La NASA lanza con éxito al espacio OSIRIS-REx, una sonda que recogerá muestras del asteroide Bennu para explicar el origen de la vida en la Tierra.
La minería es uno de los sectores industriales más importantes del mundo. Aunque esta actividad económica ha perdido la gran relevancia que tuvo antaño en España, la extracción de minerales de interés sigue siendo fundamental en países como Estados Unidos, Rusia o Chile. Pero los yacimientos a cielo abierto o bajo tierra no son los únicos en los que trabaja esta industria. En el año 2016, la NASA acaba de llevar la minería al espacio con la nave OSIRIS-REx.
A última hora de la noche, la agencia espacial norteamericana efectuaba el lanzamiento de la sonda desde la base de Cabo Cañaveral, en Florida (Estados Unidos). OSIRIS-REx comenzaba así un viaje que le llevará al encuentro del asteroide Bennu, el objetivo que, según las previsiones, alcanzará en 2018. En noviembre de ese año, la nave tendrá que aproximarse rápidamente a este cuerpo rocoso para tomar una muestra de su superficie. OSIRIS-REx dispondrá solo de cinco segundos para recoger una cantidad de entre 60 gramos y 2 kg de asteroide para traer estos restos de vuelta a la Tierra.
Las características de la misión han hecho que la sonda sea descrita también como una «minera espacial». OSIRIS-REx, sin embargo, no es la primera nave en traer muestras de vuelta a nuestro planeta. En el pasado, otros proyectos científicos trajeron muestras similares para estudiar, por ejemplo, cómo era la Luna. La sonda actual será la primera en devolver tal cantidad de material desde la misión Apolo 17 de la NASA en 1972.
¿Para qué servirá la muestra que traerá de vuelta una cápsula de OSIRIS-REx? Los científicos pretenden estudiar la composición química de su superficie y analizar la riqueza de elementos, minerales y materia orgánica que tiene Bennu. El tercer objetivo es, precisamente, el que nos da la pista de su trabajo: la sonda tratará de darnos más información acerca del origen de la vida en la Tierra al evaluar la composición de ácidos nucleicos y aminoácidos, bloques necesarios en los seres vivos. Según la NASA, las investigaciones que se pondrán en marcha también nos permitirán conocer mejor la historia del sistema solar y aprender más acerca de Bennu. El asteroide tiene una probabilidad limitada (1 entre 2700) de chocar contra nuestro planeta.
Asimismo, OSIRIS-REx estudiará el efecto de la luz del Sol sobre Bennu. Y es que esta energía, absorbida por objetos pequeños como este del sistema solar, es emitida luego en forma de radiación. Como estos cuerpos rotan, dicha radiación puede modificar su trayectoria mediante un mecanismo conocido como efecto Yarkovsky. Este proceso también será investigado por la sonda OSIRIS-REx de la NASA, que completará su trabajo en 2023.
La agencia espacial de Estados Unidos también ha puesto gran énfasis en que este proyecto, que forma parte del mismo programa que nos llevó a Plutón o a Júpiter, tuviera un impacto en la educación y en la ciencia ciudadana. Hace ahora tres años, la Sociedad Planetaria llevó a cabo un concurso en el que participaron más de 8.000 escolares para proponer nombres con los que denominar al asteroide que OSIRIS-REx visitaría. El ganador fue Michael Puzio, un niño de nueve años de Carolina del Norte que ayer estaba presente durante el lanzamiento de la sonda. Esta nueva misión nos permitirá añadir nuevas piezas al puzle de nuestra propia historia, para así conocer un poco mejor por qué la vida surgió en nuestro planeta.
Imágenes | NASA,