Investigadores del Georgia Tech y la Universidad Emory han utilizado la nanotecnología para combatir más eficazmente algunos tipos de tumores muy agresivos. Sus resultados han sido un éxito en las primeras pruebas en modelos animales.
Se llama glioblastoma, y su pronóstico es fatal, ya que los pacientes fallecen tan sólo meses después de haberse producido el diagnóstico. Este tipo de cáncer afecta al cerebro, y la medicina aún no ha logrado un tratamiento eficaz, que mejore la supervivencia de las personas afectadas.
La investigación en general, y la nanotecnología en particular, podrían sin embargo aumentar las esperanzas sobre el pronóstico de este tipo de tumores malignos. Actualmente, la medicina utiliza tratamientos como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia para frenar su evolución, pero en la mayoría de los casos, los resultados no son positivos.
Una nanofibra podría «redirigir» las células malignas para poder eliminarlas
El problema con este tipo de tumores cerebrales reside en que es complejo eliminarlos de su lugar de origen. Las células malignas se «esparcen», y la medicina aún no ha sido capaz de dar con una terapia suficientemente eficaz para eliminarlas al 100%.
Si por el contrario fuéramos capaces de guiar estos malvados tipos celulares hacia un punto específico, sería más sencillo aplicar directamente un tratamiento específico. Esa es la idea que se plantearon hace tiempo científicos del Departamento de Ingeniería Biomédica del Georgia Tech y la Universidad Emory: usar la nanotecnología para «redireccionar» las células tumorales hacia una localización específica.
Como podemos suponer, la nanofibra desarrollada debía tener un grosor finísimo, para poder introducirse en el cerebro, y así «arrastrar» consigo a las células malignas. Con esta estructura, más delgada que un pelo humano, los investigadores ayudaban mediante la nanotecnología a frenar el movimiento migratorio del tumor cerebral. Pero no lo hicieron de manera artificial.
Biomímesis: fijarnos en lo natural para mejorar la tecnología
Utilizando la biomímesis, los investigadores imitaron en la construcción de esta nanofibra la estructura de nuestros vasos sanguíneos y nervios. Estas «vías de comunicación» son usadas de manera rutinaria por las células malignas para invadir otros tejidos, por lo que fabricar un filamento polimérico similar ayudaría a engañar a este tipo de tumores.
El diseño de la fibra por nanotecnología fue un éxito. ¿Pero funcionaría? Al probarla en modelos animales, vieron que el polímero de policaprolactona, rodeado de capas de poliuretano, efectivamente servía como «colector tumoral». Al redirigir las células malignas hacia una localización específica, los científicos podían tratarlas luego con el fármaco ciclopamina, que ayudaba a ralentizar la expansión de las células malignas.
Aunque el tratamiento ideal consistiría en eliminar por completo este tipo de tumores cerebrales, lo cierto es que la terapia con nanotecnología mejoraría la supervivencia de los pacientes afectados. No lograría destruir todas las células malignas, pero sí evitar su migración y extensión, permitiendo que estas personas pudieran vivir más tiempo del que realmente lo hacen en la actualidad. La importancia de esta investigación es tal, que ha sido publicada en la revista Nature Materials.
Este trabajo es una muestra más de cómo la nanotecnología al servicio de la salud puede ayudar a mejorar nuestro día a día. Quizás investigaciones como esta sirvan en el futuro para lograr tratamientos más eficaces, y finalmente, incrementar la esperanza de vida de estos pacientes.
Imágenes | Mark Dow (devianArt), Jens Florian (Wikimedia)