Menopausia y relaciones sociales: cuando hablar se convierte en cuidar

Durante décadas, la menopausia fue un tema del que no se hablaba. En casa se vivía en silencio, en el trabajo se ocultaba y entre amigas apenas se mencionaba. Como recuerda a Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica, la doctora Silvia P. González, especialista en menopausia

“Yo soy de la época donde decirle a una mujer ‘estás menopáusica’ era un insulto”. 

Esa frase resume una realidad: la menopausia estuvo marcada por el tabú y la desinformación.

Hoy, sin embargo, algo está cambiando. Cada vez más mujeres comparten sus experiencias, buscan información fiable y exigen un abordaje más humano. La conversación ya no gira solo en torno a los síntomas físicos, sino también a cómo esta etapa transforma las relaciones sociales, la autoestima y la forma de comunicarse.

Desde el punto de vista médico, la menopausia marca el fin definitivo de la menstruación y suele aparecer alrededor de los 50 años. Pero más allá del cuerpo, implica una profunda reorganización emocional y social. Los cambios hormonales pueden provocar irritabilidad, ansiedad, insomnio o una sensación de desconexión: “Ya no soy yo, no me reconozco”, cuentan muchas mujeres en consulta. Estos efectos influyen directamente en la manera de relacionarse con los demás.

La comunicación es esencial siempre

En la pareja, por ejemplo, pueden generar incomodidad o distancia. Por eso, los especialistas insisten en que la comunicación abierta es esencial. Hablar sin culpa ni miedo ayuda a mantener la confianza y a descubrir una nueva forma de intimidad basada en la complicidad y el afecto. Lejos de ser un final, la menopausia puede convertirse en una oportunidad para redefinir la relación y vivir la sexualidad con más libertad y conexión emocional.

También las amistades adquieren un papel fundamental. Muchas mujeres encuentran en su grupo de amigas o en comunidades online un espacio donde compartir dudas, emociones y aprendizajes. Estas redes de apoyo entre mujeres son clave para sostener el bienestar emocional y romper la sensación de aislamiento. Compartir experiencias normaliza lo que antes se vivía como un problema individual.

En el entorno laboral, la conversación también se abre paso. Cada vez más empresas reconocen la importancia de acompañar a las mujeres en esta etapa, ofreciendo información y flexibilidad. Hablar de menopausia en el trabajo no resta profesionalidad: la refuerza, porque visibiliza una realidad que afecta a la mitad de la población.

doctora Silvia P. González

La doctora Silvia P. González recuerda a Mejor Conectados una teoría inspiradora: la “hipótesis de la abuela”, según la cual las mujeres, al dejar de ser fértiles, transmiten conocimiento y cuidan de su comunidad. En ese sentido, la menopausia puede vivirse como una etapa de legado y conexión, en la que la experiencia adquirida se convierte en sabiduría compartida.

Cuidar el cuerpo, la mente y las relaciones es la mejor forma de atravesar este proceso. Hablarlo, escucharse y acompañarse son actos de autocuidado tan poderosos como cualquier tratamiento médico. La menopausia no es el fin de nada: es una nueva etapa para reconectar con una misma y con los demás.


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