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Las nuevas interfaces enviarán información a través de la piel

Analizamos las innovaciones tecnológicas que están llamadas a sustituir a las pantallas táctiles

Hay muchas tecnologías candidatas a sustituir –o al menos complementar– a las pantallas táctiles como vía de interacción entre usuarios y dispositivos. El reconocimiento de voz es uno de los recursos mejor colocados, como demuestra el uso comercial que ya se está haciendo del mismo. Los gestos en 3D también constituyen una forma novedosa de comunicarse con las máquinas. Sus aplicaciones estarían enfocadas a dar órdenes a distancia. Estas dos tecnologías pueden utilizarse para fines diferentes y aun así habría espacio para los entornos táctiles. Pese a todo se sigue investigando para mejorar la interacción con los equipos electrónicos.

De hecho, las propias pantallas táctiles están siendo objeto de investigación. Desde que apareció por primera vez esta tecnología la evolución ha sido considerable. El paso más decisivo quizá esté entre las superficies resistivas y las capacitivas. A pesar de todo, la experiencia de usuario en la actualidad no siempre es satisfactoria. Por ello hay quien está tratando de mejorar las perspectivas. La startup Tactus Technology, originaria de California, está trabajando con botones dinámicos, que ofrecen al usuario la posibilidad de sentir el tacto de lo que sería un botón físico sobre una superficie plana.

La tecnología consiste en una serie de microcanales que subyacen bajo la pantalla. Éstos albergan un microfluido que se bombea hacia arriba cuando el usuario despliega un teclado virtual. El relieve se esconde al desaparecer el teclado. Este desarrollo recoge el interés de los usuarios por acercar la experiencia sobre una interfaz táctil al tacto que hacen sentir los objetos reales. Se trata, de nuevo, de un complemento a las pantallas actuales.

Investigadores del MIT han llevado este concepto a un estadio más elevado. No es suficiente con sentir como objetos físicos los botones de un teclado virtual, el sentido del tacto constituye una fuente de información mucho más rica, sólo hay que encontrar la manera de facilitar la comunicación entre la máquina y un individuo a través de la piel. Los científicos del conocido instituto tecnológico han estado trabajando en esto para finalmente diseñar una serie de pequeños motores de vibración, que envían la información al usuario.

El lenguaje de la piel

mit pielLa piel y los ojos reciben información de manera muy distinta, pero no hay tanta diferencia entre el número de receptores que tiene cada uno. Los motores vibradores desarrollados por los científicos del MIT se despliegan sobre la piel de una persona, enviándole información a través de una especie de código Morse. Estos dispositivos vibran en función de un sensor GPS, por lo que emiten instrucciones básicas de navegación, aunque también pueden ofrecer otro tipo datos más detallados.

Para probar la eficacia del sentido del tacto como canal de comunicación, los investigadores crearon un sistema con ocho acelerómetros unidos a un motor de vibración similar al que tienen los móviles. De esta forma comprobaron que el efecto vibrador no se notaba a una distancia de ocho milímetros del motor. Formaron un segundo dispositivo de tres columnas, cada una de ellas con tres motores. La intención era conocer la capacidad de una persona para detectar si la vibración venía de un punto o de otro, algo que resulta más difícil cuanto más pequeño es el espacio que utilizan los aparatos.

El estudio realizado tiene el objetivo de optimizar el sistema para que éste sirva de canal de comunicación, en última instancia. Una variable más a tener en cuenta es el lugar donde se emplazan los dispositivos. La sensibilidad de la piel, y por tanto la intensidad de la vibración, difiere según qué parte del cuerpo sea la que se utilice.

Por ahora es pronto para sacar conclusiones sólidas sobre la efectividad de esta forma de interacción, pero perfeccionando el sistema existen algunas acciones sencillas que un smartphone u otro equipo informático podría transmitir a una persona. Comunicar la existencia de un mensaje nuevo o de una llamada entrante, e incluso informar de su identidad son notificaciones sencillas y a todas luces viables.

Imagen:  aguscr

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