Nanomateriales para revolucionar los discos duros

En los años 50 IBM lanzaba las primeras unidades de discos duros de grabación magnética (HDD). Desde entonces han ido reduciendo su tamaño considerablemente al tiempo que aumentaban su capacidad y velocidad de escritura y lectura.

Para lograr esto, y cumplir lo que sería la ley de Moore del almacenamiento (la ley de Kryder), los avances tecnológicos han tenido que ser y son constantes. Hace sólo unos meses conocimos la noticia de que la empresa Western Digital iba a empezar a comercializar unos discos duros con helio en lugar de aire para evitar la corrosión por oxidación así como las turbulencias provocadas por movimiento de los platos y cabezales. Dado que el helio es hasta siete veces más ligero que el aire, permite aumentar la velocidad de rotación de elementos móviles sin provocar turbulencias.

Ahora un nuevo descubrimiento dado a conocer en la convención American Physical Society de Denver en el campo de los nanomateriales podría provocar un interesante avance disruptivo en la tecnología usada para construir los discos duros de nuestros dispositivos.

Científicos de la Universidad de California liderados por el físico Ivan Schuller han descubierto cómo un nuevo nanomaterial cambia su coercitividad de manera extrema en función de la temperatura a la que se somete. La coercitividad varía con cada material en función de la cantidad de su composición magnética, pero también en función de la temperatura que se le aplica.

Hasta ahora, se pensaba que todos los materiales magnéticos variaban de la misma forma ante los cambios de temperatura. Sin embargo el equipo del Dr. Schuller ha creado un nanomaterial que no se comporta como los conocidos hasta ahora. Este material se obtiene al depositar una ultradelgada capa de níquel de 10 nanómetros en una placa de 100 nanómetros de óxido de vanadio.

discos duros

El equipo de la Universidad de California empezó a probar la fuerza coercitiva del material a diferentes temperaturas y observaron que variaba de manera similar a otros hasta llegar a los -88 °C. No obstante, a partir de esta temperatura y hasta los -108 °C la coercitividad se incrementaba 5 veces más de lo normal. A partir de los -108 °C, volvía a caer hasta la mitad de su valor máximo a llegar a los -123 °C.

Una de las posibles utilidades que se les ocurrió a los investigadores para esta curiosa propiedad es que podría tener interesantes aplicaciones en el campo de los discos duros de grabación magnética.

Los HDD emplean sistemas de grabación magnética. Por lo tanto, la fuerza coercitiva del material empleado en ellos es importante a la hora de grabar y regrabar información. A los fabricantes les podría interesar utilizar el nuevo nanomaterial por su extrema fuerza coercitiva a determinada temperatura, para que calentando una parte concreta del mismo se pueda reescribir manteniendo el resto intacto.

Sin embargo, las bajas temperaturas que requiere el nuevo material lo hacen poco viable para entornos domésticos. Para solucionar este problema, según afirmaron en la convención de Denver, en breve publicarán otro trabajo donde explicarán el descubrimiento de otro material que dispone de las mismas características coercitivas pero a temperatura ambiente.

Imágenes Senimmi /Penn State Special

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