nueva generación wearable

La nueva generación wearable que llama a la puerta

Los smartwatch, las pulseras inteligentes y otros dispositivos no pasan de ser complementos, pero cada vez más el wearable está penetrando en la ropa.

El concepto de lo que hoy se conoce como tecnología wearable empezó consistiendo en verdaderos (por el tamaño, no por la potencia) ordenadores personales que se acoplaban al cuerpo de su portador. La idea, seguramente con influencias de la ciencia ficción, era dotar a una persona de la capacidad de un computador, una herramienta que formaría una especie de simbiosis con el usuario para enriquecerlo. Poco a poco se fue dando paso a ordenadores que se acoplaban en la muñeca, en sustitución de un reloj. Eso sí, los prototipos de hace una década nada tenían que ver con los smartwatch que se comercializan  hoy.

Actualmente los smartwatch tienen un diseño sencillo y funciones que eran impensables hace años. Los avances también han sido significativos en pulseras inteligentes y en gafas. Es la tecnología wearable que se ha empezado a comercializar de forma relativamente masiva ahora o la que saldrá al mercado a corto plazo. Pero si se piensa fríamente todo esto se trata de complementos. Hoy por hoy este mercado no ha pasado de ahí.

Sin embargo, existen proyectos orientados a introducir la tecnología wearable en la ropa, de tal manera que estuviera totalmente integrada en prendas de vestir, algo que usa todo el mundo. Es lo que podríamos llamar una nueva generación wearable, aún por llegar. El diseñador holandés Borre Akkersdijk presentó en el pasado South by Southwest un traje en cuyo tejido están integrados sensores de WiFi, GPS, NFC o Bluetooth. De esta manera el portador de la indumentaria se convierte en un punto de acceso a la web, mientras que permite la comunicación con otras tecnologías inalámbricas.

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A todo esto se le añadía un sistema de reproducción de MP3. Con lo que el sistema contenía baterías, microprocesadores y componentes de hardware diversos. Para conectar los dispositivos el diseñador utilizó hilos de un material conductor, que se integra en el algodón de la ropa. Algo parecido han hecho en Japón, donde la NTT (Nipon Telegraph and Telephone) y una multinacional, Toray Industries, han creado camisetas capaces de captar las señales eléctricas que emite su portador.

En este caso el tejido es una nanofibra cubierta de un polímero conductor. Han desarrollado un prototipo de camiseta que detecta algunos biorritmos del portador. Esta información se manda a un pequeño receptor, desde donde los datos se envían a un smartphone. Aún quedan algunos aspectos por pulir, como la ocultación de los componentes, un detalle al que por el momento es difícil encontrar solución, pero otros retos se han solucionado. Por ejemplo, el material está preparado para no cortocircuitarse con el sudor.

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Objetivo: pasar desapercibido

No son los únicos proyectos que se están llevando a cabo con ropa tecnológica. El Instituto Politécnico de Virginia ha creado unos pantalones que integran sensores que miden algunas características de su portador. Lo han logrado cosiendo cables y tela a la vez. Hay quien dice que el verdadero objetivo de los wearable es pasar desapercibidos, se trate de gafas o de camisetas.

De hecho ya se han dado pasos en este sentido. No tiene nada que ver un smartwatch de ahora con el dispositivo que había hace algo más de una década. Lo que aún queda por trabajar es la cuestión de la interfaces. Los más visionarios ya han proyectado que en el futuro cruzar las piernas podría mandar una orden al ordenador para que abriera el correo o poner una lista de reproducción en funcionamiento en el smartphone.

Imagen de portada:  ~ l i t t l e F I R E ~

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