Últimamente están apareciendo muchos artículos y reportajes sobre la posibilidad de pagar con el móvil. Sin duda la idea es muy atractiva: poder pagar con algo que llevamos encima todo el tiempo. Si a esto le añadimos la posibilidad de localizar tiendas, comparar precios, buscar ofertas, recibir promociones y canjear nuestros cupones de descuento, el móvil se convierte entonces en el candidato ideal para sustituir a nuestra cartera física y las tarjetas de plástico.
Parece, por tanto, que poder comprar desde el móvil (como dispositivo conectado a internet) o con el móvil (como elemento físico que podemos usar sustituyendo a las tarjetas de plástico tradicionales) deja de ser una utopía para ser una realidad.
Hagamos un poco de historia…
Mobipay en España se desplegó en 2001 y fue una de las iniciativas pioneras para implantar el pago con el móvil. Tenía todas las papeletas para triunfar; estaban los tres OMR existentes, VISA, Mastercard, los principales bancos de España… sin embargo en 2009 se cerró al no cumplir las expectativas. ¿Razones? Según a qué participante preguntes se alegan distintas causas, pero en mi opinión fueron varios factores los que llevaron a su fracaso; quizá la falta de usabilidad (los usuarios tenían que teclear códigos USSDs largos), el difícil equilibrio en un modelo de negocio de pagos con nuevos actores (los operadores móviles) o la escasa publicidad del producto, provocaron que aquella iniciativa quedará como ejemplo de lo que NO había que repetir.
Sin embargo lejos de desaparecer, los pagos con el móvil están sufriendo una nueva revolución asociada fundamentalmente a tres factores clave:
- la gran penetración de los smartphones (más del 55% de los abonados en España disponen de uno) y por ende la explosión del mundo de las aplicaciones móviles
- el despliegue de redes móviles de alta velocidad y gran cobertura (94,8% de la población española tiene acceso a al menos una red 3G)
- la inclusión de la tecnología contactless (NFC) en los propios dispositivos móviles.
Esto ha provocado que el número de aplicaciones y formas diferentes para pagar desde un móvil se hayan multiplicado en los dos últimos años. Analicemos las distintas opciones que se nos presentan, sus características y la tecnología que hay detrás de ellas.
¿Por qué surgen los pagos móviles?
Empecemos por el principio. ¿Quién no ha enviado un SMS Premium, o descargado una canción, logo o tono, o adquirido una aplicación? Todos estos casos de uso fueron (y son aún hoy en día) los primeros pasos del pago móvil a los que todos nos hemos acostumbrados. Sin duda la compra de bienes digitales asociados a los móviles (música, tonos, logos, juegos, y recientemente aplicaciones), ha sido el revulsivo para que los pagos con el móvil sean una realidad.
Una vez resuelta esa primera necesidad de adquirir bienes digitales íntimamente ligados al móvil, surge una nueva necesidad/oportunidad. ¿Y si ya que estoy navegando con mi móvil quiero comprar algún producto? Si estuviera delante de un PC sacaría mi cartera, elegiría una tarjeta de crédito, teclearía sus dieciséis dígitos, el titular, la caducidad e incluso el CVV y después introduciría mi dirección completa para el envío. Sin embargo pensad en tener que hacer la misma operación desde un móvil… sujetad el móvil con una mano, la tarjeta con la otra y teclead los 16 números, después escribid la dirección de envío y todo eso en un entorno que normalmente no permite grandes comodidades. Este es uno de los principales motivos por el que se desarrollan los pagos móviles, conseguir mayor comodidad y usabilidad en los pagos. Para ello se buscan soluciones de pago “one-click” dónde todos mis datos (dirección de envío, método de pago, etc.) están ya almacenados en algún sitio y me permiten confirmar el pago con una sola operación (normalmente introducir una password, o un pin) con total sencillez. Si además conseguimos proteger la información más sensible (número de la tarjeta de crédito) de posibles comerciantes sin escrúpulos, habremos cerrado el círculo virtuoso añadiendo seguridad a nuestras transacciones.
