La NASA está experimentando la producción de paneles solares basados en origami, con el fin de ahorrar espacio y aprovechar al máximo la luz del sol.
El origami es el arte japonés de doblar el papel manualmente, sin utilizar herramientas o añadidos, como tijeras o pegamento. Se trata de una técnica que tiene a su espalda siglos de tradición y logra desplegar formas verdaderamente inverosímiles. Pues bien, la NASA ha decidido apostar por este arte para la construcción de paneles solares que funcionan en el espacio. Se trata de crear estructuras que puedan permanecer dobladas en el despegue del vehículo y se desplieguen posteriormente con facilidad.
Los investigadores del Jet Propulsion Laboratory de la NASA tienen la intención de mejorar los diseños de los paneles solares, que habitualmente se presentan en cajas que se abren como un acordeón. A pesar de que este método ha dado resultado hasta ahora, no ofrece una gran eficiencia en el uso del espacio. Ante la inviabilidad de reducir el tamaño de estas estructuras se ha recurrido al origami.
Los paneles solares basados en origami parecen más aparatosos a simple vista pero su despliegue puede hacerse a la perfección. Ni que decir tiene el trabajo no está exento de dificultades, el papel no tiene las mismas propiedades ni delgadez que las láminas solares. Aun así el equipo de investigadores ha logrado que una estructura con un diámetro de 2,7 metros se despliegue hasta casi los 25 metros. Es un primer paso, aunque aún queda la prueba de fuego para comprobar si realmente el diseño es funcional.
La innovación en la NASA
La imagen que se tiene de la NASA habitualmente es la de un gigante de otro tiempo, de gran influencia en los tiempos de la carrera espacial en plena Guerra Fría, pero venido a menos en los últimos años. Una entidad de esa magnitud suele reaccionar con lentitud a las novedades tecnológicas y además su presupuesto se ha visto recortado recientemente. La exploración espacial parece haber dejado de ser una prioridad para Estados Unidos.
Sin embargo, en contra de lo que se podría esperar la NASA se encuentra en una constante búsqueda de nuevos recursos. La organización investiga las posibilidades de las nuevas tecnologías y opciones low cost para dotar a sus proyectos. También experimenta con desarrollos novedosos, como la cámara Veggie, preparada para que crezcan en ella organismos vegetales estando en órbita, de tal manera que los astronautas puedan disfrutar de comida fresca.
Para modernizar una serie de robots de apoyo, destinados a la Estación Espacial Internacional, la NASA incorporó smartphones a estas máquinas, con el fin de dotarlas de una cámara de calidad, acelerómetro y otros sensores. Mientras que con el fin de reducir la cantidad de herramientas y equipamiento que se envía en los vehículos espaciales, la agencia estadounidense se ha planteado probar cómo funciona la impresión 3D en microgravedad. La escasez de dinero agudiza el ingenio y en la NASA ingenio hay de sobra.
Imagen: NASA
