Los smartphones han pasado de tener pantallas en torno a las cuatro pulgadas a superar con creces las cinco pulgadas. Todo empezó con el Samsung Galaxy Note.
La aparición de los nuevos mastodontes de la telefonía móvil –porque no dejan de contar con la función de teléfono, al contrario que las tabletas–, las dos versiones del Samsung Galaxy Mega, ponen el límite un peldaño más alto, dejando achicado lo que hasta ahora teníamos por sobredimensionado. Si las 6,1 pulgadas de pantalla del Huawei Ascend parecían un reto difícil de superar (por supuesto no a nivel de fabricación, pero sí en cuanto al equilibrio entre funcionalidad y portabilidad), la firma coreana ya tiene en el mercado su phablet de 6,3 pulgadas.
Las dos versiones del Samsung Galaxy Mega, una de 6,3 pulgadas y otra de 5,8, son la confirmación de una escalada que dio el pistoletazo de salida de la mano de la compañía coreana. Después de estas medidas a poco nos saben las 5,3 pulgadas que desplegaba el primer Galaxy Note, presentado en septiembre de 2011 durante la feria electrónica de consumo IFA. El Galaxy Note II, dado a conocer justamente un año más tarde (lo que da una pista sobre el lanzamiento de la tercera generación de la saga), tenía una pantalla de 5,5 pulgadas, un tamaño que también se queda corto ante los estándares actuales.
Sin embargo, la primera versión del Galaxy Note fue un éxito en ventas y la segunda todavía más, colocando en el mercado cinco millones de unidades en dos meses. Esto hizo reaccionar a los fabricantes, que ahora buscan atrapar una parte de ese público cuyas necesidades Samsung ha sido pionero en atender. De esta forma, casi todas las marcas han pasado de las 5 pulgadas en alguno de sus smartphones.
Los phablets: un nuevo estándar de tamaño
Desde su lanzamiento, el iPhone había instituido las 3,5 pulgadas como el estándar para los smartphones, hasta que Samsung comenzó a obtener éxito aumentando el tamaño. De hecho, la línea Galaxy S, aunque no ha sido la promotora del cambio sí refleja sus efectos. No hay más que observar la progresión a lo largo del tiempo. El Galaxy S, a secas, tenía una pantalla de 4 pulgadas, el siguiente ya tenía una de 4,3 y en la tercera versión se aumentó el tamaño media pulgada más, hasta llegar finalmente al S4, que cuenta con 5 pulgadas.
Pero los modelos más grandes del mercado están otro nivel. Los fabricantes chinos fueron de los primeros en sumarse a esta tendencia. Huawei anunció su Ascend Mate, con una pantalla de 6,1 pulgadas, hasta hace poco el smartphone más grande del mercado, estrictamente hablando. El ZTE Grand Memo superó también al Galaxy Note II con 5,7 pulgadas.
La coreana LG también presentó en el pasado Mobile World Congress de Barcelona su Optimus G Pro, con una pantalla de 5,5 pulgadas. Incluso Lenovo, que ha entrado de manera periférica en el mercado de los smartphones decidió lanzar su IdeaPhone, cuya pantalla tenía el mismo tamaño que el anterior phablet. A estas alturas, el Xperia Z de Sony, pese a disponer de un panel táctil de 5 pulgadas, parece estar alejado de los otros terminales. Sin embargo, este dispositivo también es consecuencia del aumento de las dimensiones.
Lo más grande está por venir
Después del verano veremos calentarse de nuevo el mercado de los phablets, que ya se está convirtiendo de por sí en un sector diferenciado dentro de los smartphones. Septiembre es un mes clave porque se espera que Samsung lance su Galaxy Note 3, según apuntan los rumores la fecha concreta sería el día cuatro.
No sólo eso sino que en el mismo mes también está previsto que aparezca el HTC One Max, con sus 5,9 pulgadas y un procesador de cuatro núcleos a 2,3 GHz. Pero el que será el smartphone más grande de todos (a saber por cuánto tiempo) es el Sony Xperia Z Ultra, que llegará por las mismas fechas y dispondrá de una pantalla de 6,44 pulgadas.
LG también tiene su propia apuesta, aunque se presentará antes que las demás. En agosto, se apunta que el día 7, la marca coreana revelará su LG Optimus G2 o LG G2. Si bien el tamaño será previsiblemente “sólo” de 5,2 pulgadas.
Aun así, ninguno ha llegado a las 7 pulgadas del ASUS Fonepad, que en realidad es más una tableta con capacidad para hacer llamadas. El descomunal tamaño de este dispositivo plantea la duda, más estética que práctica, de hasta qué punto se pueden seguir tildando de teléfonos a estos terminales. Poco a poco –y más con el empujón de Samsung, junto con los lanzamientos de septiembre– el término phablets está incorporándose al vocabulario tecnológico y si finalmente resulta útil para designar a esta categoría puede que pronto lo oigamos en las calles.
Imgen: John Biehler