Píldoras inteligentes para un mejor diagnóstico

A través de unos microchips y sensores ingeribles, las píldoras inteligentes revisan el cuerpo humano en busca de enfermedades.

Tecnología y medicina van cada vez más de la mano. Podría decirse que la tecnología se está convirtiendo en un perfecto aliado para nuestra salud. La biomedicina avanza a pasos agigantados y hoy en día ya son cientos las aplicaciones que nos ayudan a velar por nuestro bienestar. Prueba de ello son las smart pills o píldoras inteligentes.

Las smart pills son píldoras que incorporan microchips y sensores ingeribles orientados a revisar el cuerpo humano para detectar posibles problemas de salud. Estas píldoras podrán ayudar a diagnosticar posibles enfermedades y prevenir sus síntomas sin necesidad de acudir a consulta médica; gracias a los sensores que incorporan, el paciente recibiría un mensaje en su móvil con el diagnóstico de que, por ejemplo, está en riesgo de sufrir un ataque al corazón.

Según su creador, Kourosh Kalantar-zadeh, ingeniero en nanotecnología y catedrático de la Universidad RMIT en Australia, «estos dispositivos son capaces de diagnosticar desde molestias benignas, como la hinchazón o el dolor intestinal, hasta diferentes tipos de cáncer». Así mismo, los sensores pueden hacer también mediciones de temperatura, pH, enzimas, presión arterial y nivel de azúcar, lo que ayudaría a obtener una imagen multidimensional del cuerpo humano.

Cápsulas inofensivas para la salud

El invento ya ha superado con éxito las primeras pruebas en humanos, y hay estudios que demuestran que estas cápsulas son inofensivas para la salud y ofrecen mejores resultados que otras pruebas y técnicas alternativas y más tradicionales, como las pruebas de aliento.

Pero esta no es la primera vez que podemos ver invenciones de este tipo. La FDA –Food and Drug Administration– en Estados Unidos aprobó en 2014 la PillCam COLON, una píldora creada por una empresa israelí equipada con una microcámara que funciona como alternativa a la colonoscopia, una de las pruebas médicas más invasivas y desagradables.

Otro caso sería el de una pastilla desarrollada por el MIT y el Brigham and Women’s Hospital de Boston que, una vez ingerida, se adhiere al revestimiento del tracto gastrointestinal y libera paulatinamente su contenido a lo largo de dos semanas; el objetivo de esta píldora es lograr administrar fármacos a largo plazo para el tratamiento de enfermedades como la malaria, el VIH o la tuberculosis en países donde estas enfermedades son una verdadera plaga.

Numerosos expertos estiman que el consumo de las smart pills no tardará mucho en popularizarse, y aseguran que esta tecnología proporcionará cambios muy significativos en nuestras vidas y en el ámbito médico durante los próximos años. Sin duda, una auténtica revolución de la atención médica.

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