El acceso a financiación es uno de los mayores desafíos de las empresas españolas. Aquellas compañías que se encuentren en pleno crecimiento y presenten un proyecto atractivo, pueden optar por cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil
«No sobrevive el más fuerte, sino el que consigue adaptarse mejor al cambio«. Esta frase, que podría considerarse una aplicación directa de la teoría de la evolución de Charles Darwin a la economía, es una de las máximas que deben tener en cuenta las empresas a la hora de resistir una crisis como la que estamos viviendo. El acceso a financiación, cada vez más complicado para muchas compañías, puede solventarse con la venta de acciones de la empresa en el Mercado Alternativo Bursátil. ¿Pero qué es y cómo funciona?
Cuando hablamos de cotizar en la Bolsa, normalmente nos referimos a grandes compañías que deciden estratégicamente proporcionar liquidez a sus accionistas, adquirir notoriedad, obtener financiación o contar con una valoración objetiva del trabajo de la empresa. La Bolsa es una puerta de entrada para inversores nacionales y extranjeras. Pero no es la única.
Debido a que no todas las compañías cumplen con los requisitos de entrada a Bolsa, existen otros mercados en los que las empresas con una reducida capitalización pueden tratar de expandirse, lograr financiación y establecerse con reglas de juego adaptadas específicamente para ellas. Como gran ejemplo destaca el Mercado Alternativo Bursátil, creado en 2008 como sección de la Bolsa y Mercados Españoles (BME), y supervisado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Varias empresas españolas, como la andaluza Bionaturis, cotizan ya en el Mercado Alternativo Bursátil. En un contexto difícil para muchas pequeñas y medianas empresas de gran potencial, el MAB se posiciona como un enclave estratégico. Y es que la financiación no bancaria de PYMES apenas representaba el 22% el año pasado.
Las ampliaciones de capital de compañías que cotizan en el Mercado Alternativo Bursátil es una vía alternativa para obtener financiación, que evitan así optar por la deuda financiera. Las empresas que eligen saltar al MAB suelen contar con dos características propias: por un lado, a pesar de un reducido capital, se encuentran en pleno crecimiento, y por otro, presentan un proyecto empresarial atractivo.
De este modo, en el Mercado Alternativo Bursátil nos encontramos con compañías muy variopintas y de sectores muy diversos. Existen, por ejemplo, empresas ligadas a la biotecnología (Bionaturis, AB-Biotics, NeuronBio o Inkemia-IUCT), a los servicios de consumo (Boda Click, CommCenter, Imaginarium) o a las telecomunicaciones (Altia Consultores, Catenon o Let’s Gowex).
Dado que el acceso a financiación es uno de los desafíos de las empresas españolas, una decisión estratégica y exitosa podría ser cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil en el caso de que nuestra compañía crezca y cuente con un proyecto atractivo. Así ofreceremos adecuada transparencia y liquidez a nuestros inversores, una garantía fundamental para seguir apostando por nuestras ideas emprendedoras.
Imágenes | Lif (Flickr), Bionaturis (Flickr)