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Metaverso y educación, ¿condenados a entenderse?

Muchos vieron, y siguen viendo, Internet como un entretenimiento, un pasatiempo. Y el Metaverso también se ve principalmente como un nuevo espacio de ocio y una oportunidad de negocio. Eso es innegable. Pero en el Metaverso también tiene cabida la educación, presencial y online. Gracias al Metaverso podemos dotar la enseñanza de herramientas y contenido educativo multimedia e inmersivo que convierta la tarea de aprender en una experiencia sensorial.

Ya entonces, Isaac Asimov introducía en sus relatos de ciencia ficción tecnologías futuristas con imágenes en movimiento e inmersivas que se usarían en la educación. Hoy estamos cerca de esas predicciones gracias a la realidad aumentada y la realidad virtual. Tecnologías que hacen posible recrear momentos históricos, elementos sólo visibles a través del microscopio o introducirnos virtualmente en la materia de estudio en vez de hacerlo a través de un libro de texto al uso.

Y esto nos lleva a la pregunta que da título a este artículo. ¿Debe la educación hacerse sitio en el Metaverso? Ya hemos vivido experiencias similares en el pasado con resultados similares. Contenido audiovisual, videojuegos, juguetes robóticos, teléfonos móviles, ordenadores, Internet… La educación no puede darle la espalda a la tecnología y menos cuando puede resolver algunos de los problemas a los que se enfrenta la educación actual. No es la solución única, pero el Metaverso puede ser una gran oportunidad para convertir la educación online en algo placentero.

Integrarnos en la materia de estudio

El año pasado Mark Zuckerberg dio a conocer su ambicioso proyecto de Metaverso. Y uno de los ámbitos que trató fue el de la educación. El vídeo que encabeza este texto es prueba de ello. Y resulta un gran ejemplo de lo que el Metaverso puede hacer por la educación, presencial u online. Gracias a la realidad virtual podemos crear aulas virtuales, compartir espacio digital con compañeros de clase y profesores y aprender cualquier tema mientras nos introducimos en el mismo virtualmente.

Aprender el funcionamiento del cuerpo humano viajando a través de él, conocer nuestro sistema solar visitando cada uno de los cuerpos celestes que lo conforman, pasear por una ciudad romana para comprender mejor nuestro pasado… Son tres ejemplos de lo que la realidad virtual y el Metaverso pueden hacer por la educación.

La educación siempre ha tenido sus limitaciones para transmitir el conocimiento. Y nos las hemos ingeniado para solventar esas barreras. Diapositivas, transparencias, vídeos, dibujos, visitas y excursiones a museos y a centros divulgativos… Pero con la realidad virtual, aprender cualquier materia a distancia y/o desde cualquier lugar puede convertirse en una experiencia inmersiva e interactiva nunca vista.

Claro está, debemos evitar caer en lo fácil. No se trata de hacer en el Metaverso lo mismo que en una clase presencial. Precisamente, las ventajas del Metaverso es que no tenemos las mismas limitaciones. Por lo que es posible ir más allá del plano físico y ofrecer recursos educativos adicionales a los tradicionales. Y en el otro lado. Tampoco se trata de sustituir al profesor o a los materiales didácticos actuales por experiencias tridimensionales que busquen el mero espectáculo. O impresionar a los alumnos con luces, formas y colores. El Metaverso debe ser una herramienta más para lograr lo importante. Enseñar al alumno y que éste aprenda de la mejor manera posible. Lo importante es partir de ese objetivo adaptar nuestras interacciones con el Metaverso a ese objetivo y no al revés.

El Metaverso, más allá del ocio, es una oportunidad para la educación online

Todo un mundo por explorar

En varios sentidos, el Metaverso es todo un mundo por explorar. También desde el punto de vista educativo. Obviamente, todo lo dicho antes requiere de mucho trabajo previo para crear contenido 3D de calidad, atractivo y riguroso, que ofrezca un equilibrio entre entretenimiento y valor educativo, como propone el edutainment. De nada sirve tener la oportunidad de dar educación online en el Metaverso si luego nos limitamos a replicar el mundo físico.

Así que los educadores y los creadores de contenido tienen una gran oportunidad. Oportunidad de brindar a la educación recursos interactivos que conviertan la educación en una experiencia que combine diversión y aprendizaje. En parte, una vuelta a los orígenes en los que, desde pequeños, aprendemos por nuestra cuenta a través de la experimentación y del juego. Precisamente, la mejor manera de aprender es descubriendo uno mismo, lo que se ha venido a llamar aprendizaje activo.

El Metaverso no tiene por qué sustituir las aulas. Pero sí pueden complementar la educación presencial y enriquecer la educación a distancia. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero cada vez estamos más cerca de enseñar y aprender sumergiéndonos en la materia de estudio gracias a los cascos de realidad virtual que empiezan a verse en el mercado de la electrónica con precios que irán volviéndose más populares con el tiempo.

La educación online lleva tiempo mostrando al mundo que la tecnología puede emplearse para un buen fin. Eso sí, si tenemos claro a dónde queremos llegar. Las videollamadas, compartir pantalla, las pizarras virtuales o compartir vídeos y otros recursos multimedia, son recursos que profesores y alumnos tienen a su alcance para lograr sus propósitos. El Metaverso supondrá un gran salto cualitativo en cuanto a la experiencia de aprendizaje.

Y para que podamos aprovechar todo cuanto ofrece el Metaverso para la educación, los educadores de hoy, y los de mañana, deberán estar preparados. Es decir, que deberán saber usar estas herramientas tecnológicas. En parte, porque es posible que el día de mañana vayan a pasar mucho tiempo en este universo virtual. Y en parte, porque su popularidad a medio plazo lo convertirá en algo imprescindible hoy en día. Tanto como lo son las redes sociales, las aplicaciones móviles o saber comprar por Internet.

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