metal superhidrofóbico

Científicos desarrollan un metal superhidrofóbico que repele por completo el agua

El sistema de microranuras de estructura compleja generadas por láser transforman la superficie del metal en una superficie que repele por completo el agua

Los últimos avances en nanotecnología han permitido desarrollar sustancias capaces de aportar propiedades superhidrofóbicas a cualquier superficie con el fin de repeler líquidos como el agua u otras sustancias de mayor viscosidad como el aceite, gracias a la película de aire generada por su nanoestructura. Estos tratamientos superficiales tienen interesantes aplicaciones industriales para reducir la resistencia a la abrasión e incrementar la durabilidad de la maquinaria. En cambio, un equipo de investigadores estadounidenses ha ido más allá y ha conseguido desarrollar un metal superhidrofóbico, cuya superficie repele por completo el agua.

El hallazgo de los científicos, publicado en la revista especializada Journal of Applied Physics, no solo aporta un comportamiento hidrofóbico al material, también permite la autolimpieza de su superficie debido al efecto de la tensión superficial del agua al entrar en contacto con el sólido, generando un efecto de arrastre de las partículas de polvo adheridas momentos antes de rebotar y caer.

metal superhidrofóbico

Nanoestructura superficial

El intento de producir materiales que repelan líquidos sin necesidad de recurrir a la actual técnica del revestimiento, ha germinado en una novedosa técnica que transforma por completo la forma de la superficie del propio metal en una compleja estructura creada por láser. Por tanto, el secreto de este metal superhidrofóbico no reside en la composición química del material, sino en una capa superficial de microranuras cubiertas de nanoestructuras complejas producidas por los pulsos rápidos de un rayo láser sobre su superficie.

Esta técnica desarrollada por el investigador Chunlei Guo y su equipo, requiere la grabación de microsurcos paralelos en forma de ranuras sobre la superficie de un metal a una distancia de 0,1 mm, utilizando un potente láser capaz de aplicar pulsos de tan sólo unos cuadrillones de segundos. Gracias a esta aplicación casi cualquier metal podría adquirir un comportamiento superhidrofóbico con interesantes aplicaciones tecnológicas e industriales.

Cualquier material sometido a la técnica de Guo imposibilita que su superficie se moje, debido a la cámara de aire generada por la compleja estructura de escamas de tamaño microscópico de su superficie al entrar en contacto con el aire.

Aunque esta técnica se encuentra en fase experimental, promete interesantes aplicaciones en la fabricación de dispositivos, carrocerías para coches o fuselajes de aviones, donde la impermeabilización y la limpieza del polvo o residuos adheridos a su superficie, es una parte fundamental de su mantenimiento y de su lucha frente a la corrosión.

No obstante, uno de los retos a los que se deberá enfrentar esta tecnología es precisamente el abaratamiento de los costes de producción y la necesaria simplificación del proceso de transformación superficial del metal para que resulte un proceso industrial rentable y eficiente.

Imágenes | vía BBC y pixabay

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