El StarTAC de Motorola dejó atrás a los ladrillos de la época, gracias a su ligereza y sus reducidas dimensiones. También fue el primer móvil que se ocultaba por completo bajo una tapa.
A mediados de los años 90 los teléfonos móviles tenían unas proporciones cercanas a las de un adoquín o un ladrillo, la ligereza era una cualidad ansiada pero raramente conseguida y el diseño estaba lejos de poder definirse como sofisticado. En este escenario apareció el Motorola StarTAC, con sus 88 gramos de peso y siendo el primer modelo clamshell del mercado: la tapa descubría y escondía todo, teclado y pantalla a la vez. Seguro que a más de uno este terminal le aguijonea la nostalgia.
Motorola había sido la compañía que desarrolló el primer teléfono móvil funcional y lanzó al mercado una primera versión comercial del mismo. Ésta llegó en 1983 y desde entonces la marca había lanzado dos series diferentes y varios modelos de cada una. Hasta enero de 1996, cuando dio el pistoletazo de salida a su tercera saga de móviles: el Motorola StarTAC (donde las siglas TAC, ya contenidas en los predecesores, significan Total Area Coverage).
Muchos se sintieron atraídos desde el primer momento por la novedad de diseño y la ligereza del terminal. Era muy diferente y –mucho más importante que eso– más pequeño y menos pesado que sus competidores. El freno estaba en los 1.000 dólares que costaba cuando salió a la venta. Pese a ello se vendieron 60 millones de unidades del teléfono.
La línea antecesora al StarTAC fue la del Motorola MicroTAC, cuyo primer modelo data de 1989. Pesaba unos 350 gramos y fue de los primeros que se abrían, dejando al descubierto el teclado. Sin embargo, la tapa no cubría todo el terminal, como ocurría con la siguiente generación de la marca. Su modo clamshell fue una de las características que situaron al teléfono como un adelantado en su tiempo.
Cómo era el Motorola StarTAC
Aparte del diseño con tapa, el StarTAC disponía de una antena que se estiraba. Pesaba 88 gramos y tenía unas reducidas dimensiones de 46x87x35 milímetros. Permitía hacer llamadas y algunos modelos soportaban los SMS, una tecnología emergente por entonces. También tiene el honor de ser de los primeros modelos que vibraba para avisar a su portador, una característica que provenía de los busca, dispositivos que Motorola fabricó igualmente.
La batería destacaba por su pequeño tamaño y lo poco que pesaba, si atendemos a los estándares de mediados de los 90. Era de NiMH, aunque existió la posibilidad de utilizar una de ion litio. El StarTAC fue el símbolo de una generación, apareciendo repetidamente en series de televisión y películas. Su gran acogida entre el público hizo que Motorola se viera desbordada por la demanda y para hacerla frente tuviera que ordenar a sus fábricas dedicarse de forma exclusiva al ensamblaje de este modelo.
Otros modelos de la época
Los que no recuerden el terminal ni en qué etapa se encontraba la telefonía móvil en esos momentos pueden convencerse de la importancia del Motorola StarTAC al compararlo con otros modelos de la época. Por aquel entonces se merecían más el apelativo de ‘aparatos’ más que el sofisticado ‘dispositivos’, como se llama hoy en día a los smartphones.
Uno de los teléfonos móviles que aparecieron también en 1996 fue el Nokia 9000 Communicator. Se trataba del típico ladrillo con teclado y con controles básicos para moverse por las opciones que ofrecía la pantalla rectangular. Pesaba nada menos que 397 gramos, casi cuatro veces lo que el teléfono de Motorola. Su principal novedad consistía en un teclado QWERTY que revelaba al abrirse por la mitad. Posteriormente, la compañía finlandesa lanzó una nueva versión (la que aparece a la izquierda en la imagen), el 9110 Communicator, que recudía de manera significativa el peso, a 253 gramos, y mejoraba las prestaciones técnicas.
Nokia tenía más de una baza en aquellos momentos y el mismo año lanzó al mercado su modelo 8110. Era algo curvado y estirado, con forma de plátano. Mucho más ligero que el anterior, 145 gramos, descubría su teclado deslizando una tapa hacia abajo. Por cierto que también tuvo su éxito cinematográfico. Los hermanos Wachowski lo escogieron para utilizarlo en la primera entrega de Matrix, de 1999.
Imágenes: Wikipedia