Las acciones de Telefónica a finales de los años 60 eran conocidas como Matildes gracias a una campaña publicitaria protagonizada por José Luis López Vázquez.
“¡Matilde, Matilde que he comprado telefónicas!” Todavía muchos recordamos las Matildes, nombre por el que se conocían las acciones de Telefónica a finales de los años 60, gracias a una campaña publicitaria de lo más exitosa, protagonizada por José Luis López Vázquez. Las Matildes calaron hondo, marcando un cambio fundamental: en pocos años, el capital bursátil de Telefónica creció exponencialmente, así como los pequeños inversores.
¿Por qué se llamaron Matildes? Amalia Fuster, hija de Matilde, y trabajadora de Telefónica desde hace 24 años, nos lo cuenta. ¿Cómo llegamos a ella? Por casualidad y gracias a una camiseta que decía “Never forget Matilde”.
Amalia es de lo más sonriente, trabaja en Telefónica España. Todo lo pone fácil, su tiempo, fotos, disponibilidad. Es discreta y sencilla (como su madre, como luego descubro). Y nos pone en contexto:
Matilde Montojo, su madre, tiene ahora 74 años y es una madraza, está estupendamente, ejerciendo también de súper abuela de sus niñas, Matilde (15) y Carlota (11). Matilde trabajó en Telefónica desde 1963 hasta 1971 y comenzamos con la pregunta principal:
¿Por qué se elige Matilde para la campaña de venta de acciones de Telefónica?
El nombre lo eligió el actor José Luis López Vázquez, y fue por casualidad. Él asistió a una reunión (1967) con Santiago Galindo, el director entonces de un departamento que se llamaba SIRS (Servicio de Información y Relaciones Sociales). Estaban preparando una gran campaña publicitaria para la venta de acciones y mi madre estaba en el equipo que lo recibió, al presentarlos el nombre de Matilde le llamó la atención y por algún motivo le pareció perfecto para el anuncio. Y dijo “suena bien”, y así se quedó.
¿Entró tu madre en Telefónica en ese departamento, en SIRS?
Ella llevaba ya dos años en Telefónica, desde 1963. Entró con 17 años en el departamento de Tráfico, atendía el servicio oficial de comunicación para ministerios, embajadas, bases aéreas, etc. Con el presidente Barrera de Irimo, que llegó en 1965, fue cuando Santiago Galindo seleccionó personal de Telefónica para el SIRS y ella fue una de las elegidas.
Le encantaba su trabajo, realizaba labores de relaciones públicas, acompañaba a las visitas que se organizaban para colegios, estudiantes de telecomunicaciones, para ingenieros de otros países que venían a conocer las instalaciones…
Preparaba los recortes de prensa diarios para el presidente, llevaba la prensa de Andalucía. Viajaba mucho para asistir a ferias internacionales en las que participaba Telefónica. Y tuvo la suerte de ir también a la inauguración del cable submarino entre Cádiz y Tenerife. ¡Se lo pasaba fenomenal!
¿Cómo vivió tu madre la campaña y éxito de las Matildes? ¿Le afectó en algo en su carrera profesional? ¿Y a nivel personal?
Mi madre siempre ha sido muy discreta, y para ella fue una anécdota. Estaba encantada trabajando, tenía 19 años, y fue algo curioso, pero no le dio mucha importancia, ni le afectó en su vida. Ella estaba muy contenta en el departamento tanto antes como después del anuncio. Es verdad que mucha gente le paraba y le mencionaba la campaña, con comentarios como “tendrás muchas Matildes ¿no?” pero ella siempre le quitaba importancia.
¿Y tenía Matildes?
Sí, sí, claro ¡tuvo Matildes y yo también!
¿Estuvo involucrada en la campaña publicitaria?
Asistió a las grabaciones del rodaje y durante el tiempo que se llevó a cabo la campaña realizó, junto a sus compañeras, algunos trabajos relacionados con la organización de la Junta de Accionistas.
Y la campaña resultó ser un gran éxito, menuda popularidad
Sí, la campaña fue un gran éxito, las Matildes se hicieron famosas y se realizaron varios spots en los que participaron actores muy conocidos de la época. La compra de acciones de Telefónica era la opción de ahorro de entonces.
¿Cuáles crees que son las diferencias más importantes de esta Telefónica que vives tú y la de tu madre?
Mi madre recuerda su tiempo en Telefónica con mucho cariño, había un ambiente muy agradable y una relación muy cercana entre todos los empleados, en Gran Vía 28. Excepto la gente que estaba en centrales, todo el mundo se conocía. Era como una familia.
Ahora yo estoy muy contenta trabajando, a gusto, pero el tamaño marca la diferencia. Ahora somos tan grandes, yo por ejemplo no había venido al edificio Central antes, somos un mundo.
¡Y nos relacionamos a través de Workplace!
Sí, gracias a Workplace vi las camisetas de las Matildes. Yo estaba siguiendo el Encuentro [en noviembre de 2018] y de repente vi la camiseta (Never forget Matilde), me llamó mucha la atención, me hizo ilusión. Además, un compañero me trajo una pegatina de las Matildes también. ¡Y pensé que me encantaría tener una camiseta y a través de Workplace te contacté!
¿Qué piensa tu madre de esta Telefónica?
Le impresiona lo cambiada que está. Ella dejó Telefónica en 1971, cuando me tuvo a mí. Pero siempre me pregunta y le interesa mucho. Ha venido a Distrito Telefónica un día a un concierto y le gustó mucho.
Tú llevas 24 años en Telefónica, ¿en qué área estás? ¿Se parece en algo a lo que hacía tu madre?
Qué va, nada que ver. Entré en diciembre de 1995, en Orduña, en informática de Red Móvil, y en este departamento he estado todo este tiempo. Ha cambiado el nombre millones de veces, pero yo he estado siempre ahí. Entré de administrativo, luego técnico, y después responsable de desarrollos de Sistemas de Red (Móvil). Llevamos las herramientas de ingeniería, cobertura, creación de red. Estoy muy contenta, con la gente de siempre. El equipo ha variado también, pero algunos compañeros llevamos muchísimos años.
¡Tu hija también se llama Matilde! ¿Es consciente de la importancia de su nombre?
Para mi hija es muy importante su nombre ya que es el de su abuela, lo de las acciones es una curiosidad para ella (aunque cuando ve los anuncios no los entiende mucho).
Mi madre me puso el nombre de su madre, Amalia, mi abuela, y yo he hecho lo mismo con mi hija.
¿Le gusta su nombre?
A mi hija sí le gusta, ¡a la que no le gusta su nombre es a mi madre! (¡risas!)
¿Te gustaría que Matilde continuase la tradición y trabajase en Telefónica?
Me encantaría que pudiera formar parte de esta empresa en un futuro. Por lo pronto, ya conoce las oficinas, ha venido a los cursos de robótica, también a conciertos, películas en Navidad…
Quién sabe, pero con ese nombre, parte desde luego con un poco de ventaja…