La sonda espacial de la NASA envió las primeras imágenes de Ultima Thule a su sede española en Robledo de Chavela nada más comenzar el año.
La sonda espacial de la NASA New Horizons despegó desde suelo terrestre hace aproximadamente 13 años. Inició su período vital desde la estación de Cabo Cañaveral.
Los objetivos de la misión aeronáutica eran observar a una distancia cercana varios planetas del Sistema Solar, como, por ejemplo, Júpiter y Plutón (considerado desde 2006 un planeta enano).
Y alcanzó su velocidad máxima a su paso por Júpiter en 2007. Gracias sobre todo al aprovechamiento de su asistencia gravitatoria para adquirir una diferencia de velocidad de 4.023,36 m/s (14.482,8 km/h).
Los confines del Sistema Solar
Los expertos de la NASA han asegurado que nunca antes se había podido observar un cuerpo celeste tan lejano de la Tierra. Se encuentra a alrededor de 6.400 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Dicho cuerpo celeste, cuyo nombre original es 2014MU69, se renombró tiempo después como Ultima Thule. Proveniente de la mítica vikinga. Su significado nos acerca al territorio que marcaba el final del mundo conocido.
Pese a que se ha convertido en una de las fechas clave de este joven 2019, el estudio de Ultima Thule no estaba en los planes de la NASA.
Una vez producido el encuentro con Plutón su misión había concluido, pero desde el país estadounidense decidieron darle una nueva vida a esta pequeña sonda de menos de 500 kilos de peso. Al tener combustible de sobra, lo mandaron hacia los confines del Sistema Solar con el fin de estudiar un cuerpo celeste muy peculiar.
Ultima Thule posee no más de 30 kilómetros de diámetro. Y, pese a que aún es un misterio, podrían ser dos cuerpos en vez de uno. Por lo tanto, podrían ser dos rocas gigantes y heladas orbitando la una sobre la otra.
Robledo de Chavela, receptor de la información del New Horizons
La base madrileña, una de las tres estaciones de la NASA para investigar la Red del Espacio Profundo junto con la de Canberra (Australia) y Barstow (EEUU), ha sido la encargada de recibir los mensajes y la información de la sonda.
Hay aproximadamente siete gigabytes de información recogida que se irá enviando a un megabyte por segundo (debido a la distancia). Por lo tanto, en aproximadamente 20 meses, conoceremos todos los datos obtenidos recientemente con su encuentro.