha convertido hoy en una actividad deportiva que entraña dedicación exclusiva y que requiere también entrenamiento y preparación física. Como los deportes tradicionales. Las competiciones de eSports atraen cada día a más espectadores, y en los próximos Juegos Asiáticos de 2018 habrá presencia de este deporte, lo que algunos consideran el primer paso antes de solicitar el reconocimiento como deporte olímpico.
Los jugadores profesionales entrenan de seis a ocho horas diarias, cinco días a la semana. Además de visualizar partidos anteriores, con el fin de corregir errores, es muy importante cuidar la alimentación y disponer de una adecuada preparación física. “Aunque no se muevan las piernas, la musculatura del antebrazo y las manos está expuesta a contracturas”, afirmaba en una entrevista el osteópata y profesor de biomecánica, Íñigo Fernández, a la vez que aconsejaba la contratación de fisioterapeutas en los equipos de eSports.
Con el eslogan “Comienza el juego”, se presentó el 10 de enero de este año el proyecto de Movistar Riders, en colaboración con ESL: un importante proyecto que hoy es ya una consolidada realidad. Una realidad que se concreta, como decíamos anteriormente, en la creación de un club tremendamente competitivo y en poder darle a la audiencia la mejor oferta de contenidos sobre eSports que existe en nuestro país.
El futuro de los eSports no ha hecho más que empezar, pero sigue batiendo records.