Automatización, sostenibilidad medioambiental, planificación eficiente, preocupación por el entorno social, gestión inteligente, datos compartidos, transparencia… Estos conceptos te sonarán porque se habla mucho de ellos en los últimos años. En especial cuando se habla de las ciudades inteligentes o smart cities, en inglés. El futuro de las ciudades pasa por la Smart City o ciudad 4.0, un concepto de ciudad a la que se le añade el adjetivo de inteligente por varias razones de peso. Y para hacer posible este concepto de ciudad, se necesitan perfiles profesionales especiales.
La ciudad inteligente no implica únicamente integrar nuevas tecnologías al servicio de sus ciudadanos. Eso ya viene ocurriendo en ciudades de todo el mundo sin que se las pueda considerar inteligentes. La tecnología va ligada a nuevos hábitos por parte de quienes gestionan, construyen y dan forma a las ciudades. Hábitos como el respeto al medio ambiente, anteponer a las personas a los vehículos privados, aprovechar los recursos disponibles de manera eficiente… En definitiva, que la ciudad funcione unida para que quienes viven en ella lo hagan en las mejores condiciones.
Obviamente, no es tarea fácil. Existen las tecnologías para hacerlo posible. Pero hay que implementarlas bien. Y mantenerlas. La buena noticia es que hay ciudades por todo el mundo que ya lo están haciendo. De ejemplos hay muchos: Singapur, Helsinki, Zurich, Auckland, Oslo, Copenhagen, Ginebra, la ciudad de Taipei, Amsterdam, New York, Londres, San Francisco, Chicago… A esta lista podemos añadir muchos más nombres. Seguramente hayas estado en alguna ciudad que ya está en alguna etapa de transición hacia la Smart City. Pero, ¿qué perfiles profesionales necesitan las ciudades inteligentes para existir y mantenerse en pie?
Una nube de tecnologías para la Smart City
Cuando hacemos una lista de tecnologías que necesita una ciudad inteligente para funcionar, aparecen conceptos a los que ya estamos acostumbrados en el mundo de la empresa. Y en la industria más avanzada, también llamada industria 4.0. Tanto en el ámbito empresarial como en el industrial aparecen conceptos como robótica, automatización, inteligencia artificial, comercio electrónico, Big Data, Cloud Computing, Internet de las cosas, ciberseguridad… La lista se puede expandir con muchos más conceptos. Pero queda clara la idea.
La ciudad inteligente se basa en la automatización de determinados servicios. Esto es posible gracias a la implementación de sensores y dispositivos que captan y comparten datos. Datos que luego son procesados en servidores, físicos o en la nube, y que responden ejecutando tareas u ofreciendo cambios a las dinámicas de ese momento. Y esa información está al alcance de todos los ciudadanos para conocer mejor cómo funciona su ciudad y aportar sus soluciones. Movilidad urbana, pública y privada, planificación urbana, control de edificios, gestión de residuos y otros servicios clave como electricidad o agua…
En definitiva, muchos de los perfiles profesionales que necesita una ciudad inteligente para su puesta en marcha, mantenimiento y evolución están basados en las tecnologías necesarias para hacer que todo funcione en sintonía. Y es inevitable que junto a esos perfiles se combinen perfiles más clásicos que ya existen en las ciudades de hoy en día. Y que a su vez, han ido reciclándose y evolucionando a medida que cambiaban las necesidades y exigencias de sus puestos de trabajo.
La Unión Europea y las áreas más necesitadas
Hace ya unos años, la Unión Europea hizo un informe titulado Mapping Smart Cities in the EU en el que dividía en seis áreas las necesidades para las futuras ciudades inteligentes. De esas seis áreas, como estilo de vida y cohesión social, medio ambiente o movilidad, surgen varias categorías en las que se necesitan, o necesitarán, nuevos perfiles profesionales.
Es el caso de la educación, que apuesta por las habilidades digitales, como vimos en un artículo anterior. Otros sectores a tener en cuenta son salud, turismo y ocio, industria, comercio, gestión de datos y ciberseguridad, edificación y energía…
Y en todos ellos se combinan tecnologías que ya hemos mencionado, como Big Data, Cloud Computing, Internet de las cosas, teleasistencia, automatización… Una amalgama de perfiles cada vez más técnicos y especializados en áreas muy concretas pero que, en algunos casos, tendrán atribuciones transversales que afecten a diferentes áreas, concejalías o el nombre que reciban en cada ciudad que se considere smart city.
Viejos y nuevos perfiles profesionales
Obviamente, no todos los perfiles profesionales necesarios son de nuevo cuño. También serán necesarios perfiles más tradicionales. Soporte, mantenimiento, atención al ciudadano, servicios públicos de reparación, limpieza, gestión de residuos, etc. seguirán siendo indispensables por mucha automatización que se implemente en el futuro.
A camino entre los perfiles tradicionales y los nuevos perfiles necesarios surgen nombres nuevos pero que se basan en los perfiles de siempre, com planificador de Smart City o gestor IT de Smart City, gestor de proyectos Smart City, consultores…
A los que se suman perfiles asociados a la tecnología, como desarrollador de aplicaciones móviles, Project Manager, Frontend Architect, UX/UI Designer, Software Quality Analyst o Service Designer. U otros más próximos al sector financiero o inmobiliario como Real Estate Business Operations Analyst o analista de contabilidad. También surgen perfiles más específicos, como Product Manager in Energy Solutions, gestor de Hub de innovación, etc.