Con la inteligencia artificial estamos viviendo algo similar a cuando la humanidad descubrió el fuego y comenzó a aplicarlo a casi todo. Nos deslumbra con sus capacidades —traducciones, búsquedas, redacción—, pero también debemos aprender cuándo y cómo usarla. De hecho, uno de sus “platos estrella” en el ámbito del diseño y la innovación son las personas sintéticas.
En investigación de usuarios y diseño, solemos trabajar con personas (o user personas): representaciones ficticias, pero basadas en datos reales, que nos ayudan a entender necesidades, motivaciones y barreras de un grupo de usuarios. Estas user personas, idealmente, se crean después de una investigación en profundidad con usuarios reales que nos permita extraer diferentes perfiles con características comunes, las cuales, se utilizan a lo largo del proceso de diseño de un producto como inspiración y ayuda a la toma de decisiones.

Igual que en la película, el rayo de Frankenstein da vida a la criatura. En nuestro caso, la chispa de la IA transforma a las user personas en personas sintéticas. La diferencia es que aquí no buscamos crear un monstruo, sino aliados que nos ayuden a explorar escenarios, anticipar necesidades y tomar decisiones con más información.
¿Qué son las personas sintéticas en la investigación con usuarios?
Las personas sintéticas son perfiles ficticios construidos generados mediante inteligencia artificial a partir de grandes volúmenes de datos (reales o sintéticos). Estos perfiles buscan imitar características, motivaciones y comportamientos de segmentos de usuarios.

Su aplicación en el proceso de creación de un producto puede darse en distintos momentos y con objetivos diferentes:
- Como fuente para la investigación. A partir de los datos que procesa la IA, podemos generar personas sintéticas iniciales que nos ayuden a explorar hipótesis, abrir líneas de ideación y detectar patrones antes incluso de tener acceso directo a usuarios reales.
- Como artefacto final de un proceso de investigación. Tras un trabajo con usuarios reales, la IA puede ayudarnos a sintetizar y enriquecer esa información, creando personas sintéticas que se conviertan en guías vivas para los equipos de diseño y producto, facilitando la inspiración, la toma de decisiones y la comunicación interna.
En ambos casos, el valor está en ampliar nuestras posibilidades de exploración, iteración y síntesis dentro del ciclo de diseño.
¿Qué ventajas y fortalezas ofrecen las personas sintéticas?
- Rapidez y eficiencia. Permiten simular múltiples perfiles de usuarios de forma inmediata, sin necesidad de reclutamiento ni logística de campo. Son ideales para pilotar guiones de entrevista o probar flujos de interacción antes de enfrentarse a usuarios reales, lo que ahorra tiempo en las fases de preparación.
- Seguridad y protección de datos. Al generarse a partir de datos anonimizados o simulados, evitan exponer información personal sensible (por ejemplo, en contextos de salud o educación).
- Apoyo al aprendizaje y la práctica profesional. Ofrecen un espacio seguro para que cualquier miembro del equipo pueda interactuar con perfiles de usuario simulados y adquirir confianza antes de una sesión real. Son un recurso útil para entrenar técnicas de entrevista, practicar habilidades de facilitación o experimentar con diferentes estilos de moderación. Su lenguaje es claro, estable y puede adaptarse al investigador: diferentes idiomas, estilos de comunicación o niveles de detalle según la necesidad.
- Acceso ampliado y complementario. Permiten incluir en el proceso perfiles de difícil acceso (ej. minorías, segmentos dispersos geográficamente o usuarios con características específicas) y complementar la información obtenida en la investigación tradicional, ampliando el rango de escenarios y puntos de vista.
- Escala y cobertura. Se apoyan en grandes volúmenes de datos, ampliando la representatividad frente a las muestras pequeñas de la investigación tradicional.
Como acabamos de ver, con las personas sintéticas, se abre la posibilidad de construir perfiles a gran escala, veloces y económicos. Pero este paso no está exento de dilemas: ¿qué perdemos en el camino cuando el contacto directo con los usuarios se sustituye por un modelo generado por IA? La cocina puede ser más rápida, sí, pero ¿conserva el mismo sabor?”
¿Qué riesgos y desafíos trae consigo el uso de las personas sintéticas?
- Menos profundidad y riqueza humana. Responden con discursos coherentes y lógicos, aunque la pregunta sea ambigua o no tenga respuesta clara. Sin embargo, en la investigación con usuarios reales los silencios, las dudas y las contradicciones son valiosos; nos revelan tensiones, cambios de opinión o emociones mezcladas (ej. confianza y miedo a la vez) que son imposibles de replicar en un perfil sintético. Además, tienden a justificarlo todo, sobre-explicando procesos que en la vida real son más intuitivos, emocionales o incluso irracionales. Carecen de ejemplos cotidianos, anécdotas o experiencias concretas que suelen dar riqueza y credibilidad a las narrativas de los participantes reales. Muestran sesgos de complacencia mayores que los usuarios reales, respondiendo de forma estereotipada o buscando “agradar” al entrevistador. (Emporia Research, A Comparative Analysis: Real vs. Synthetic Responses in B2B Research). Omiten sesgos y comportamientos humanos auténticos o decisiones irracionales difíciles de prever que influyen en la toma de decisiones reales. Como el sesgo humano conocido como la falacia del costo hundido, cuando seguimos invirtiendo en algo solo porque ya hemos dedicado mucho tiempo o recursos.
- Calidad de los datos de entrenamiento. Las personas sintéticas responden a partir de datos preexistentes, lo que implica que, si los datos son desactualizados, los perfiles lo serán también, aunque se expresen con un aire de vigencia.Además, al responder a partir de patrones preexistentes, tienden a perpetuar estereotipos y dificultan descubrir lo inesperado o lo genuinamente nuevo. Su calidad está condicionada por la riqueza y diversidad de las fuentes utilizadas, lo que exige monitorización y actualización constante.
- Coste y sostenibilidad. Generar y mantener personas sintéticas no es trivial: requiere inversión en desarrollo, en recopilación de datos y en actualización continua.
- Pérdida de conexión con el cliente real. El uso excesivo de personas sintéticas puede erosionar la conexión de los equipos con los usuarios reales. Por un lado, confiar demasiado en perfiles generados por IA reduce el contacto directo con las personas, lo que debilita la sensibilidad hacia sus emociones, contradicciones y contextos de vida. Por otro, la facilidad con la que se puede “entrevistar” a una persona sintética transmite una falsa sensación de cercanía y empatía: se obtienen respuestas rápidas y siempre coherentes, pero se pierde la riqueza y complejidad que caracteriza la experiencia humana.
¿Hacia dónde vamos?
Las personas sintéticas representan un avance prometedor: aceleran procesos, amplían nuestras posibilidades y complementan la investigación tradicional, pero tienen sus riesgos. No sustituyen la riqueza de escuchar, observar y convivir con nuestros Testers, sino que deben verse como un complemento que amplifica nuestra mirada por ejemplo utilizándolas como artefactos para trasladar conocimiento o entrenar profesionales entre otros.
El reto no es elegir entre humanos y algoritmos, la receta perfecta mezcla la potencia de la IA con el ingrediente humano.
¿Y tú, confiarías en una persona sintética para diseñar tu próximo producto?