Pero los pagos móviles no se limitan a solucionar estos problemas. Quieren ampliar su radio de acción saliendo del mundo virtual y dando un salto al mundo físico, en el que siempre llevamos nuestro móvil encima. Entonces, ¿por qué tengo que llevar también mi cartera? La ubicuidad es otro de los grandes motivos por los que se está apostando tan fuerte en los pagos móviles.
¿Qué soluciones de Pagos Móviles existen?
Como se puede comprobar a continuación, hay una inmensa variedad de posibilidades de pagos móviles cada una utilizando distintas soluciones tecnológicas y para ser utilizadas en diferentes situaciones y entornos. Os listo a continuación las soluciones de pago más representativas (aunque existen muchas más y otras estén viendo la luz en estos momentos) para después ir clasificándolas según “dónde se puedan usar”, “dónde almacenan los datos”, “cómo funcionan” y “quién está detrás de ellas”.
Podemos realizar una primera clasificación analizando “dónde” realizamos los pagos:
- Pagos presenciales (o “in store”). Utilizar el móvil para pagar en una tienda física de la misma manera que lo hacemos con el efectivo o con las tarjetas de plástico.
- Pagos on-line. Dentro de estos también empiezan a surgir diferencias sutiles (aunque nosotros no las trataremos en este artículo), y así nos encontramos con tres grandes grupos: pagos Web, pagos en las tiendas de aplicaciones y pagos “in-app” o dentro de una aplicación concreta.
- Pagos entre particulares (P2P). Envío de dinero entre usuarios.
Atendiendo a esa clasificación, las distintas soluciones se encuadrarían de la siguiente forma:
Como se puede apreciar algunas de estas soluciones aparecen en dos columnas, como es el caso de PayPal, dónde gracias a una nueva aplicación basada en códigos QR permite el pago en tiendas físicas habilitadas al efecto. El caso de Google Wallet es similar, si bien en este caso usa los pagos en la nube y la tecnología NFC para ofrecer soluciones tanto en pagos remotos como presenciales respectivamente.
En relación a dónde se almacena la información sensible (nuestra tarjeta de crédito) encontramos dos opciones:
- En un elemento físico de nuestro teléfono (SIM, elemento embebido o tarjeta externa). A este grupo pertenecen las soluciones basadas en el “NFC Móvil” lideradas por los operadores móviles apostando como elemento seguro la SIM, y la solución de Google con un elemento seguro en el teléfono.
- En la nube (Cloud Payments). El resto de soluciones se basan en almacenar los datos en la nube (incluyendo la solución de Google que es la única que apuesta por una solución mixta). En este caso todos nuestros datos quedan almacenados en algún punto de la red para poder ser usadas desde cualquier web o desde la aplicación móvil adecuada.
En cuanto a la tecnología (“cómo”) que se utiliza para hacer que los pagos funcionen, nos encontramos con las siguientes posibilidades:
- USSDs. Estas soluciones utilizan la tecnología de señalización de las redes móviles USSDs, para establecer sistemas seguros de identificación y confirmación de pagos. Esta opción suele ser utilizada en exclusiva por los operadores.
- SMS Premium. La solución más antigua de pago con el móvil en la que con un simple mensaje corto de mayor precio adquirimos un producto o servicio.
- Direct Billing (pago en factura del operador). Aquello que compremos usando esta tecnología se nos cargará directamente en la factura del operador.
- NFC. Esta tecnología permite utilizar el dispositivo móvil para pagar físicamente en una tienda. El cliente selecciona una tarjeta de débito o crédito almacenada en el elemento seguro, y se paga de forma similar a las tarjetas contactless de plástico que se están empezando a distribuir. Al uso de esta forma de pago se le denomina “tap and go”.
- Códigos QR. Ampliamente utilizados para capturar información, se utilizan ahora para identificarnos en los pagos. Esta tecnología permite pagar físicamente con el móvil sin necesidad de disponer de un terminal NFC. En comparación con la anterior, se denomina a su uso “scan and go”.
- Pago en la nube o APIs de pago (integración Web o pago desde la aplicación). En este grupo he incluido a todas las soluciones que tienen algo en común aunque lo usen de forma diferente; das de alta tus datos de pago y envío una única vez para después ser usados en distintas situaciones online. Todos estamos acostumbrados a encontrarnos con distintos botones en diferentes webs, que nos permiten pagar con un solo click. Estas soluciones implican que previamente nos habremos registrado y suministrado la información de pago y de envío en las páginas de los dueños de dichas APIS (Paypal, Amazon, Visa, MasterCard, etc…) de tal forma que solo es necesario identificarnos para realizar el pago ahorrándonos mucho tiempo en cumplimentar toda la información y protegiendo además la información más sensible (como nuestra tarjeta de crédito). Esta misma solución la utilizan aplicaciones para pagar directamente dentro de ellas (iTunes, O2 Wallet, etc.)
Por último tenemos que preguntarnos “quién” está detrás de cada solución de pagos con el móvil. Estos son los actores principales.
- Los operadores móviles (tanto en las soluciones de pago por NFC, como en las de USSDs, SMS Premium o Direct Billing y también últimamente en el pago en la nube o cons APIs de pago como O2 Wallet o BlueVia).
- Las marcas de pago Visa, MasterCard, American Express, con sus respectivas soluciones V.me, Paypass y Serve.
- Los bancos. Aunque no aparecen como propietarios de soluciones de pago directamente, están detrás de las soluciones de pago basadas en NFC , o en las soluciones de las marcas VISA, Mastercard, American Express que pueden llegar a personalizarse para un banco concreto (como el acuerdo entre BBVA y Visa).
- Las propias tiendas físicas o de aplicaciones (Apple, Amazon, Starbucks, Google), que han desarrollado sus propias soluciones de pago aprovechando los millones de clientes de los que disponen y evitando depender (y pagar) a terceros para resolver sus pagos.
- PayPal. Fue el primero que a gran escala introdujo un sistema de pago alternativo al tradicional en el mundo Web de los PCs. Ahora intenta hacerse un hueco en el mundo de los móviles, pero la competencia es feroz y muchos han aprendido (e imitado) las soluciones que Paypal implantó de forma pionera.
Y entre tantas soluciones, ¿cuál será la vencedora?
Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías e Internet, al principio se generan multitud de soluciones o alternativas que intentan hacerse un hueco y dominar el mercado. Ocurrió con los navegadores (llegó a haber más de 10 tipos distintos, y hoy resisten 3-4), ocurrió con los clientes de correo, e incluso con los sistemas operativos móviles, hoy cerrados (con el permiso de Windows Phone y Blackberry OS) a 2 soluciones practicamente (iOS y Android), algo que esperemos que cambie con la llegada de Firefox OS y Ubuntu Phone OS.
Lo mismo ocurrirá con los pagos. Estamos siendo espectadores de la explosión de esta tecnología, tendremos que esperar a que las aguas poco a poco se estabilicen para ver los verdaderos triunfadores. Mi opinión es que convivirán varias (pocas) soluciones, entre las que destacaría:
- Para los pagos físicos, NFC como solución masiva de pago presencial (tardaremos unos años en verlo pero se impondrá)
- Paypal seguirá reinando en los pagos on-line, pero tendrá algún otro competidor más (Google y Apple tienen muchas opciones de estar ahí).
- Las soluciones P2P probablemente sean dominadas por los operadores móviles aunque apoyados en soluciones de terceros como PayPal o de algún banco.
En cualquier caso es muy probable que aparezca en los próximos meses nuevas soluciones que intentarán hacerse un hueco en este jugoso mundo planteando nuevas formas de conseguir realizar pagos seguros, fiables y de la forma más sencilla posible. Lo que sí que está claro, o yo al menos así lo pienso, es que el dinero en efectivo está abocado a desaparecer en no muchos años y que la forma en la que veníamos comprando y pagando va a sufrir una auténtica revolución, que hoy pasa por el uso del móvil, pero que quizá en no mucho tiempo podamos pagar utilizando algún sistema biométrico sin necesidad de presentar ningún dispositivo adicional.
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